- No quiero hablar contigo.
- Me importa una mierda. ¿Qué mierda es ese mensaje? ¿Me lo estás diciendo en serio?
- Sí. Ahora puedes irte, estábamos viendo una peli.
- Vine a hacerte entrar en razón, Logan. No voy a dejar que lo tires todo por la borda.
El chico que hace un momento estaba a mi lado pasea por la habitación. Su espalda está tensa. Iván parece querer pegarle un puñetazo y Alice y yo nos miramos sin saber qué pasa.
- Ya hemos hablado de esto, Iván.
- No, has hablado tú y has dicho tonterías – se acerca a él y apoya sus manos en sus hombros – Te conozco. ¿Qué pasa? ¿Por qué ese cambio de opinión de repente?
- ¿Se puede saber de qué habláis? – Alice, que está apoyada en la pared, pregunta – Nosotras nos queremos enterar. No por nada, es que nos gusta el cotilleo.
- Alice, ahora no – dice Logan, frunciendo el ceño.
- ¿Qué pasa? – intervengo yo, esta vez.
- No es nada, Han.
- Ya, por eso os falta poco para pegaros.
- ¿No se lo has dicho? – Iván abre los ojos, sorprendido – ¿A tu hermana tampoco?
- ¿Qué nos tiene que decir?
- Han, no insistas.
Me pongo delante de él, para que me mire.
- Llevas distante conmigo desde ayer. ¿Qué es lo que pasa? ¿Por qué estás tan raro?
Él no despega sus ojos de los míos y percibo una pizca de culpabilidad. Mi estómago se encoje, porque de repente siento que el asunto es más serio de lo que yo pensaba.
- Creo que me voy a ir – la voz de Iván me hace girarme y mirarlo – Perdón por interrumpir.
- ¿Un poco tarde, no te parece? – Logan gruñe, pero su amigo se acerca a él, presionándole las mejillas con sus manos.
- ¿Sabes que te quiero y que estoy aquí siempre que lo necesites, verdad?
- Lo sé.
- Llámame esta noche, por favor.
- Eres un pesado.
- Prométemelo.
- Que sí.
Iván le da un abrazo corto y Alice contempla la escena con una mueca que, si no fuera por lo tensa que estoy, me reiría.
- Los hombres sois rarísimos – dice, y sale con Iván, dejándonos solos de nuevo.
El silencio nos inunda. Logan me da la espalda y lo siento suspirar. Yo me limito a quedarme en mi lugar.
- ¿Estás bien? – susurro.
- No.
El silencio vuelve.
- ¿Por qué no confías en mí?
Se da la vuelta en cuanto pronuncio esas palabras y su frente se arruga.
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no decirte quiero
Romance¿A dónde van las palabras que quisiste decir y que nunca pronunciaste? ¿Alguna vez te has arrepentido de no decirle lo que tanto deseabas a esa persona? Hannah tiene 24 años y está llena de inseguridades, pero también de ganas de vivir. Le duele el...