CAPITULO 48

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BECKY

- ¡No me lo puedo creer!
- ¿Estas bien?. Pregunta la chica. Yo asiento, pero no puedo hablar.

- ¡Acabo de romper aguas!

Comienzo a tocar todos los botones. El ascensor no se mueve y me pongo histérica. La joven me coge de las manos tira de mí y dice:

- Tranquila, no te preocupes por nada. Rápidamente te saco de aquí. Y aprieta el botón de la alarma del ascensor.

De pronto comienzo a temblar y ella, agarrándome por los hombros, dice para distraerme:

- Me llamo Neung y acabo de llegar a la ciudad.

En estos momentos no estoy para charlas y, mirándola, digo, sacando mi móvil de la chaqueta:

- Tengo que llamar a mi prometida. Está en el centro comercial, seguro que ella nos saca de aquí en seguida.

Mientras marco el teléfono de Freen, veo que la joven sigue apretando el botón de auxilio y mis pies están cada vez mas encharcados. Suena una vez y Freen me saluda.

- Hola, cariño.

Controlando las ganas de llorar por el susto que tengo, digo:

- Freen, no te asustes, pero...
- ¿Que no me asuste?. ¿Dónde estás? ¿Qué ocurre?

Cierro los ojos. Me la imagino descompuesta en ese instante. Me viene una contracción y, apoyada como estoy en la pared del ascensor, me dejo caer hasta llegar al suelo. La joven que está conmigo, al verme, me quita el teléfono y dice:

- Soy Neung. Estoy con tu mujer en el ascensor del fondo del centro comercial. Ha roto aguas y el ascensor no responde. Llama a una ambulancia a la de ¡YA!

FREEN

Me paralizo. ¿Rompio aguas y está atrapada en un ascensor? Loca, ¡me vuelvo loca! Pero ¿es que con Rebecca nada puede ser normal? No sé hacia dónde andar.

Me muevo en círculos, mientras Tee, al ver mi desconcierto, busca respuestas en mí que yo soy incapaz de darle, y entonces pregunto:

- ¿Cómo está ella? ¿Rebecca está bien? Oigo una respiración acelerada, sé que es ella, y la voz de Neung insiste:

- Tranquila...

Pero no, no puedo tranquilizarme. ¿Cómo me voy a tranquilizar? Rebecca ha roto aguas, yo no estoy con ella... como puedo, le cuento a Tee lo que ocurre y a ésta le cambia el gesto como a mí y veo que se lleva las manos a la cabeza.

Como una loca, sigo preguntando. Doy órdenes sin saber, hasta que Neung me corta y, con voz pausada, indica:

- He dicho que estés tranquila. Estoy con ella y todo irá bien.

Acto seguido la comunicacion se corta.

LA CEODonde viven las historias. Descúbrelo ahora