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El camino al palacio era tranquila, solo el insistente hablar de Tae crispaba un poco los nervios de Jimin, teniendo en serio ganas de por momentos dejarlo allí, amarrado a un árbol y olvidarlo, el resto de la eternidad, pero claro lo necesitaba para entrar, así que tocaba que aguantar.

—¿Entonces no sentiste nada o solo lo dijiste para no quedar mal frente a esa gente? —rodó los ojos.

—¿De verdad es lo único que te preocupa en este momento? —sin mirarlo —tu hermano y todo el reino está en peligro y a ti lo único que te preocupa es que si sentí tu pequeño pene? —moviendo la cabeza a modo de no comprender como algo tan tonto podía ser importante para el hombre junto a él.

—Oye tampoco seas así, además, cuando creces en el palacio te das cuenta de que siempre algo atenta contra el reino, ya sean plagas, otros reinos o bandidos, siempre es algo —llegando junto a él, ya que se había quedado un tanto atrás —y no es tan pequeño, al menos yo no creo que lo sea —lo miro.

—¿Tú crees? —sonrió —por jamás te has preocupado por la gente, si sabes de todo eso, por jamás has hecho algo útil para variar —

—Vi a mis padres discutir a diario por temas del reino, las infidelidades de mi padre, las borracheras de mi madre, que supongo le tome algo de odio al reino —lo miro de reojo —mi hermano y yo jamás fuimos prioridad para esas personas, de no ser por Jin habríamos muerto antes del primer año de vida —el menor comprendió un poco el porqué Tae era así, aunque claro no justificaba si actuar —¿serio dices que está pequeño? —insistió.

—¿Te digo la verdad o te dejo en tu burbuja de ensueño? —abrió los ojos, sorprendido y mordió su labio en un puchero que a Jimin se le hizo divertido —eso ahora no importa, créeme encontraras a quien se le haga perfecto, pero al menos para mí no lo es —

—Supongo el de ese genio si lo es —noto la pena en los ojitos de Jimin —lo amas —

—Más de lo que me gustaría, que perderlo me duele —suspiro —fui un tonto en confiar, debí dudar al menos un poco de Kook —cabizbajo.

—Tu corazón quería ayudar, que su problema fuera mentira es otro tema—

—Supongo —era hermoso, es que Tae no había conocido a un joven como Jimin, tan único en todos los sentidos, que si la vida hubiera sido distinta habría jugado todas sus cartas por quedarse con él, de buena manera.

—Verás que en palacio logramos descubrir algo, de verdad que Jin siempre sabe todo, no sé cómo lo hace, pero...—De pronto el suelo comenzó a temblar, el cielo se volvió oscuro con una gruesa capa de nubes y un viento fuerte comenzó a soplar, mandando a volar lo que el temblor destruyó —¿mierda!? —

—Suga — susurro Jimin, sin duda eso era magia — No, no — dijo con angustia, creyendo firmemente que Kook había usado el tercer deseo, su corazón dolió —por favor, no — apurando el paso.

—Jimin espera, ¡nos vamos a matar si pasamos entre esta tormenta! —

—Tengo que llegar— vio los ojos del menor colmados en lágrimas, y entendió, era el amor que movía el corazón de Jimin —tengo que... —

—Ahí un modo más rápido, y seguro de llegar — se acercó y tomo la mano del menor entre las suyas, esas que aún estaban atadas—vamos —

Mientras dentro del palacio se desataba el caos, nadie entendía qué pasaba, corrían de un lado a otro buscando refugio mientras el suelo parecía quebrarse, las paredes ululaban de un lado a otro.

Jin corría buscando a Hobi, Tae y Kook, tenía que ponerlos a salvo, en especial a Kook, o los problemas con el reino de Nam serían enormes, pero por más que preguntaba a los empleados, nadie sabía de ellos, no fue hasta que llego al salón del trono que los vio al menos a dos de ellos.

—Príncipe Jungkook, joven Hoseok, debemos salir de aquí, ¡el palacio puede caer en cualquier momento! —pasó su vista notando la figura de Yoongi parado en un rincón —señor Min, ¿qué hace aquí!? —giro un poco viendo al hombre con la duda en sus ojos, pero él no podía responder, a menos que su amo lo pidiera, volviendo su atención a la discusión, que las almas de Kim y Hanna tenían.

—¿Por qué Kim!? —grito con el llanto casi en la garganta —¿por qué me dices eso? —

—Mujer idiota, no entiendes que lo que quería de ti lo conseguí hace mucho tiempo —se levantó del suelo y miro al hombre —fuiste alguien especial en su momento, pero ahora ya no, no pasaré mi eternidad atado a ti —

—Pero te amo, hice todo por estar junto a ti, traicione a mi familia, a Yoongi por ti...—

—Y te lo agradecí, pero ahora que mis memorias han regresado, y veo lo que vivido, lo aburrido que es estar junto a ti en cada vida — sonrió burlesco — me he dado cuenta de que ya no quiero más eso —

—¿Joven Hoseok qué está pasando!? —Kim miró a Jin, quien noto que ese frente a él no era el príncipe Hoseok, si era su cuerpo, pero su esencia y alma no —¿quién es usted y dónde está el príncipe Hoseok?.—

—Eso ya no importa, no regresará, así que es mejor que te acostumbres — giro para ir al trono.

—Como que no volverá, ¿¡dónde está!?- grito Jin, pero al tipo aquel lo ignoró por completo.

—¡Kim! —gritó Hanna llegando a su lado tomando su ropa — como puedes decir eso, después de todo lo que hemos pasado... —lo miro, ya no sentía lo mismo, su alma no hacía sintonía con la de esa mujer.

—Genio, ya tengo mi primer deseo — los grilletes brillaron y el pálido camino hasta quedar más cerca de su amo.

—¿Cuál es, mi amo? — con voz monótona, carente de emoción.

—Poder — Suga levantó las cejas — deseo tener poder...—

—Debe ser un poco más específico... —

—Deseo el poder de un dios —si eso se pondría feo, ya había tenido a alguien que pidió aquel deseo y no terminó bien —eso, deseo — pasó saliva y levantó su mano, chasqueo los dedos y una luz envolvió a Kim, tan cegadora que Hanna y Jin tuvieron que cerrar los ojos.

Cuando esta disipó frente a ellos ya no estaba Hobi, Yoongi nuevamente vio el rostro de quien engañara a su en ese momento prometida.

—Tu deseo fue cumplido amo, ¿cuál es tu segundo deseo?— la sonrisa en el rostro de Kim heló la sangre de Yoongi.

—Deseo que te quedes en la botella, y no salgas a menos que yo te lo pida —afino la mirada —desde ahora yo cumpliré mis propios deseos, así que no necesitaré tus servicios —sus piernas pronto se volvieron bruma y la botella apareció frente a, él absorbiendolo, Yoongi solo cerró los ojos esperando que su amado estuviera a salvo de todo el infierno que caería sobre el reino de Joseon, sin imaginar que el menor estaba a nada de cruzar la puerta a un destino que era incluso peor que la misma muerte.

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