-¡Lu! ¡Debemos encontrar a Carla, Claudia y Jesús! -Sollozó. -¿Y sí...?
-Shhhhhh. -Lucía tomó a Aida entre sus brazos. La meció suavemente. -Ya está, cielo. Solo te dormiste.-¡No! ¡Nuestros amigos!
-Están a salvo, Aidi. Te lo prometo.-¿Cómo lo sabes?
-Cuando te dormiste repentinamente me asusté porque respirabas muy débilmente y tenías fiebre. Fui a buscar a tu madre porque no sabía que hacer, ella me dijo que no me preocupara, que te pondrías bien. Te cambió la ropa húmeda por seca y me dijo que te dejara bien arropada para que no cogieras más frío.
De pequeña al parecer, tenías muchos problemas por pasar demasiado tiempo en el lago y por eso ella supo exactamente cómo ayudarte. Estabas helada, Aidi. Realmente creía que tú...-¿Y eso qué tiene que ver con Carla, Claudia y Jesús exactamente?
-No me has dejado terminar, mi amor. -Lucía la acarició dulcemente la mejilla. -Tu madre los encontró encerrados en el cuartito donde guardan los productos de limpieza el servicio.Aida se echó a llorar otra vez.
-Aidi...
-Creí que los había matado. -Sollozó. -Por mi culpa, por no querer casarme con él. Creía que estarían muertos.
-Mírame. -La tomó la cabeza entre las manos. -No habría sido culpa tuya, ¿me escuchas? Él es el único culpable, no tú. Métetelo en esa cabecita tuya, ¿vale?Aida escondió la cara en su cuello y Lucía se echó a su lado. Echó la manta sobre ambas.
***
Cuando Aida se durmió, Lucía salió sigilosamente del cuarto intentando no hacer ruido.
Quería dejarla descansar, aunque no tardaría mucho en volver por si volvía a despertarse sobresaltada.Ya no tenía mucha fiebre, pero aún la quedaban una decimillas y Anna la había advertido de que podía volver a subirla. Estaría pendiente, siempre lo estaba.
-¿Cómo está? -Preguntó Anna nada más verla.
-Durmiendo.
-No está bien, ¿verdad?
-Ha tenido una pesadilla y estaba muy alterada, pero conseguí calmarla.Anna soltó un suspiro.
-Peter solía encargarse de los malos sueños de Aida y Aroa y se le daba muy bien. -Sonrió con tristeza. -Las construía un fuerte con almohadas y sábanas, ponía un colchón para que estuvieran cómodas y se tumbaba con ellas en él. Las contaba historias llenas de fantasía, amor y aventuras. Incluso escribía historias con ellas, creo que aún guardo los cuadernos. Fue un padre increíble, hasta que... hace un año comenzó a ser más exigente con Aida. Después de que ella dijera que no se casaría ni heredaría el reino durante la cena del 5 de enero. Peter quería que fuese ella la que reinara Nordlichter, estaba obsesionado... Discutieron mucho, como nunca los había visto discutir y Aida se fue a la cama sin cenar. La escuché llorar toda la noche... no sabía de qué lado ponerme.
-Y lo hiciste del de Peter.
-Entiendo que me juzgues, de veras. Es mi hija y se supone que una madre siempre debe ponerse del lado de... su hija.
-No te juzgo, simplemente no he vivido la situación y me cuesta entenderlo del todo queriéndola como la quiero. -Lucía desvió la mirada. -Aún así, sé que la cuidasteis y que fuisteis buenos padres para ella y Aroa. Eso no lo dudo, Anna.-Creo que deberías volver con ella. Quizá leerla un libro. Tendrá que quedarse en cama todo el día y convencerla será una tarea ardua, es muy cabezona.
Lucía asintió.
-Lo sé. Si ves a Carla, Claudia y Jesús, diles que vengan a verla un rato, con ellos me será más fácil hacer que cumpla.
-Eso haré.***
Aida abrió los ojos encontrándose con una mirada verde cargada de cariño y ternura e incluso con algo de preocupación.
-¿Estoy viendo a un ángel? -Preguntó con una sonrisa boba.
Las mejillas de Lucía se tornaron de un intenso tono carmesí.
-Tonta.
La tapó los ojos para que dejase de mirarla.
-¡Hey! -Se quejó Aida tratando de apartarla la mano.
La gustaban demasiado las vistas.Y entonces, alguien llamó a la puerta.
-Pasad. -Dijo Lucía con una sonrisa enorme en la cara.
-Hey. -Carla, Claudia y Jesús entraron a la habitación dejando a Aida sorprendida.
Intentó incorporarse pero Lucía se lo impidió.-¡Chi... cos! -Sus ojos se llenaron de lágrimas.
Claudia fue la primera en abalanzarse sobre ella seguida de Carla y por último, Jesús. Este algo más tímido y delicado.
-¡Hey! No me la aplastéis, por favor. Me gusta entera.
Se separaron de Aida y se abalanzaron sobre Lucía. Está soltó un gemido y todos, incluida Aida, se echaron a reír.
-¡Estábamos muy preocupados! -Claudia apartó una lágrima rebelde que la rodaba por la mejilla.
-¿Vosotros? ¡Nosotras estábamos al borde del colapso!
-Literalmente. Aida casi se muere de la preocupación.
-Vete a la mierda, Lu.
-¿Qué he dicho ahora?Aida entornó los ojos y la sacó la lengua.
-¿Ya está bien? No corre peligro ya, ¿no? -Preguntó Carla realmente preocupada.
-¡Pues claro qué no! -Respondió Aida. -Estoy como una rosa.
-Eso no es verdad. -La recriminó Lucía. -Tiene aún fiebre y necesita pasar todo el día en cama.Aida resopló.
-Esto es peor que la cárcel, madre mía. Estoy bieeeeen, solo miradme.
-Viendo como se está comportando tendremos que estar con ella todo el tiempo. En cuanto esté sola, se pirara. -Intervino Jesús con el ceño fruncido.
-Tienes razón. -Admitió Lucía. -Bien. ¿Cómo lo dividimos? Para vigilarla.
-Dos y dos, ¿no?Todos asintieron.
-¿En serio? -Aida resopló hastiada.
-Bien, pues Claudia y Carla. -Ignoró el comentario de Aida y sonrió cuando vio a las mencionadas abrazarse emocionadas. -Y tú y yo, Gisus.Jesús asintió feliz.
-Pues yo me muero de hambre y Lucía ya lleva un rato. ¿Empezáis vosotras?
Ellas aceptaron conformes.
Siento MUCHÍSIMO haber tardado tanto en actualizar.
Honestamente, tuve un bloqueo de la leche y no sabía como seguir ¡pero conseguí escribir este capítulo! Espero que os guste e intentaré subir el próximo lo antes posible.
¡Gracias por la paciencia!
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La reina de Nordlichter
FanfictionAida Brooke es la hereda al trono de Nordlichter pero ella no quiere ser reina. Cuando se da cuenta de los planes del que sus padres han decidido que sea su futuro marido, huye encontrándose con una castaña de ojos verdes en la que decide confiar pa...