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Recordó el día que todo cambió, el día que la traición golpeo su vida, dejándole ese vacío que a pesar de su eterna vida parecía no llenarse, cumplió los deseos más estúpidos, macabros y horribles, que la mente humana podía pensar, así como también algunos inocentes, vio el amor florecer por una mentira que él hacía realidad, y vio a otros morir por el dolor de un adiós, vio seres hermosos capaz de enamorar hasta al ser mas frio, pero aun así, su corazón parecía no querer despertar, seguía dormido, en su pecho, negándose a volver, al menos hasta que él llegó.

Cuando vio sus ojos, escuchó su voz y conoció al niño dentro de ese cuerpo de adulto, noto a su corazón latir, cada vez más rápido, hasta que ya no pudo detenerlo más, dejando que su parte humana tomara el control, y dejándose llevar hasta el punto de aferrarse a él, con todo lo que podía, deseando que esa magia no acabara, deseando quedarse con él, por el resto de la vida.

Quería a Jimin con él hasta su último aliento.

—Tengo mi último deseo... —

 Y ahora que podía ser feliz el destino le jugaba de esta forma.

—¿Cuál es tu deseo, amo? —

Por qué, tenía que despedirse de lo único lindo que le pasó en siglos?

—Deseo... —¿por qué no podía quedarse a su lado y amarlo como él merecía, como ese corazón puro merecía? Abrazarlo y besarlo, decirle lo mucho que lo amaba, lo feliz que le hace estar a su lado —que tú... —Jimin cerró los ojos, y respiró profundo, en su interior pidió que la vida fuera justa con aquel ser que merecía algo bueno más que cualquiera, vivir rodeado de amor, ese que él no podría darle, pero que le deseaba con todo el corazón.

Miro de reojo como el menor, estaba allí a solo pasos de él, pero a la vez tan lejos, incapaz de ir y protegerlo, incapaz de solo darle algo que cubriera su cuerpo, incapaz de luchar por él.

Y sé odio, se odio por no poder hacer más por quien amaba, más que solo verle y sentir lástima, pena y rabia, resignado, volvió su vista a quien acabaría con todo.

~Tomala —escuchó aquel susurro en su oído y miró asustado, ¿no había nadie junto a él —solo tómala —pasó saliva y noto como Yoongi ya estaba levantando sus manos, para cumplir aquel último deseo — si un antiguo amo toma la botella, el deseo no sirve así que corre —pero para qué? Pensó, él quería que Suga fuera libre, aunque en un mundo así —deja que el amor guíe tus pasos Jimin

—Ese es mi ... —se levantó rápido y dio carrera pasando de Suga que lo miro con pánico, en especial cuando dio aquel salto para tomar la botella que hacía en las manos de Kim, cayendo de forma dura, no muy lejos del idiota, aquel —¿qué haces? —

Porque si bien pudo rendirse, había decidido luchar un poco más.

—¡Agárrala! — le tomó tiempo entender, pero aquel susurro, ese susurro era sin duda pedida de auxilio desesperado de quien quería también tener libertad — ¡Jungkook! — arrojó la botella y está al ser ajena a la magia de Kim, cayó con gracia en las manos de quien sonrió al tenerla —¡Pide tus deseos, Kook! —la froto lento y Suga sonrió, entendió el plan de su amado, aunque como fueran las cosas él tendría que irse.

—Dame eso maldito...—

—Genio, quiero... —quedó con la palabra en la boca, ya que Kim con un poco de su poder sopló un viento fuerte lanzando la botella lejos de las manos de Jungkook y sí, los deseos deben ser con botella en mano —mierda —masculló.

.Pide un Deseo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora