1997

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Un trece de octubre de 1997, en una cuna de oro nació un hermoso bebe de cabello tan rubio qué sus padres eran los más orgullosos y felices del planeta.

Un heredero al fin de todo cuanto el adinerado empresario poseía, había nacido.

No contaban con la envidia y rencor del hermano mayor, qué su esposa era tan estéril como los utensilios médicos de la mejor clínica del planeta.

Dos días despues del nacimiento, un hombre entró a la recamara del bebé burlando la seguridad de la mansión. Tomó el precioso tesoro de la pareja y se lo llevó muy lejos.

En la puerta de un clandestino negocio fue dejado ese niño, con nada encima más que un dije en forma de sol. El ladrón tuvo la decencia de dejarle la joya dándole la oportunidad de algún día probar quien era.

Era las fatídicas cuatro de la madrugada, el negocio cerraba sus puertas, el frío comenzaba a sentirse en los huesos. Ni todo el alcohol qué las damas qué trabajaban en ese lugar tomaron, las hacía sentir calor.

La dueña cerró la última puerta, pero antes de hecharle llave, escuchó un llanto de un bebé, volvió a abrir la puerta, tal vez era alguna de las chicas anteriores de su  bar, quien había tenido un bebé y volvía por ayuda.

No vio ninguna persona. El llanto ya no se escuchó. Pero justo al volver a cerrar, ese tierno llanto de escuchó otra vez.

Ella abrió la puerta y enfocó cuán águila, su vista en la oscuridad. No se veía ninguna persona. Buscaba en el lugar equivocado. Al bajar la mirada al sonido del llanto. Ahí estaba.

Una enorme caja de cartón era la que lloraba. La levantó y metió. Las demás mujeres que ahí trabajaban fueron a ver que era lo que La jefa Eun llevaba en esa caja.

Un lindo bebé que no dejaba de llorar estaba adentro, una muy valiosa joya colgaba de su cuello y un pañal exageradamente lleno también colgaba.

-Rápido, trae una bolsa de plastico y leche - dijo Geum, la más joven del grupo.

-Las mantas qué compraste el mes pasado - dijo Eun a otra de ellas.

-De donde saco leche en este lugar - respondió Lisa a la joven Geum.

-En mi habitación hay una botella, - dijo ella ante la sorpresa de las demás damas.

Lisa corrió por ella y Ross llegó con las mantas.

Improvisaron un pañal en lo que la mañana llegaba y podrían ir a las tiendas a comprar lo necesario. También una mamila haciendo un ligero orificio a una bolsa de plástico.

Lo alimentaron y arroparon, se turnaron para arrullarlo. Las cinco mujeres que vivían en ese lugar decidieron quedarse con ese bebe. Jisoo las convenció de hacerlo, sería como la luz en su vida después de la vida que llevaban.

En la mañana fueron a registrar su nacimiento, después de llevarlo al hospital a que lo revisaran. Ahí les dijeron que era un infante con tres  días de nacido, era diez y seis de octubre así que en su paritida de nacimiento, decía el nombre que entre las cinco eligieron. Jimin.

Y el apellido de la menor, ya que era nueva en ese lugar y podría fácil pasar como su hijo, pero habían acordado qué las cinco lo amarían y cuidarían.

Park Jimin se convirtió en el amado hijo de esas mujeres de la vida galante. El precioso hijo de Eun, lisa, Ross, Jisoo y Geum.

Los años pasaban y ellas cuidaban con devoción a esa criatura. El creció hermosamente amando a esas cinco mujeres, y a otras que llegaban y se iban. Pero esas cinco se habían quedado juntas solo por el.

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