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Aida se volvió hacia Alejandro echa una furia.

-¡Hijo de puta! ¡He hecho todo lo que me has pedido! ¡Asesino!

Se abalanzó sobre él pero Alejandro esquivó sus puñetazos.

-¿Has terminado? Aún tienes que aceptarme como marido, mi rein...

Una patada en la espinilla le hizo retroceder y llevarse una mano a la zona adolorida.

-¡Vete a la mierda, cabrón!

Aida acabó en el suelo ante la bofetada que le había propinado Alejandro y eso hizo que Lucía, hecha una furia, le lanzase un puñetazo que impactó de lleno con su nariz.

-¡Tócala de nuevo y te mato!
-Que gracia que digas eso cuando por culpa tuya su padre está muerto.

Lucía se quedó en blanco.

Las palabras hicieron que la temblasen las piernas. Retrocedió tratando de no dejarse vencer y acabar en el suelo.

-Eso... eso...
-No es verdad. -Terminó Aida por ella. -Has sido tú quien ha disparado. Ella... ¡Ella solo intentaba salvarme! ¡Cómo ha hecho desde que la pedí ayuda sin conocerme de nada!

Lucía sintió las lágrimas.
No sabía por qué lloraba. Si de alivio, felicidad o pena, o por todo ello a la vez.

-¡He matado a tu padre porque ella se metió! ¡Si hubiera cerrado la boca y todo hubiera seguido su curso, Peter estaría aquí!
-¡Has apretado el gatillo porque has querido! -Volvió a abalanzarse sobre él.  -¡Te mataré! ¡Por mi padre qué te mataré!

Pero Alejandro sacó el arma de nuevo.

-¿Estás segura de ello? -Apuntó a Lucía. -Mí objetivo era ella, no me hagas hacerlo.

Aida se alejó y levantó las manos.

-No lo hagas... suficiente nos has hecho sufrir ya. ¿No tienes bastante?

Alejandro negó.

-Lo quiero todo. Tu reino, dinero, a ti...
-Baja el arma. -Suplicó. -Baja el arma y será tuyo.
-¿Incluso tú?
-Incluso yo.
-No, Aida. No lo hagas. -Lucía se acercó pero Aida elevó una mano hacia ella. -Alteza, por favor...
-No permitiré que nadie muera más, Lu. -Se volvió hacia Alejandro. -Permíteme despedirme al menos.
-Hoy me siento generoso. Tenéis 2 minutos.

Aida corrió hasta Lucía y se lanzó a sus brazos rodeándole la cintura con sus piernas.

-Mi niña. -Susurró Lucía.
-Como me hubiera gustado vivir una historia contigo.
-Aida...
-No, Lu. Ya he perdido a mi padre. -Las lágrimas se deslizaron por sus mejillas. -Ese cabronazo no va a robar ni una vida más.
-Va a robarte la tuya...
-No lo hagas más difícil, por favor. -Dejó un beso en sus labios. -Te quiero. Y quizá... algún día... podamos reencontrarnos.
-Lucharé, te salvaré. No permitiré que pases el resto de tu vida con él.

Aida la sonrió y volvió a dejar un beso en sus labios.
Sabían a sal por las lágrimas de ambas, que no dejaban de caer.

-Lo sé.

Bajó al suelo y la abrazó por última vez.

-Lista para ir al infierno. -Miró una última vez a Lucía. Eso la dio algo de fuerzas para caminar hacia Alejandro. -Terminemos con esto de una vez.

Alejandro sonrió con malicia.

-Esa es la actitud, mi reina. Solo tienes que decir "sí, quiero" y estará hecho.

Aida cerró los ojos y vio los de su padre.
La pedían que no lo hiciera, que habría algún otro modo de remediar aquello.
Pero Aida sabía que no lo había, sabía que la vida de todas las personas de aquella sala, dependían de ella.

-Sí, quiero. -Dijo finalmente con un nudo en la garganta.

El párroco tardó en reaccionar.
Pero la mirada que le lanzó Alex fue suficiente para hacerle salir del estupor.

-Yo... os declaro ma... marido y mu... mujer. -Tragó saliva. -Puedes besar a la novia...

Y en cuanto Alejandro se acercó a Aida y la tomó entre sus brazos para besarla, el párroco huyó.

-Ya eres mía.
-De eso nada.

Ambos se volvieron hacia Anna que, sin que nadie se diera cuenta, había conseguido hacerse con la pistola de Alejandro.

-Hasta que la muerte os separe.
-Madre, no lo hagas. Tú no eres como él, no eres una asesina.
-Por tu padre y por ti, sería capaz.
-Lo sé, madre. Lo sé. -Se acercó a ella. -Pero luego, ¿qué? ¿Acabas en la cárcel por este hijo de puta? ¿Te arruinas la vida?
-Sin Peter, yo ya no tengo vida. -Lloró. -Por lo menos si le mato tú podrás vivir y ser feliz con Lucía. Como yo lo fui con él...
-No digas eso, por favor. Aún te queda mucho por delante, Aroa y yo no somos nada sin ti.

Se puso delante del arma, la pistola le rozaba la garganta.

-Apártate, Aida. Deja que acabe con él como él no dudó en acabar con tu padre.
-Padre no va a volver...

Anna dejó caer el arma y Aida la abrazó.
Ambas cayeron al suelo mientras Anna rompía en un llanto desgarrador.

-Lo siento, madre. -Musitó Aida tratando de no echarse a llorar también.
-No fue culpa tuya. Tú estabas dispuesta a casarte por todos nosotros y es lo que has hecho. -Miró a Lucía. -Tampoco fue culpa tuya. Aquí hay un único culpable.

Alejandro rodó los ojos.

-Me aburrís con tanto drama.
-¡¿Drama?!
Lucía apretó los puños.
-Sí, drama. Sois unas...
-Me he casado contigo. No consiento que te comportes de este modo, Alejandro Montgomery. -Aida dio un beso en la sien de Anna antes de levantarse y girarse hacia su, por desgracia, marido. -Todos los habitantes de Nordlichter te han visto matar al rey, querido. ¿Crees que te vas a salir con la tuya? Estás jodido. Más que jodido. Todos adoraban a Peter Brooke.
-¿Y? ¡Ahora soy el nuevo rey!

Aida negó.

-No, aún no.
-¿Cómo qué...?

Los guardias irrumpieron en el salón real. 2 de ellos agarraron a Alex de cada brazo.

-¡¿Qué has hecho, Aida?!
-El reino de Nordlichter es un poco diferente al resto, querido. Por supuesto tú no lo sabías. -Aida se acercó a él. -Hace mucho tiempo, mi abuelo Ronald, ante un suceso similar a este, acordó y creó una ley en la que no valdría sólo con casarse con un rey o reina de Nordlichter para obtener el título, tenía que haber una ceremonia para coronarlo. Dicha coronación la realizaría el familiar vivo más cercano del que llevara el título. En este caso, mi madre porque a mi padre lo has matado. -Aida sonrió con suficiencia. -Pero has cometido un grave error, Alex. Asesinato y traición a la corona antes de convertirte en parte de ella.



¡Un giro de los acontecimientos!
Parece ser que, en cierto modo, Alejandro pagará por sus crímenes. Y sobre todo, ¡Aida no tendrá que sufrir pasar el resto de su vida junto a él!

La reina de Nordlichter Donde viven las historias. Descúbrelo ahora