LA CEO

CAPITULO 16

BECKY

A las siete y media de la mañana del lunes  estoy en pie. Le doy de comer a bombom y yo desayuno.
A las ocho y media entro en la oficina. En el ascensor me encuentro con cabeza de hongo y nos saludamos, bromeamos sobre nuestro fin de semana, subimos a la cafetería. Diez minutos después el café queda desparramado en el suelo cuando veo entrar a Freen junto a mi jefa y dos hombres más.

- Vaya ya han llegado los jefes dice seng.
- Oye tu fuiste secretario del señor Chankimha ¿De que murió? Pregunto curiosa.
- Era un hombre extraño, murió de un ataque al corazón.
Sigo observando la mesa del fondo donde esta ella. Miro a seng y vuelvo al ataque con mis preguntas.

- ¿El  señor tenia más hijos?
- Si, pero solo frozen vive
- ¿Frozen?
Seng ríe y acercándose me dice:
- Freen Chankimha es frozen la mujer de hilo. ¿No haz visto su cara? Las ocurrencias de seng hacen qué siga riendo.
- ¿Porque no tenían una buena  relación? Seng pone un mechón de pelo tras mi oreja y contesta:
- No lo se. ¿Cuando vas a salir conmigo?
- Nunca. Digo tajante
- ¿Ni si quiera por un helado?
- Eres a quien todas las chicas quieren, pero a mi no me gustan los champiñones así que buscate a otra. Me mira y me dice:
- Me gusta lo difícil.
Eso hace que suelte una carcajada que retumba en la cafetería. Cinco minutos después de seguir divirtiéndome con seng vuelvo a mi escritorio, al llegar me doy cuenta que la puerta de Freen está abierta.
Me instalo en mi silla y suena el teléfono.

- Señorita Armsttong ¿puede venir a mi oficina por favor?
- Si. Contesto.
Me levanto y me dirijo a su oficina, al llegar golpeó la puerta entro y pregunto;
- ¿Necesita algo señora Freen?
- ¿Coqueteando en la hora de trabajo, señorita Armstrong?
Quiero reírme por su pregunta pero aguanto la risa y vuelve a preguntar.

- ¿Que hay entre tú y ese cabeza de hongo? La miro sin dar una respuesta.

- Le he preguntado algo señorita Armstrong, conteste.

Ante sus palabras me lleno de ira y digo lo primero que se me viene a la cabeza.
- Eso no le incumbe señora.
- Contestame. Dice y notó molestia en su voz.
- Mire señora, lo que me pregunta no es de incumbencia así que si no necesita nada más ve retiro.  Vuelvo a mi escritorio muy molesta y cuando me siento escucho el teléfono

- Señorita Armstrong, venga a mi oficina. Maldigo y pienso en cómo matarla en mil maneras diferentes.
Al llegar entró a su oficina y me dice;

- Cierre la puerta. Hago lo que me ordena y siento que se para de su escritorio.

- Te extraño Beccky.
- Para usted soy la señorita Armstrong
Me mira con su gesto serio y se que esta molesta.

- Acercate. Me ordena
- No voy acercarme más.
- No he podido dormir pensando en ti. Se acerca a mi y me agarra por la cintura. Y queda con su mandíbula apretada cuando la empujó.

- Escucheme bien. Yo no soy una muñequita de esas a las que supongo que está acostumbrada a 
dar órdenes. No vuelva a tocarme o la demandare por acoso.
Al ver que no hay respuesta de su parte, me doy vuelta para volver a mi despacho.
Pero sin darme tiempo a moverme, se agacha y muerde mi labio inferior. Cierro los ojos. Ella se ha propuesto que sea así y lo ha conseguido.

- Perdóname. Dice
Su poder es inmenso y ya me tiene donde quiere. Me  besa. Esta vez con desesperación y yo me dejo.
Levanta mi falda y su mano con rapidez llega a mis bragas.

- Estas húmeda. Me susurra.
Siento como mete uno de sus dedos en mi interior, luego otro. Me besa de nuevo con impaciencia, mientras me hace abrir las piernas con su pierna y sus dedos entran y salen una y otra vez de mí. Con su boca sobre la 
mía, reprimo mis gemidos y sé que el clímax está cerca. Vuelvo a besarla para reprimir mi gemido en su boca.
¿Qué he vuelto a hacer? ¿Cómo puedo ser tan idiota cada vez que la veo?.

- Puedes volver a tu puesto de trabajo, si vuelvo a necesitarla la llamaré.

Será idiota. Salgo del su oficina y  cierro la puerta, me apoyo en ella y miro a mi alrededor durante unos segundos. Todos fuera de mi están trabajando. Parece que nadie se ha dado cuenta de lo que acaba de suceder.