Capítulo n°28 "indulgencia"

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El viaje a casa había sido silencioso. Ninguno dijo una palabra, incluso cuando me baje para entrar a mi casa. Cuando por fin estuve dentro choque mi espalda con la puerta y sentí las lágrimas acumuladas salir sin piedad. Lloré un largo rato en el piso de la entrada, no exactamente por algo en particular.

La confusión había inundado mi cabeza, por fin me estaba tomando el tiempo de digerir las noticias sobre mi linaje, sobre mi familia. Lloraba por la impotencia que sentía de no poder controlar mi vida, no sabía cual sería mi futuro. Siempre había tenido cada paso de mi vida planeado, pero desde que había llegado a Cladwood todo parecía impredecible. No soporte las lágrimas al pensar en los Adler, específicamente en Kal y Blake. No soportaba la manera en la que Kal me hacía sentir, aunque utilizaba cada milímetro de mi ser para negar cualquier emoción relaciona a él, estaba ahí. Me sentía culpable por Blake, sabía que la culpa lo comería vivo. Creería que todo lo que sucedió era su responsabilidad, irónicamente era exactamente como me sentía yo.

Había intercambiado unos mensajes con Corban, luego de lo que paso, habían vuelto a Cladwood aunque insistí que se quedarán a divertirse. Blake había desaparecido de la faz de la tierra, luego de que se fuera nadie lo había visto de nuevo. Me recoste en mi cama luego de una larga ducha para calmar mis emociones, seguía sin un solo mensaje de Blake. Decidí que le tomaría su tiempo aparecer, no tarde mucho en dormirme luego de que mi cabeza tocara la almohada.

Observaba el amanecer abrirse paso para alumbrar la hermosa arquitectura de la capilla. Los colores llamativos del cielo transmitían una paz indescriptible mientras eran acompañados por el canto de los animales al despertar. La brisa me causo un leve escalofríos que recorrío mi cuerpo mientras decidía tomar uno de mis cuadernos. El ambiente teatral siempre me animaba a escribir. Consideraba sagradas las palabras que eran dichas mientras todos aún dormían, cuando el mundo seguía en silencio.

El sonido de un golpe me despertó. Me senté en mi cama instintivamente buscando el interruptor de la lámpara, en un reflejo pude notar en el reloj la hora, las 4 a.m. La tenue luz amarilla se proyecto en la habitación mostrando a Blake intentando levantarse del suelo. La ventana estaba abierta dejando entrar el frío del exterior, me levante de la cama en segundos para acercarme a él. El olor indiscutible de Whiskey golpeó mi nariz mareandome por un segundo. Blake golpeó su cuerpo nuevamente con la ventana al intentar incorporarse.

- ¿Estas ebrio? - Un tono de desagrado inundó mi voz.

- Claro que no - Si estaba ebrio, estiraba las palabras como cualquier borracho, y sus ojos no se abrían por completos - Quería verte... ¡No! Necesitaba verte.

- Ven, levántate - Lo ayude a incorporarse, pesaba más de lo que esperaba. Lo ayude a llegar hasta un sillón que tenía en la esquina de mi habitación, él solía sentarme a verme estudiar ahí - Hueles a que te tomaste todo el catálogo de un bar.

- Solo un poco de Whiskey - Una risita infantil salió de él - Eres hermosa - Sus palabras me tomaron por sorpresa, suspiró mientras sus ojos examinaban mi rostro - ¿Por qué estarías con alguien como yo?

Una punzada de dolor sumergío mi corazón al escucharlo preguntar eso. Una de sus manos quitó un mechón de cabello de mi rostro, inmediatamente alejo su mano de mi, arrepentido.

- Estas ebrio, deberías recostarte a dormir - Intenté levantarme para ayudarlo a ir hacía la cama, pero se nego.

- ¡No! No quiero - Su tono de repente era como el de un niño al que envias a recoger sus juguetes - Quiero hablar contigo.

- Esta bien - Me puse cuclillas frente a él esperando que dijera algo, sone mas a la defensiva de lo que quería - Hablemos.

- Lamento mucho haberte... - Su voz se cortó y sentí las ganas de llorar volver a mi - Tienes que sabes que jamás te haría daño a propósito, nunca me perdonaría si yo...

Eternos SagradosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora