Emma ¿donde estas que no te veo?

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La semana se paso rápido, a lo que doy gracias, James ha estado con nosotras en los recesos,mi supuesto cuidador ah estado en los brazos de medusa, toda la escuela ya se entero de su supuesto noviazgo.
Baje tenía hambre. Y la sorpresa que me di.
-¿ Qué hace ella aquí?.- medu... Digo Georgiana estaba en mi casa.
-Ella puede estar aquí, yo la invité.- Alex me vio amenazadoramente.
-Es MÍ casa yo decido que hacer con ella y quienes entran a ella.- mire a Georgiana.- de ti lamentablemente no puedo deshacerme.- voltee a ver a Alex.
-Ya dej...- no termino de hablar porque a lo lejos se escucharon unos caballos, musica. Los tres corrimos a ver quien era, yo avancé más rápido; mi corazón latió muy rápido. James estaba montado en un caballo negro, traía un ramo de flores, a lado de él había otro caballo pero este era blanco.
-Oh, Emma ¿donde estas que no te veo?- me sonrió y yo le devolví la sonrisa. Cuando Alex y la medusa llegaron no les agrado la escena que estaban viendo.
-Oh, mi querido James no desespereis, en un momento estoy con vos.- le grite desde el balcón. Di media vuelta y cuando iba a bajar, la mano de Alex me jaló.
-No piensas salir con él o ¿si?.- se notaba su disgusto a leguas.
-Si lo haré, ¿Algún problema?.- sus ojos estaban en llamas.- Adiós.- me solté de su agarre y baje las escaleras llegue a donde se encontraba James y me subí al caballo.
Él me guió y llegamos a un prado no muy lejos de la ciudad.
-Es hermoso.-
-lo encontré con mi familia.-
-Gracias por salvarme.-
-Cuando pueda lo haré, bueno si es que estoy cerca.-
-Si, no te preocupes.- le sonreí.
-Ten, esperó que te gusten.-
-Gracias.- eran girasoles, mi flor favorita.
-¿Te gustaron?.-
-Son mis favoritas.-
-Bueno, es hora de la cena.- tendió una manta, puso comida, y jugo de manzana.
-El joven James, me esta
.-
-¿Porque?.-
-No todos saben andar a caballo.-
-Okay, soy un príncipe.-
-No es cierto.-
-Okay, no soy un príncipe, pero eh convivido con ellos durante mucho tiempo, bueno hasta que.- él no termino de hablar.
-¿Hasta que?.-
-Nada.-
-¿Seguro?.-
- ¿ Sabes del príncipe, Zachary? -
-Sip, se supone que con él me debía de casar, pero desapareció, cuando sólo tenia diez años.- me encogi de hombros.
-Si, bueno yo era algo a si como su acompñanate, pero con su desaparición me enviaron a España y después me mandaron a París.-
-Interesante.- le Sonreí
-Bueno a cenar.- me dio un vaso con jugo.
-Y dime princesa, que hay entre ese Alex y tu?.- se me atoró el jugo.
-Nada.-
-¿Segura?.- ahora habíamos cambiado de papeles.
-Si, segura, él es mi cuidador, mi padre puso y por leyes no lo puedo quitar, hasta que me despose, que eso es dentro de un mes.-  no me había puesto a pensar en lo rápido que pasa el tiempo, en treintena días me tengo que casar con Alan, pues no había más príncipes y no estaba Zachary.
-Wow, y ¿quien es el afortunado?-
-El príncipe Alan.- lo dije tan triste.
-Hey, no te pongas a si, sabes que yo estoy a qui, para eso están los amigos ¿no?.-
-Gracias.-
-De nada.-
- Y ¿porque dijiste que te había salvado?.-
-Alex estaba con medusa.-
-¿Medusa?- James alzó una ceja.
-Georgina.- lo vi obvia.
-A si, que son novios.- no me agradaba la idea de ellos dos juntos, se que lo había negado antes pero yo le quería mucho, no queria que medusa le hiciera algo, aparte que cuando los veía juntos sentia un sentimiento no muy bello.
-Mejor cambiemos de tema.- le sonreí no quería que notara mi disgusto. 
La noche se lleno de risas, jugo de manzana, descubrí que James era una persona divertida, amable. A la que le podías hablar de todo y siempre tendría algo que decirte.
Igual me contó cuando conoció el muelle, que fue con Santiago esa fue la primera vez y quedamos en ir otra vez.
-Adiós.- James me dejó en mi casa.
-Nos vemos el lunes.- se subió al caballo y yo entre al castillo.
-Al fin llegas.- Alex estaba sentado en las escaleras, al escuchar su voz note que no estaba molesto si no más bien aliviado.
-Sip, voy por algo de agua.-  él me siguió hasta la cocina. - Si se donde esta la cocina, no me voy a perder.- le sonreí burlonamente.
-Es que en la tarde me porte mal contigo, y no se, perdón, no se que decir.- me vio a los ojos.
-Alex tu nunca sabes que decir.- le sonreí y lo abrace.
-Vamos a dormir.-
-Sip, estoy cansada.-  bostece
-¿Te trato bien?  ¿No se quiso pasar?.- me daba tanta te nura cuando se ponía como hermano mayor.
-Tranquilo, me trato bien y me dio mi espacio.- le sonreí, al momento en que nuestras manos chocaron sentí corriente pasar por mis venas.
-Hasta mañana.-
-Lindos sueños.-
Y cada quien se fue a su habitación, yo gire de la derecha y él a la izquierda, nuestros cuartos estaban frente a frente.
Volteamos a vernos y un impolso hizo que lo.abrazara.
Lo solté al instante en que me di cuenta de lo que estaba haciendo.
Entre a mi cuarto, poniendo seguro en  la puerta y dejandome caer al piso.
[¿ Porque hice eso?] mis pensamientos estaban algo confundidos...

Enamorada de mi esclavoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora