Nirvana hizo un esfuerzo por recordar cómo respirar, era incapaz de hablar y estaba completamente aturdida, mientras solo una palabra le rebotaba en las paredes del cráneo como un eco obscuro y perturbador:
"Cancer".
De pronto, todo se sentía tan irreal, como si ella no fuera ella, como si su cuerpo no fuera suyo. Su estómago le pesaba y sentía un cosquilleo que recorría toda su médula espinal. El tiempo parecía haberse detenido. La habitación daba vueltas. Se hallaba el doctor frente a ella con el semblante afligido hablando con su madre por el contrario casi histérica, sin embargo, Nirvana realmente no prestaba atención a sus palabras.
Jamás había sentido tantas náuseas en su vida como ahora las tenía, pero, ella no quería vomitar y eso solo hacía asquearse más.
Su vista se hizo vidriosa y su garganta ardió. Lentamente las lágrimas trazaban un camino por su piel, bajó la mirada y miró sus manos tiritando, no podía controlarlo.
La pelirroja sintió la calidez de un toque y observó una mano sobre la suya, fue solo un instante en el que se sintió reconfortada, sin embargo, no era suficiente. La situación le sobrepasaba desmesuradamente.
—Nirvana, Nirvana —una pequeña sacudida y la voz debilitada y temblorosa de su madre la trajo de vuelta a la realidad—. Llegamos a casa.
La jovencita parpadeó varias veces y miró a todos lados. Tal y como decía su madre, ya estaban en casa. Ella estaba tan perturbada que jamás se dió cuenta de cuando salieron del hospital. Con desgana salió del carro y comenzó a caminar a la casa atrás de su madre y abuela, quienes estaban destrozadas por la noticia. Movió sus pies hasta llegar a su habitación y se sentó sobre su cama. Su mamá apareció en el marco de la puerta.
—Vamos a buscar las opiniones de otros doctores —le dijo su madre y se adentró en la habitación, llegando a su lado y otorgándole un sólido abrazo el cual Nirvana fue incapaz de responder.
Si le preguntaran, lo que hizo el resto del día, ella enmudecería al no saber qué responder. Se trataba de algo que deseaba olvidar.
En los días posteriores, su mejor amigo, Patch fue a visitarla. Su madre le habló por teléfono y fue sincera con lo que había ocurrido, el americano sintió salir el alma de su cuerpo. Se negaba a creerlo. De todos los escenarios posibles, este, jamás pasó por su mente.
Su opresión en el pecho se hizo aún más grande al ver a su amiga en un estado lamentable. Nirvana no estaba cien por ciento consciente de lo que sucedía a su alrededor, estaba viviendo por pura inercia. No comía como era esperado y no salía de su habitación. Patch hacía intentos por entablar una conversación medianamente larga sin mucho éxito, ya que ella respondía con monosílabos.
No solo Patch la visitó, excepcionalmente, el Santo de Virgo también lo hizo. Se limitó a estar en su habitación observándola, ya que su cuerpo se hallaba en el Santuario y la realidad es que tampoco sabia cómo actuar. Él no era un ser apegado a las cosas y no había tenido que consolar a nadie que no fuera él mismo. ¿Cuál era la forma correcta de comportarse?
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MEMORIA KÁRMICA | Virgo Shaka
FanfictionLa memoria de todas las vidas anteriores queda guardada en el espíritu. Previo a la guerra santa, una estudiante de arqueología y un Santo de Athena descubrirán que han estado conectados desde hace muchas vidas atrás, en un ciclo de reencarnaciones...