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"Echar de menos una sensación que creyó nunca necesitar"


Sus ojos se sentía tan pesados hasta hace unos minutos logró dormir pero nuevamente y  desgraciadamente despertó. Escucha la música que se suena al otro lado de la pared de la cafetería, tuvo la idea de aprovechar en su descanso del turno dormir un rato pero solo pudo lograrlo unos minutos.

Se arrepiente de no haber dormido anoche por quedarse viendo otra vez de sus programas y sin mencionar que ya perdió la cuenta la veces que volvió a mirar esa película que le encantaba, " El castillo ambulante". Nunca lo menciona y hasta le ruega a sus amigos para que vea esa película con él pero ellos no lo entienden mucho en ese sentido.

Aún así valió la pena poder volver esa hermosa película que cada vez que la mira fuera como la primera vez, siente que es su zona de confort y aunque no tenga con quién compartir esa emoción, el la seguirá viendo mientras se acuesta en el sofá en media noche, comiendo algún dulce o probablemente ramen. Cada vez que lo recuerda su pecho se siente tan cálido.

Abrió sus ojos pero los rayos de la luz salían y le daba un poco en la cara, inmediatamente cerró sus ojos por la intromisión en sus pupilas. Giró su cabeza aún estado apoyada contra la mesa, no importaba si la posición era incomoda.

Su mente se sintió calmada y ahora divagaba más allá de sus pensamientos. Comenzó a pensar en la sensación de estar en una suave cama, mientras los destellos del sol sobresalía del poco espacios que tenía la persiana y apuntaban en la sábanas blancas, también a su cara pero aún así todo es muy borroso.

Se sentía embriagado por la tranquilidad, todo era muy suave, tan cálido, esto si era un sueño pero no importaba, mientras pudiera sentirse diferente por un momento aunque se sienta como una mentira, aunque no sea real.

Y de repente ya no estaba en un estado en que si lo estaba imaginando o si solo estaba soñado solo se dejaba llevar por suavidad del momento, sumergido en una paz. Quizás ahí ya no estaba estresado, ya no se sentía tan triste, todo era muy bueno.

Tenía un suéter beige de lana, debajo de esa sábana, solo miraba esa persiana y sentía su mejilla contra la almohada, pero de repente una calidez se hacían presente o se hacía notar en su espalda. No volteó, no se movió, no se sintió inquieto.

Era la calidez que provenía de otra persona, no se sintió sorprendido. La respiración del contrario en su oreja se sintió como energía que recorrió por su columna y una sonrisa se hizo presente en su rostro.

Unas manos comenzaron a rodear su cintura y bajó la mirada por la curiosidad de cómo eran, se fijó que no eran manos femeninas. Unas manos que se hacía notar unos caminos azules y otras verdes en su dorso. Dedos medianos que hacía sentir cosquillas en su abdomen.

El cariño, las caricias, la calidez.

Esos brazos lo rodearon y lo hicieron apegarse más a aquella persona, sintió su nuca pegada en el pecho de este y la respiración en su cabello. Sus ojos se cerraron y de repente se sintió tan nostálgico, tan solo, sabía bien que el no tenía eso y quizás nunca pueda sentirlo de verdad.

A pesar que sintió nunca necesitar de esas emociones, de esas manos, de esos brazos que lo rodeaban y lo hacían sentir tan protegido.
Solo cerró nuevamente sus ojos y puso sus manos encimas de los brazos de este hombre. No sabía bien, pero quería estar así toda una eternidad.

Hasta que un movimiento lo hizo abrir sus ojos de golpe y volvió a su realidad. Suspiró y guiño tratando de acostumbrarse a la iluminación del lugar, miró arriba y simplemente se encontraba su compañero Jiwoong del trabajo que tenía una sonrisa burlona. Era bastante obvio pero se dio cuenta que solo era un sueño.

TMZ [Minsung]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora