5 Jimin.

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No había podido evitarlo, salió del palacio con la esperanza de poder volver a verlo a la distancia, pero por más que espero, el joven hermoso aquel no apareció, suspiro y cerró buscando en su mente la imagen que guardaba celosa de él, sonrió.

-Hoy no se pudo- se dijo, antes de comenzar a caminar de regreso, es que Tae solo no podía evitar soñar con el joven desnudo de belleza única, corriendo un poco para evitar que alguien lo reconociera y lo lincharía, sabía de sobra que él y su hermano no eran muy queridos por la gente del pueblo, ya que como Jin había dicho, para ellos no era prioridad este lugar.

Llegó y se quitó todo sin pensar en que Suga estaba tras sus pasos, se tiró de chapuzón queriendo lavar su cuerpo de forma urgente, si bien el genio había quitado las heridas, sentía que aún tenía algo de esos "hombres" en él.

-Te gusta el agua al parecer-dio al verlo salir a flote, deleitándose un poco con la vista, desviando la mirada para no incomodar demasiado a quien ni le importaba que lo vieran.

-El agua es pureza y es vida, claro que me gusta- moviendo su largo cabello negro haciendo que muchas gotitas salieran disparadas de él- a ti no?-

-No lo necesito-

-¿Como no?-

-Con solo tronar mis dedos tengo lo que quiero, así que...-

-¿Espera ósea que no te bañas porque según tú tronando tú dedos estás limpio?- asintió, la mueca en el rostro del menor, se le hizo algo graciosa, una mezcla entre asombro y asco.

-¿Qué?-

-Qué asco, debes tener los poros tapados con tanta mugre!- y no pudo, su cuerpo no le permitió no reírse por las afirmaciones de Jimin, mismo que se ofendió un poco- qué es lo gracioso!?-

-Nada...-

Y si había algo que Jimin odiara era que la gente lo hiciera sentir estúpido, prefería mil veces le dijeran su error a que solo rieron y le dieran esa respuesta "Nada"

Nado un poco así, de forma tranquila, para llegar junto al pálido que nuevamente se vio deleitado con la imagen, pasaría fácil por un hada o ninfa, sin duda, la gracia que su amo tenía era única, tan metido en su mundo que no noto las intenciones, cuando el primer chorro de agua le dio en la cara fue que reaccionó, moviéndose y dando un brinco y por ende trastabillando cayendo al agua, bajo la mirada de risa de quien vio su plan funcionar.

-¡Jimin!!-escucha la risa, y en vez de sentir enfado, sonrío, era contagiosa y algo infantil, solo a este punto Suga pensó-cuántos años tienes?- la risa paró.

-¿20 por?- era un niño en toda la palabra, esos hombres habían abusado de un niño- tú cuantos?- se movió ágil hasta quedar cerca de su amo.

-La verdad ya no lo sé, perdí la cuenta hace siglos- "Siglos" pensó Jimin, el chico aquel tenía siglos de vida.

-Siempre has sido un genio o fuiste humano alguna vez?- noto la molestia, al parecer hablar de su pasado no era agradable para el genio, y él respetaría eso, porque para él tampoco lo era- tienes hambre!?- así que mejor cambio el tema, Suga lo miro, negó.

-No necesito comer, yo...-

-No te bañas y no comes, supongo tampoco cagas o meas no es así?- bajo la mirada y soltó la risa, esa que contagió a Jimin- tampoco?-

-No, siempre- y comenzó a preguntarse por qué?

Porque Jimin no era como el común de los humanos que habían tenido la botella, porque trataba de hacerlo sentir cómodo casi como un amigo.

-Pues yo sí, solo que si me asomo al mercado, no saldré vivo-

-Tienes aún dos deseos...-

-Y también tengo dinero infinito- dijo gracioso, sabía que Suga trataría de hacerlo caer, salió del agua dándole al genio nuevamente el deleite de verle, quedando fijo en esas gotas que caían suave por su espalda, mojo sus labios- tendrás ropa que me prestes en tu botella?-

-Puedes desearla...-

-No quiero ropa especial, lo que tengas así sea viejo, o sea quien gasta un deseo en algo tan banal como ropa?- Suga rodó los ojos- de verdad?-

-Si yo te contara- susurro, había cumplido cada idiotez en sus siglos, atrapado en esa botella, qué fácil escribía un libro; trono los dedos y en el cuerpo del menor apareció ropa- última vez-

-Tan lindo- se acercó y apretó la pálida y fría mejilla de quien también ya había salido del agua, haciendo ese lindo puchero- bien vamos hace hambre y yo con hambre soy mal genio, Ja! Un chiste-sonrió.

-Ja, ja, ja - dijo con pausa, haciendo que el menor le sacara la lengua, es que nada en Jimin era común y estaba de alguna forma afectando, porque hasta se sentía humano junto a él.

-¡Vamos!!-Jimin lo hacía sentir humano.

Entró sigiloso, mirando a todos lados, creyendo ser un gato que estaba tras su presa.

-¿Dónde estabas?-

-¡AH!! Hoseok me asustaste...- sentía su corazón latirle en el cerebro- carajos hermano-

-¿Dónde estaban y por qué fuiste sin mí?-

-Solo fui a...- como le explicaba a su hermano que fue a aquel arroyo por qué quería ver a un chico, hermoso, que no salía de su mente- fui a tomar aire, sabes que este palacio me ahoga?

-Y yo soy tarado, no es así- lo miro- Taehyung!-

-Majestades que bueno encontrarlos despiertos y levantados-los dos miraron y Jin, y Tae le rogó a su hermano de forma silenciosa, no dijera nada- tenemos problemas, anoche alguien quemó la guardia del pueblo-

-Y eso a nosotros qué?-

-Que esto puede ser algún ataque enemigo...-

-Ja, por favor que reino querría meterse con este, no tememos nada que sea de valor- Jin miro a Tae.

-El reino en sí tiene valor, la gente es el valor del reino- rodó los ojos, la gente, el reino es que Jin hablaba igual que su padre, siendo siempre la prioridad el maldito reino.

-Y que se supone tenemos que hacer?- pregunto Hobi al ver la molestia en los ojos de su hermano y en los de Jin.

-Programar una junta, hablar con los soldados de guardia, saber qué pasó para así tomar las medidas correspondientes...-

-Pues hazlo, yo por mi parte paso- comenzando a caminar.

-¡Joven Taehyung!- grito Jin, pero simplemente Tae paso de sus gritos y se fue a su habitación- nada lo hace cambiar de opinión- susurró, Jin sabía del potencial de Tae, pero si este no quería hacerse responsable, nada podía hacer, más que esperar paciente alguno de los del concejo buscará la forma de tomar el reino.

-Yo puedo hacerlo si quieres-

-¿De verdad joven Hoseok?- asintió- pero no te acostumbres-el hombre sonrió, tal vez no todo estaba perdido.

Por su parte, Tae, se tiró sobre su cómoda cama y soltó el aire de sus pulmones.

-Quiero verte - dijo a la nada- jamás me había sentido así- sonrió bobo, nuevamente cerró los ojos y la imagen del joven aquel llegó, sus curvas y esa desnudes casi mágica- te encontraré, y cuando lo haga te obligaré a estar conmigo hermoso-

Es que si Jimin solo supiera lo que había causado en el corazón del príncipe, de seguro se reía, a carcajadas.

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