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8:30 AM

Era temprano, y a pesar de que el clima estaba un poco fresco, el pronóstico del día anunciaba que el sol brillaría a medida que avanzara la mañana. Los niños corrían y jugaban en el patio de la escuela, aprovechando el tiempo que les quedaba antes de que las clases comenzaran. Mientras tanto, en el aula de clases, Anna se encontraba sentada, esperando pacientemente a su amiga Amelia.

En su cuaderno, Anna garabateaba un poco. No podía quitarse de la cabeza el día anterior en la clase de música. Admiraba profundamente el talento de su amiga Amelia y soñaba con ser como ella con su guitarra. Anhelaba convertirse en una experta en la música y poder impresionar a su papá con su habilidad.

No pasó mucho tiempo antes de que Amelia hiciera su entrada. Llevaba una bufanda, ya que las mañanas frías a menudo le provocaban un poco de congestión nasal debido a sus alergias estacionales. Pero lo que destacaba en su apariencia era un chullo azul que lucía algo desgastado pero muy lindo.

—¡Hola, Anna! —saludó Amelia con su característica voz nasal mientras cubría su cabello con el chullo y lo ajustaba desde ambos extremos.

—Hola, Amelia. Me gusta tu gorro, es bonito. ¿Por qué no lo habías traído antes? —preguntó Anna.

—Estaba esperando a que mi papá lo lavara. Es mi herencia, pertenecía a él.

—Wow —dijo Anna mientras se acercaba para tocar el chullo—. También es bastante suave.

—Mi papá cuidaba mucho de este gorro. Según lo que me contaron, era un accesorio muy preciado para él.

Amelia volvió a colocarse el chullo y, al entrar algunos compañeros al salón, recibió algunos cumplidos. La pequeña comenzó a pensar que tal vez la popularidad de su papá estaba relacionada con ese chullo azul y decidió que lo usaría con más frecuencia.La campana sonó, anunciando el inicio de las clases, y Amelia no podía esperar para que su papá firmara ese consentimiento. 

Tenía muchas ganas de unirse a la orquesta y estaba emocionada por lo que el futuro le deparaba.

11:00 AM

Craig terminó de realizar la misma rutina matutina de siempre, justo terminó de hacer algo de ejercicio, tomó un baño y luego se dispuso a jugar un ratito con Stripe.

Vio que también podía ordenar un poco su recámara, miró la hora, eran las 11 de la mañana, así que se puso manos a la obra, al terminar decidió pasarse a la habitación de Amelia también y a la sala de estar, a la cocina, al patio y a la cochera.

Ya eran demasiadas tareas domésticas, pensó, así que subió a su oficina, ordenó un poco los papeles de su escritorio, prendió su computador y pretendió trabajar, sin embargo volvió a levantarse, salió y se dirigió nuevamente con Stripe, volvió a jugar con él, miró que no ordenó bien su mesita de noche, así que lo hizo, aprovechó también para limpiar el estante de juguetes de su hija.

No podía salir de ese bucle, pero era lo único que lo mantenía ocupado para quitarse todos esos pensamientos abrumadores que tenía desde ayer encima, anoche no logró conciliar por completo el sueño, así que decidió aprovechar para intentar trabajar, pero tampoco lo logró, se limitó a leer unos cómics que tenía arrumbados, la fantasía lo ayudaba un poco a librarse de aquello.

1:00 PM

Después de leer y jugar un rato, Craig volvió a revisar la hora. Todavía faltaban dos horas para la reunión con el maestro de Amelia, y el día parecía eterno. No sabía cómo distraerse más y necesitaba alejar sus pensamientos, así que decidió que sería una buena idea visitar a sus amigos en su lugar de trabajo. Después de todo, trabajaban en una tienda departamental, y tal vez una charla con ellos podría ayudarlo a aliviar su mente.

Melódico Drama!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora