Capítulo 21

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Las chicas tocaron el timbre, una, dos, tres veces, pero nadie salió. temieron que no hubiera nadie en casa, lo que no era de extrañar, había familias que salían a comer de noche. Tessa intento entrar nuevamente a la mente de la chica, pero nada sucedió, decidieron tocar una cuarta vez y esperaron; Ya estaban a punto de regresar cuando, de repente, la puerta se abrió. frente a ellas estaba una chica de baja estatura de contextura acuerpada que vestida con un camisón en negro.

— ¿Quiénes son ustedes? — dijo con tono cortante.

— ¿No te acuerdas de nosotros? somos compañeras de instituto — Cassandra estaba empleando su poder — Quedamos que realizaríamos el trabajo aquí en tu casa cariño.

— No las recuerdo — Dijo confundida — ¿Cuáles son sus nombres?

— Yo soy Cassandra y ellas son mis hermanas — Dijo señalando a las chicas — Theresa y Thalía.

— ¡Ah, sí! hola chicas — Dijo ya más segura- lo olvidé completamente, lo siento — Por la reacción de la chica se podía notar que no era muy sociable, además de ser muy tímida — Solo denme un momento, debo avisarles a mis padres.

La chica cerro la puerta, para abrirla después de un minuto. Convencida de que eran compañeras de colegio las dejo entrar.  Dentro de la casa se dirigieron al comedor, donde Agatha las dejo para ir a cambiarse de ropa. Las chicas pudieron notar que en la casa habían de demasiadas personas, había niños de unos ocho años recogiendo y limpiando el suelo. tres jóvenes y una chica, no más grande que Cassandra, limpiando una chimenea. Una señora salió a su encuentro, llevaba a un niño de aproximadamente dos años agarrado de su delantal, y a un bebe de meses en una cangurera.

— Por favor, no demoren — Les dijo — A mi marido no le gustan los extraños y Agatha lo sabe, solo las dejé entrar porque ella me lo suplico y prometió ayudarme con este niño que no se despega de mí. — Se refería al pequeño que llevaba colgando de su delantal. — deben irse antes de que despierte mi esposo.

Luego de estas palabras de bienvenida la señora se alejo y entro nuevamente en la cocina, no sin antes sacudirse al pequeño bruscamente que cayo sentado en el piso y comenzó a llorar. Las chicas intercambiaron una mirada de incomodidad, estaba claro que esa señora no era una madre muy afectuosa. Deseaban terminar rápido la misión y volver a la casa.

Agatha llego después de unos minutos, estaba muy confundida no sabía de qué materia era el trabajo, pero no quería decirles nada porque no quería parecer una tonta delante de ellas. Cassandra lo notó y amablemente le dijo que el trabajo era de la materia de arte, la chica alivia asintió, busco libro y se sentó.

— ¿Ella es tu madre? — Cassi estaba aun sorprendida por aquella mujer.

— Realmente no — En los ojos de Agatha se podía notar una chispa de tristeza — mis padres murieron en un accidente cuando estaba pequeña y yo quede a cargo del estado, estuve en orfanatos y en varias casas de acogida, pero siempre intentaban alejarse de mí. Así que terminé aquí, en casa de los Coleman. Son padres temporales, por eso ven tantos niños.

Eso explicaba muchas cosas. Cassandra estaba apunto de decir algo cuando un hombre de aspecto severo apareció en el comedor, andaba en franelillas y short, parecía enfadado. Tomo a Agatha bruscamente del brazo y la sacó del comedor apunta de jaloneos.

— ¿QUE HACEN ESAS PERSONAS AQUÍ? — Estaba claro                 que a ese señor no le importaba que alguien lo oyera.

— Padre... yo solo...

Se escucho un fuerte golpe. Las chicas estaban asustadas.

— ¡QUE SE LARGUEN!

— Danos solo unos minutos para terminar el trabajo.

Luna SangrientaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora