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Llegó a aquel lugar, con la esperanza de poder verlo, estaba contra el tiempo, y si bien se había mostrado calmado la verdad por dentro estaba hecho un manojo de nervios.

—¿Crees que tu amigo venga? —dijo Tae acomodando un tanto lejos del menor.

—Espero que sí— mirando el arroyo — de verdad espero que sí —susurro.

Pasaron al menos unas dos horas, en las que el menor mordía su labio con insistencia, hasta que al fin a lo lejos escucho un grito que terminó en alguien que caía con una gracia única en el agua.

—Baby — susurro Tae viendo al jovencito, Kook paso saliva, no sería fácil y estaba seguro, el menor no recibiría feliz la noticia, pero no hacerlo sería peor.

—Oh, pero qué sorpresa, ¿cuándo volviste Kook? —

—Hola Baby, volví hace poco — miro tras el mayor notando al príncipe.

—¿Vienes contigo? —

—También es un agrado verte Baby —

—Se sentía solo así que lo traje —los menores rieron, mientras Tae, solo bufo molesto — la verdad yo quería hablar contigo —nervioso, nerviosismo que Jimin noto.

— ¿Así y de qué? —lo vio pasar saliva y mirar al suelo como buscando las palabras, lo que fuera a pedir sería algo grande, aunque ya se hacía una idea de lo que sería.

—Algo está pasando en mi reino, la gente enferma y no sabemos por qué —sí, definitivamente sería lo que Jimin pensaba —y hace dos días, mi padre cayó en cama con una fiebre muy alta, ningún medicamento de mi reino funciona y temo que si sigue así — apretó los puños — morirá —

—Se oye mal, aunque no entiendo qué tiene que ver conmigo, por qué ... —

—Baby yo, necesito el poder del genio —esas fueron las palabras que hicieron al menor dar un paso atrás, tocando su pecho allí justo donde estaba la botella de Suga.

—Kook... —

—Sé bien que dije que no necesitaba aquel último deseo — se apuró, viendo como el menor buscaba salir de aquella situación, sus ojos buscando una salida a sus palabras— pero la verdad es que ahora es mi única salvación, yo, no te lo pediría si no fuera importante —miró suplicante, había verdad en sus palabras, no mentía, pero aun así...

—Lamento mucho lo que pasa con tu pueblo, y más aún a tu padre, pero yo no puedo ayudarte... —

—Sé que tú no, pero Suga si, y te guste o no, también soy amo del genio, aún tengo un deseo que pedir —

—Lo sé, pero tú me juraste que...-

—Sé lo que jure y te repito, no era mi intención usarlo, no tenía motivo en aquel momento, pero ahora sí, mi padre muere y yo tengo el deber de ayudar, así como tú ayudas a los tuyos, yo tengo que hacerlo con los míos, antes que esto se salga de manos y se expanda — dijo con el pánico aflorando en su voz —Entiendo tu miedo, entiendo cuál es el precio de lo que pido, pero por favor no puedo solo hacer de vista gorda, como príncipe tengo que hacer algo ...-

—No puedo Kook, lo lamento, sé que es egoísta, pero —mordiendo su labio —Suga es... —

—Es importante para ti, y sé qué pasarán siglos para que él pueda volver y que para ese punto ni tú ni nadie estará vivo, pero por favor, si no hacemos algo, ahora esto puede salirse de control, puede llegar incluso aquí y matar a gente inocente, así como podemos acabarlo ahora —Y no era solo que alguien más pidiera aquel deseo, si bien no había límites en los amos, entre más dueños tuviera la botella más riesgo corría el genio que alguno buscará pedir su último deseo.

Por su parte, Tae no comprendía, en su mente no había recuerdos, de Suga siendo un genio, o de lo que habían vivido, él solo estaba embelesado mirando lo lindo que se veía el menor, mismo que aguantaba las lágrimas, ya que tenía una lucha interna, él no era egoísta, ayudaba a quien necesitara, solo que ahora quien quería su ayuda y más aún la ayuda que quería era algo que dolía entregar.

