3 Etéreo.

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Despertó con más flojera de la habitual, abrió los ojos lentos tratando de recordar detalles de aquel lindo sueño que había tenido.

-Suga- susurro, aquel pálido rostro tardaría en dejar su mente, así también como lo profundo de su voz, miro su mesa notando lo vacía que estaba- bueno a volver a la realidad- 

Se levantó rápido y fue a aquel lugar que usaba como ducha, un pequeño estero a las afueras, se quitó todo y se metió, dejando así lo malo dejará su ser, tan metido en su mundo que no noto los ojos curiosos que lo admiraban,

Es que Jimin no lo sabía, pero poseía una belleza única, casi andrógina, solo que los harapos y la sociedad propia de huir por su libertad entre tejados y calles sucias, lo ocultaban.

-Hermoso- siseo, se dio el gusto de recorrer cada curva expuesta con su filosa mirada.

Lo vio salir así todo etéreo del agua y su corazón saltó, jamás creyó ver a un hombre así de hermoso, por su parte Jimin ni enterado del fisgón, se secó y coloco ropa un poco más limpia que la que traía y luego de arreglar su largo cabello, tomó sus cosas y comenzó el camino de regreso al pueblo, ya que tocaba la parte que no le gustaba mucho, pero que tenía que hacer por necesidad, robar comida.

-¿Oye, vamos, que tanto vez? Tenemos que regresar antes que Jin se dé cuenta de que salimos- susurro una voz cerca de él, haciendo que dejara de ver al joven para mirar fijo y de mala manera a su hermano.

-Sí, si ya vamos-

Estaba allí, apoyado en la pared, mirando fijo el puesto de frutas más grande del mercado, la panza le rugía, pero tenía que ser prudente, ya era conocido por todos, mismos que de solo verlo tomaban resguardos, así que no podía moverse sin pensar.

-Hola Baby-

-Hola Beom- respondió sin quitar sus ojos de su presa, en cuanto el hombre aquel se descuidara atacara.

-Qué haces?-

-Tú que crees- noto como aquella mujer se acercaba y vio su oportunidad.

-No sé, por eso pregunto- dijo antes de darle una mordida a una gran manzana, gesto que llamó la atención del mayor.

-De donde sacaste eso?- apuntando la jugosa fruta.

-La compré- 

-La compraste- asintió- y como si se puede saber, que yo sepa tú jamás tienes dinero-el menor lo miró raro- qué?-

-La compre con las monedas que me diste ayer, que no recuerdas, llenaste mi tarro y como compraste la cena de todo el guro, con una de las monedas compre fruta para desayunar- y su cara se desfiguró, acaso eso no había sido un sueño?

-Como que yo te di...-

-Te pegaste en la cabeza acaso, ayer estabas repartiendo monedas a todos, por nadie está robando hoy- y fue que lo noto, el mercado que solía estar lleno de niños robando, estaba tranquilo, de ellos no había rastro- tener oro se te subió parece...- 

Entonces, pensó, si eso no había sido un sueño, él tenía en su casa a un...

-Tengo que irme- se echó a correr directo a su choza, con algo de emoción, si no había sido un sueño, entonces Suga estaba en aquella botella que dejó en el bolso, subió por los tejados hasta divisar su casa, pero, esta no estaba desierta- mierda-

Los guardias reales habían dado con ella, había al menos unos 10 hombres destruyendo lo poco que tenía, y si uno de ellos tenía aquel viejo bolso colgando de su cuerpo.

-Registren todo!- no buscaban nada en específico, era solo por el gusto de volver más miserables a los sin hogar.

-Baby no te quedes allí, te verán- le susurro una niña, al verlo parado en aquel tejado.

-Lo sé, pero es que tengo que ir por algo ...-

-Si vas allí te capturarán-cuando al fin los guardias, destruyeron todo lo que quisieron, se fueron sin más, dejando lo que fue un pequeño hogar en solo un montón de madera y lonas sobre aquel tejado, y para peor de todo, vio como se llevaban la botella de Suga.

-Maldita suerte- se dijo, había tenido la solución a todos los problemas, de la gente del pueblo y también los suyos, pero ahora lo había perdido, se apoyó en la pared y metió las manos en sus bolsillos, se deslizó hasta que su trasero tocó el tejado y dejó caer su cabeza al frente, claro signo de resignación, entonces lo noto, aquella moneda que estaba al fondo, la tomó en sus manos y volvió a meter la mano, sacando otra- no puede...- hizo lo mismo con la otra viendo que también salían monedas sin acabarse.

-De donde sacas tanta?- miro a los niños y le dio todas las que había sacado en ese momento, unas diez monedas, se levantó y pensó una forma de recuperar la botella, usando su primer deseo, bien sabía él que el dinero compraba todo y de eso él tenía mucho.

Llegó a aquella esquina y vio al grupo de chicos, se acercó a ellos, y luego de arrojarle un saco con 30 monedas al suelo los miro.

-Necesito que hagan algo por mí- 

Corren, rápido para llegar a aquella gran habitación, tenían que hacerlo antes que su tutor se diera cuenta de que habían salido la noche entera de fiesta en el pueblo, entraron sigilosos sin mirar tras su espalda.

-Buenos días, jóvenes!- giraron rápido y vieron el semblante serio del mayor.

-Seokjin!!- gritaron a coro, mirando con temor- que haces aquí...-

-Se puede saber de dónde vienen!?- se miraron de reojo.

-Fuimos a asearnos, para estar listo- dijo el mayor, mientras en menor asiente.

-Claro, llevo aquí toda la noche jóvenes, y ustedes no estaban, y lo que es peor jamás volvieron hasta ahora- levantándose- así que díganme donde carajos estaban, majestades!!- 

Pasaron saliva, es que Hoseok y Taehyung eran todo lo opuesto a jóvenes responsables, más bien eran del tipo fiestero, algo reveles, y lo más grave aún, no tenían ni pizca gana de hacerse responsables del reino que sus padres habían cuidado.

-Fuimos a una fiesta en las afueras- la cachetada resonó fuerte, el mayor de tres lo había golpeado.

-Tae...-

-Cuántas veces debo decirles que ustedes son la cara de este reino, y que todo lo que hagan repercute directamente en el pueblo!-

-No hicimos nada malo, Jin, solo salimos a divertirnos...-

-Eso es malo Hoseok, sobre sus hombros recae el futuro de Joseon del Este y a ustedes parece que no le importa-

-Conoces bien nuestra opinión sobre eso-

-Si y no la comparto, sus padres lucharon tanto por darle el prestigio a este reino y ustedes lo arruinan cada vez que cruzan las paredes del palacio-Tae mordió su labio, desde antes que su padre muriera, que venía escuchando ese mismo sermón dicho por la misma persona.

-Somos jóvenes Jin, tenemos derecho a divertirnos...-

-No lo tienen, no cuando el pueblo requiere que uno que ustedes tomen el trono y los guíe, no son gente ordinaria, no pueden exponerse así!-

-Disculpe consejero Jin- interrumpió un soldado al entrar - una comitiva de Joseon del norte está aquí, dicen que vienen a cancelar la unión que tienen con el reino- Hoseok miro a Tae y este a su vez a Jin, quien lo fulmino con la mirada.

-Ya voy- 

-Jin...-

-Espero que esto no tenga que ver con algo de ustedes porque si es así, les juro, recibirán un castigo ejemplar- sin más salió de la habitación dejando a los menores, sumidos en el silencio.

-Crees que...-

-No es Hobi y no me importa- camino hasta su cama, y se tiró en ella, cerró los ojos y a su mente llegó la hermosa imagen de aquel joven de mirada dulce y cuerpo perfecto, sonrió.

Y es aquí donde los caminos comienzan a cruzarse, y donde el amor suele cometer algunos errores.

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