LA CEO

CAPITULO 60

BECKY

Ya han pasado dos  semanas y cada vez se acerca la fecha a pasos a gigantados.
Neung e Irin me convencen de ir por unas copas como despedida de soltera. Al llegar de madrugada subo a la habitación, está a oscuras, pero siento la presencia de Freen. Con cuidado, me pongo un liviano camisón Rosado, pero estoy torpe. He bebido más de la cuenta. Mis ojos poco a poco se adaptan a la oscuridad y una sonrisita me asoma en los labios al oír que mi amor se mueve. No dice nada, pero sé que está despierta y me observa. Me espera.
Miro el reloj digital de números naranja que está sobre la mesilla. Las 4.18. Me acerco a la cama. Freen está boca arriba. La miro. Tiene el torso descubierto y los ojos cerrados.
¡Qué sexy y tentadora es!
Me subo a la cama e, impaciente, me siento a horcajadas sobre ella. Sonrío al ver que se le curvan las comisuras de los labios. Ya sabía yo que estaba despierta.
Me acerco a ella despacio. Me encanta su olor. Le beso la frente, la mejilla izquierda, la derecha, la punta de la nariz, la barbilla y, finalmente acercándome a su boca, murmuro:

- Eres mía. Sólo mía. Sonríe.
Sé que le gusta oírme decir algo tan de ella.

Abre los ojos y, como siempre, su mirada me hace arder.

- ¿Has ligado mucho?. Pregunta.

Honestamente le tendría que decir que sí. Pero contesto:

- Con nadie tan maravillosa como tú. Me da un azote que suena hueco e insiste:

- Entonces, has ligado.

Sin ganas de que se enfade por esa tontería, respondo:

- Teniéndote a ti no necesito a nadie más.
Deja que devore su boca y, cuando nos separamos, cuchicheo:

- ¿Qué te parece si nos sentamos en ese sillón que nos espera junto al jacuzzi y hacemos un trío? Tú, él y yo.
No responde.

Sé que la enloquece la propuesta. La noto temblar y, apretándome contra ella, murmura:

- Mmmmm… estás juguetona.

FREEN

Sus manos vuelan por mi cuerpo y sonríe. Sin duda, ese juego morboso y caliente, cada vez nos gusta más.

- Estoy tan caliente, tan receptiva, tan loca por ti, que en este instante sería
capaz de abrir  las piernas para que otra me follara mientras tu observas y…

- ¿Lo harías…? Le digo.  excitada por lo que dice.

Los tríos son algo que ambas hemos experimentado por separado y yo espero que algún día podamos vivirlo juntas. Imaginar lo que ahora me propone me pone a mil. Y tras soltar un jadeo  musita:

- Por ti soy capaz de hacer muchas cosas…, conejita.

Intento moverme para controlarla, pero no me lo permite. Clava las rodillas con fuerza en la cama y murmura, tomando las riendas:

- No… no… hoy mando yo.

Con sensualidad, levanta los brazos y se quita el pasador. Su castaña melena que tanto me gusta cae sobre sus hombros, rápidamente la acaricio. Mimosa, busco su mano con la boca y se la beso con dulzura mientras noto mis latidos acelerados.  Rebecca me aviva el corazón. Nadie lo hace como ella.

Me estremezco bajo su mirada e, inclinándose, me incita a que le bese los pechos, lo hago por encima del camisón. Los mordisqueo hasta que el juego le sabe a poco y, bajando la tela con urgencia, accedo a sus pezones, que devoro con mi boca caliente.
Oh, Dios, ¡qué gustazo!
Se arquea hacia mi. Se entrega. Mi lengua juega con sus pezones, poniéndoselos erguidos. Con fervor, lamo, chupo y muerdo con deseo. Con descaro, mueve las caderas sobre mi y siento como mi enorme erección crece con cada movimiento.