Dejo que la música calle mis pensamientos. Camino por la calle cabizbaja y estoy tan metida en mí misma que ahogo un grito cuando alguien a mi derecha me quita el auricular de la oreja.
- ¿Se puede saber qué te pasa? – digo, asustada – ¡Casi me matas!
Me llevo la mano al pecho y él se ríe.
- ¿Siempre eres así de dramática?
- Sí.
Detengo mis pasos y quedo en frente de él. Dedico unos segundos a mirarlo. Su sudadera marrón le queda tan grande que le hace ser muy adorable y su pelo está tan perfectamente despeinado que tengo que contenerme para no enredar mis dedos en él. Se mete las manos en los bolsillos del pantalón y sonríe infantil.
- ¿Me estabas siguiendo?
- Si te digo que sí, ¿saldrás corriendo?
- Por supuesto.
- Entonces no. Estaba en el bar de en frente y te vi pasar.
Entrecierro los ojos en su dirección.
- En serio, no te estaba siguiendo. No tienes que preocuparte.
- Menos mal.
- ¿De dónde vienes? Estás sudada.
- Gracias, es el mejor cumplido que me han dicho nunca.
- ¿Quién ha dicho que es un cumplido?
Lo fulmino con la mirada y él se ríe fuerte. Dios, adoro su risa.
- Estás preciosa.
- ¿Estás intentando arreglarlo?
- ¿Está funcionando?
- No.
- Ya.
Empiezo a andar de nuevo intentando parecer despreocupada y él me sigue. Caminamos en silencio a través de la gente y me sorprendo cuando me encuentro cómoda en ese silencio.
- Vengo de bailar.
- ¿Practicando mi baile?
- Ya te gustaría.
- Mucho.
- No soy tan buena.
- Eso lo dicen las típicas que luego te dejan con la boca abierta.
- En serio, no lo soy.
- Lo sabré cuando te vea algún día.
Veo por el rabillo del ojo que sus labios se curvan en una sonrisa torcida y siento mis mejillas arder.
- ¿Alguna otra cosa que tenga que saber de ti?
- No me gusta el queso.
- ¿En serio?
- Sí.
- Pero la pizza te gusta.
- Es que en la pizza está fundido. Sabe distinto.
- Estás loca.
ESTÁS LEYENDO
no decirte quiero
Romance¿A dónde van las palabras que quisiste decir y que nunca pronunciaste? ¿Alguna vez te has arrepentido de no decirle lo que tanto deseabas a esa persona? Hannah tiene 24 años y está llena de inseguridades, pero también de ganas de vivir. Le duele el...