—Lo lamento Kook... —el mayor suspiro pesado, quería hacer las cosas por las buenas, pero si el menor no le dejaba opción, tendría que hacerlo por las malas —pero no puedo ayudarte lamento lo de tu padre y tu pueblo, pero Suga, no, yo no quiero perderlo, no puedo perderlo...—

—Yo también lo lamento Baby, quería hacer las cosas bien, que tú, tuvieras la decisión de esto, pero si te niegas a darme lo que es mío por derecho, no me dejas opción —se plantó firme y miro al menor.

—Qué piensas hacer, quitarla a la fuerza...—Tomando el colgante en sus manos.

—Mi nombre es Jungkook, y también soy dueño de la botella —grito al viento —¡y como tal, exijo al genio darme mi último deseo! —es que muchas veces no saber las cosas nos hace bajar la guardia, ya que cada persona que logra tener aunque sea un deseo del genio, puede llamarlo y exigir los que le faltan, y es justo lo que haría Jungkook.

El cielo pasó de azul a gris en cosa de segundos, un frío viento, levantó el polvo del suelo, y frente a los tres otra vez aparecía Suga, tan imponente como siempre.

Miró a su alrededor y recuerdos poco agradables llegaron a su mente.

—Yoongi!— grito, llamando la atención del genio que se preocupó al ver a su pequeño así tan asustado.

—Jimin qué ocurre... —

—Lamento de verdad que las cosas sean así, pero es la única opción que tengo — hablo Kook llamando la atención de todos — perdón, de corazón lo digo, les juro si hubiera otra forma...—entonces lo entendió, y su corazón dolió nuevamente, su felicidad se veía en riesgo —Genio — acercándose lento —una enfermedad está atacando a mi pueblo... —

—¡Jungkook, por favor! —pidió, pero el mayor lo ignoró.

— Y yo, te pido como último deseo —los grilletes dolieron, su momento había llegado — que los sanes, sana a la gente que sufre con este mal y acaba con lo que sea cause la enfermedad, por favor —cerró los ojos y dejo salir el aire de sus pulmones, los abrió lento y giro solo un poco para ver por última vez los ojitos más lindos, en su eterna vida.

—No lo hagas —movía su cabeza negando, esperando que de alguna forma Suga no cumpliera aquel deseo, pero el genio solo sonrió tranquilo, le habían permitido amar de verdad y más aún ser amado, conoció al corazón más noble del mundo y más aún había podido verlo antes del fin, así que sin luchar levantó su mano y chasqueó los dedos.

— ¡No! — grito, con el desespero, comiendo lo vivo, pensando que debió liberarlo cuando pudo.

—Tu último deseo fue cumplido, amo — mirando al menor que lloraba, él no quería que las cosas fueran así, se odió por separarlos, pero era su deber, él era responsable de ese pueblo.

—Perdón, de verdad perdón —dijo mirando al genio que solo sonrió, lento su cuerpo se comenzó a volver arena, la magia estaba llegando a su fin.

—Tranquilo, solo promete que lo cuidarás — asintió.

—¡Quiero que me busques oíste! — escucho a lo lejos, y giro lento viendo los llorosos ojitos de Jimin — no importa el siglo que sea, por favor búscame y hazme recordar Suga —sonrió, aun con las lágrimas desbordando por sus ojos —no es un adiós solo un hasta luego, oíste genio, te volveré a ver yo lo sé—

—Te amo Jimin —

—También te amo y siempre lo haré, siempre Suga —le regaló una última sonrisa, antes de volverse arena en las manos de quien soltó un último suspiro mismo que se llevó cada recuerdo, cada beso, cada caricia, cada promesa, cada vivencia que este tenía en su mente del genio y de la botella.

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.Pide un Deseo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora