capítulo 33

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Al día siguiente, me cuesta abrir los ojos. Cuando mi mente empieza a ser consciente de donde estoy, me encuentro con un bulto aplastándome. Logan tiene su pierna y su brazo sobre mi cuerpo, abrazándome y mi cara está pegada a su pecho. Observo su expresión angelical y paso mis dedos por su pelo. Hago lo mismo por su frente, sus mejillas y su cuello. Mis movimientos son lentos porque no quiero que se despierte y trago saliva cuando sus labios se curvan en una ligera sonrisa. Está dormido y está sonriendo. Algo se remueve en mi interior y acerco mis labios a los suyos, en un roce suave y apenas imperceptible. Él pone una mueca, pero se acerca más a mí, agarrándome más fuerte de la cintura. Abre los ojos y encuentra mi mirada. Su ceño se frunce enseguida.

- ¿Qué pasa?

No sé a qué se refiere hasta que siento una lágrima resbalar por mi mejilla. Me doy prisa para deshacerme de ella. Mi voz suena débil cuando hablo.

- He tenido una pesadilla – miento.

Me acerca a su pecho y deposita un beso en mi frente. Dejo que las lágrimas salgan esta vez y él no hace preguntas. Sabe que cuando tengo pesadillas, no me gusta hablar de ellas, y agradezco infinitamente que se lo haya creído. Minutos después, mi respiración vuelve a la normalidad gracias a sus caricias en mi espalda.

- Estás tan guapa por las mañanas.

- Siempre me dices eso y siempre mientes – digo, limpiándome los ojos.

- Cállate y bésame.

Lo hago sin dudarlo, sabiendo que es posible que sea la última vez que me lo pida, y me pego a él todo lo que puedo. Muerdo su labio inferior, juego con su lengua y le paso los dedos por la nuca, el cuello y las mejillas, absorbiendo todo de él.

Cuando llego a la tienda aún faltan quince minutos para mi turno, pero decido entrar. Alice y Josh discuten sobre algo cuando llego al mostrador y él se tapa las orejas en un intento de no escucharla para molestarla. Al final, ella termina golpeándolo en la cabeza y él trata de abrazarla, pero consigue escabullirse.

Las horas pasan más despacio de lo normal. Miro el reloj pero es como si el tiempo se hubiese detenido cuando me despedí de Logan esta mañana. Me ha mandado un mensaje para comer juntos, pero no le he contestado. Me da pánico tenerle cerca y no poder hacerlo. Cuando mi jornada termina, recibo otro mensaje. Decidida, tecleo algo bajo el temblor de mis dedos y la respuesta no tarda en llegar.

Mis piernas empiezan a temblar cuando veo su puerta a lo lejos y respiro profundo antes de llamar al timbre. Por una milésima de segundo quiero salir corriendo, pero ya es demasiado tarde. El rostro de Lily me recibe al instante y soy atrapada por sus brazos en un abrazo maternal y cariñoso. Subo las escaleras a cámara lenta, como si tuviera miedo de llegar al pasillo, y me resulta fácil enfocar a Logan porque tiene la puerta de su habitación abierta. Me asomo con cuidado. Está sentado en medio de la cama, con la guitarra en sus piernas y tocando una especie de variación de cuatro acordes. Un montón de papeles lo rodean y sus dientes muerden un lápiz. Cuando repite los mismos acordes varias veces, los apunta en una de las hojas y tararea una frase. La repite, acompañada de la melodía y sonríe satisfecho antes de escribirla en la misma hoja. Si no fuera por lo feliz que lo veo haciendo eso, me hubiese arrepentido de lo que he venido a hacer. Pero verlo así es un puñetazo de realidad y una señal de que tengo que hacer lo que creo correcto. Como si hubiese escuchado mis pensamientos, gira su cabeza y me dedica esa sonrisa que tantas veces estoy acostumbrada a tener solo para mí. Se incorpora y me da un beso suave en los labios, colocando su mano sobre mi cintura.

- ¿Estás bien?

Asiento y trago saliva. Tengo que acabar con esto cuanto antes.

- Necesito hablar contigo.

no decirte quieroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora