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Llegaron de golpe, un sin fin de recuerdos de todas sus vidas, siendo la principal aquella primera vez, cuando la vio camino al palacio descubriendo al poco tiempo que era la futura prometida del príncipe heredero, busco la forma de cruzar su camino con ella, pudiendo hacerlo una tarde de primavera, le habló dulce haciéndola caer fácil en sus encantos, ella era su boleto, esa chica sería quien le diera el poder absoluto.

Le hablo de los secretos que ocultaba el reino, en especial aquella antigua botella, que era un regalo de un dios antiguo, uno que solo necesitaba un corazón enamorado para volver a renacer.

Cuando Yoongi recito la promesa, sonrió, había logrado su cometido, domino el antiguo reino repartiéndolo, en cuatro, para asegurar así su legado, prohibió que tan siquiera se mencionara el apellido Min, y sumio a la gente a sus caprichos.

Y aunque no amaba a aquella mujer, se quedó a su lado, y pido poder encontrarla siempre, aunque claro, con los siglos y las reencarnaciones la fue olvidando, hasta el punto en que ya no la distinguía.

Por eso ahora, que todo había regresado de golpe, supo que la magia del genio, aquel, había vuelto, ella lo había traído.

Noto la bruma y como frente a él dos figuras aparecieron, sonrió ladino, aunque su sonrisa se borró un poco al ver mejor quién tenía el alma de aquella tonta mujer.

—¿Jungkook? —el joven mordió su labio.

—Eres tú — dijo con emoción contenida, dando aquel paso que se volvió un mini carrera hasta sus brazos —realmente eres tú, al fin puedo volver a verte —levantó la vista y miró al antiguo príncipe.

—Yoongi —quien diría que quien guardaba el alma de Kim, era nada menos...

—Príncipe Hoseok —lo había visto solo una vez, desde que Jimin lo sacó de la botella, que no noto ese detalle, ese destello en su mirada, esa que le recordó a quien marcó su vida humana, pero ahora que lo veía así, con aquel joven pegado a él, buscando ese abrazo que le regresara los siglos de no verlo, lo entendió, su amado había caído en el mismo juego que él cayó hace ya tantos siglos—Hanna —Kook, saco su rostro del pecho de Hobi y miró al genio, eran sus ojos, esa mujer estaba allí, traicionándolo nuevamente.

—Diste con la botella —

—Había olvidado que existía, de hecho había olvidado muchas cosas, pero al ver a Baby con ella, y más aún ver el rostro de Yoongi recordé esa parte, así que me propuse tenerla para poder tenerte a ti otra vez —apegándose a su pecho nuevamente.

—¿Cuántos deseos has pedido? —

—Dos —de sus ropas sacó la botella, y sin pensar siquiera se la entregó, Yoongi cerró los ojos, eso sería un caos, lo presentía —ahora es tuya amor, pide tus deseos para que así estemos juntos por el resto de...—

Tomó la botella y sin medir fuerza la sacó y arrojó, dejando a Hanna en el suelo.

—Kim...—

El tiempo suele cambiar a las personas, y a veces traer recuerdos del pasado no tiene el efecto que esperamos, y eso es algo que Hanna tendría que descubrir a la fuerza.

Se miraban entre ellos, todos conocían lo hermoso que Baby era, pero tenerlo así, desnudo y atado, era siempre un deleite a la vista.

El primero en entrar fue Tae, disfrutando de la fricción y aquel calor abrasador, solo Jimin sacaba ese lado pervertido y sucio de él, y ahora podía saciar sin medirse.

.Pide un Deseo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora