4 Un Plan.

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El plan era simple, los chicos distraerían a los guardias y otro tomaría la bolsa para posterior llevársela, simple, y sencillo.

Se quedó a una distancia prudente, mirando como los chicos, aquellos corrían hasta la guardia, aquel que estaba lleno de los soldados del reino, los malos soldados, esos que puedes sobornar y que hacen más daño que cosas buenas.

Los vio hablar con los soldados y como uno de los chiquillos les apuntó justo donde él estaba.

-Mierda- masculló, lo habían traicionado- se giró rápido para echarse a correr, pero no contó con que uno de los niños se había quedado cerca de él, haciéndolo trastabillar, cayendo de forma estrepitosa al suelo, lastimándose el tobillo-carajo!- 

-Pero mira lo que tenemos aquí?- escucho aquella voz y paso saliva-Baby qué sorpresa verte-

-Ustedes...-

-Perdón Baby, pero aquí manda el dinero y el capitán Kai hace mucho que nos tenía prometido una gran suma por tu cabeza- dijo el líder de la pandilla mostrando una bolsa con monedas, Jimin sonrió burlón.

-Te habría dado más, si me hubieras ayudado-Kai se acercó y lo tomó del brazo, levantándolo fuerte y haciendo que su pie doliera.

Entre otros lo tomaron dejándolo en una posición nada favorable, era obvio lo que pasaría, cuando sintió el primer golpe en su estómago los menores corrieron alejándose, riendo de la travesura que habían hecho, dejando a Jimin a su suerte en un lugar que bien sabía él, no dejaba nada bueno.

Las celdas y la guardia eran dos lugares diferentes, las celdas era donde quedabas en detención, custodiado por los guardias reales, la guaria era el dónde los guardias del pueblo tenían su base, un lugar sin ley.

-Quiero que ver que tan valiente eres- dijo Kai muy cerca de su rostro-Baby-Jimin paso saliva, conocía las historias que se contaban de ese lugar.

No le sorprendió, aunque si le dolió, sentir esas aceras manos tocarle de aquella forma, esos largos dedos entrar en su cuerpo, aquellas lenguas apestosas recorrer su cuello, y como Kai buscaba meter su pene en él, es que sí, él conocía bien las historias, de violaciones y humillaciones que se contaban de ese lugar.

-Qué rico se siente Baby...- siseo cuando logro meterse hasta lo más profundo de las entrañas de quien no dijo palabra alguna, no lucho, tampoco cerró los ojos- ah, si aprietas así me lo vas a cortar- sintió los labios del mayor sobre los suyos, pero no dijo ni hizo nada.

Desconectó su mente de su cuerpo, viajando a cualquier lugar, menos aquel donde estaba.

No supo bien cuando fue que los 20 hombres que allí había saciaron sus más oscuros deseos con su cuerpo, solo sintió el frío suelo, así como el tibio orín de uno de ellos, caer por su cara.

-Serás nuestra perra desde hoy Baby, más te vale que te hagas esa idea- temblaba por el frío, era ya muy noche y la mayoría de los idiotas dormía, movió una pierna sintiendo el escozor en su parte trasera esa que dolía como el infierno, acalló el quejido y siguió con lo suyo.

Había visto su bolso colgado en una de las paredes de la guardia, así que así doliera él iría por ello.

Le tomó bastante llegar, lo tanteo notando que la botella seguía dentro, metió la mano y la frotó, las piernas le temblaban, y su ano estaba comenzando a sangrar por el esfuerzo.

-Suga estás ahí?- susurro.

-Aquí estoy amo...- giro rápido notando el semblante calmo del pálido, mismo que se contrarió un poco al notar el estado de su dueño- que...-

-Genial, temía que te hubiera pasado algo- sonrió, suga pasó su vista notando la desnudez, los golpes y claro está la sangre, luego miró alrededor, esa no era la casa del chico.

-Estás bien?- Levantó los hombros como diciendo "no sé" no le tomo mucho caer en cuenta de que había pasado- tienes ya tu segundo deseo?- 

-Necesito salir de este lugar...-

-Entonces deséalo y ...-

-No gastaré algo tan valioso, en eso, más bien necesito tu ayuda, pero de otra forma- y no comprendía, Suga no entendía como ese chico podía sonreír después de lo que había pasado, porque aunque Jimin no lo dijera, su estado y heridas dejaba en claro lo que allí paso, lo que le paso, pero aun así, ese niño no perdía esa chispa, y esa linda sonrisa, levantó los dedos, tronándolos, dándole así ropa y curando de paso las heridas físicas que este tenía, Jimin lo miro-no te pedí...-

-Ese corre por mi cuenta- sonrió ladino, gesto que picó un poco el pecho del menor- entonces qué harás amo...-

-Primero no soy amo, me llamo Jimin-dio un paso notando que ya no dolía, Suga había calmado su dolor, busco su mirada y asintió en un, gracias, silencioso- necesito que vayas a esa puerta y grites, con tres segundos de distracción tengo-

-¿Por qué no solo deseas salir?-

-Por qué esto es algo que puedo hacer, gastar un deseo para huir de estos idiotas sería un desperdicio...-

-¿Y por qué no huiste antes?- refiriéndose claro a lo que el menor tuvo que vivir hace solo horas, bajo la mirada.

-Eso los canso y es por lo que ahora puedo moverle libre en este lugar, ya que están dormidos, esa era la única forma de llegar a ti- y algo calentó el pecho del frío genio, ya fuera valentía o estupidez el muchacho aquel era sin duda único- tienes fuego?- 

-Puedes...-

-No lo desearé Suga- lo regaño, comprendía la trampa que había en las palabras del pálido, quien buscaba hacerlo caer cada que podía, estiró su mano y le dio unos cerillos, y la piedra de alumbre- gracias- soltó el aire en sus pulmones y caminó hasta donde su amo, perdón, hasta dónde Jimin le había dicho, lo vio levantar el pulgar, y luego de llenar sus pulmones, gritó a todo lo que daba, despertando y aturdiendo a los malditos que habían tocado al menor.

-Pero qué mierda!!-

-Mis oídos!!-

Jimin aguanto el dolor, en los propios y prendió la paja que allí había, Siga usando su magia avivó la llama, misma que se esparció rápido por el lugar en segundos todo era un caos.

Cuando el ruido cesó, Jimin corrió entre todos y tomando la mano de Suga quien sonrió un poco ante el tacto, salieron de aquel lugar.

Corrieron hasta entrar al bosque, donde al fin el menor pudo detenerse y descansar, respirando agitado por el esfuerzo, mientras Suga estaba fresco como lechuga.

-Eso fue tan satisfactorio, dios habría pagado por ver la cara del viejo Kai- Suga levantó la mano- no lo estoy deseando Suga así que baja la mano- 

-¿Por qué no solo deseaste venganza?- 

-No-respiro profundo- esos malditos no lo valen-

-¿Qué hacemos aquí, esta no es tu casa?- notando como poco a poco el sol comenzaba a aparecer.

-Mi casa ya no existe, los guardias la destruyeron, más bien tú, ¿por qué no me dijiste que no eras un sueño?- 

-No preguntaste, solo lo diste por hecho-

-¿Y tan difícil era decirme que yo estaba mal? - lo vio parado así, haciendo un puchero igual al que aquel antiguo amor tenía, sonrió nostálgico.

-Me disculpo entonces-dijo de forma graciosa.

-Ok, disculpado-

Cuando el menor le mostró aquella eye smile, su pecho dio un saltito, y su mente le trajo la imagen de aquella mujer que amo hace ya tantos siglos.

Esa por la que cometió la locura más grande, dejarse engañar para poder darle todo lo que él creyó, ella merecía.

-Eres mi genio personal, Yoongi-

-Y tú eres el amor de mi vida, Hanna, no hay nada que no haría por ti- 

Y fueron esas palabras las que sellaron su destino.

.Pide un Deseo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora