Luna Sangrienta

capítulo 8

La casa de Tessa Quedaba a las afueras del pueblo, eso la hizo recordar la historia de Eveline "vivía a las afueras del pueblo"

— ¿estás bien? — preguntó Gabriel.

— sí — respondió sin mirarlo.

— Tessa todo ...

— no me digas que todo saldrá bien.

— vale — él se veía cansado, de hecho, todos lo estaban, pero aun así le sonreía con cariño — no diré nada.

— vale — ella le devolvió la sonrisa — gracias por traerme.

— nos vemos mañana Tessa.

Él le dio un beso en la mejilla y se fue. Ella se quedó observando mientras la camioneta de Gabriel desaparecía por la carretera.
Su casa estaba en total silencio, sus padres aún no llegaban de su viaje. Un frío le recorrió por todo el cuerpo al ver la inmensa sala de estar desolada. Sonó el teléfono, Tessa vio que tenía muchas llamadas perdidas de sus padres, Se había pasado de la hora de llegada y probablemente la vieron por las cámaras de seguridad.

— mamá, papá — dijo contestando la llamada — yo sé que es tarde, pero...

— Theresa América Jhons — su madre, claramente, estaba muy enojada — ya son casi las once de la noche ¿dónde se supone que estabas? Debiste haber llegado hace hora y media...

— es-estaba en casa de-de los Clearsthon — dijo nerviosa.

— estas castigada — dijo su padre al teléfono — sin teléfono, quiero que se lo entregues al ama de llaves que estuvo esperándote en la casa hasta tarde y salió a buscarte asustada; sin televisión, ni internet y sin salir a ningún otro sitio que no sea la escuela. Hasta nuevo aviso — su padre la había condenado a un encierro total — ahora ve llama a la señora Marta y dile que estás bien que pase a retirar sus cosas y se vaya a casa tranquila, y de paso, le das tu celular y sabré si no lo hiciste, llegaremos en unos días.
Sus padres colgaron el teléfono, sin dejar que ella dijera alguna otra palabra. Eso era culpa de ella, si no se hubiera dejado atrapar por el cuento de Eveline, hubiera llegado a tiempo a su casa y no estuviera castigada. Pero si no fuera escuchado la historia, no sabría quién es Eveline. así que, en cierto modo, valió la pena.
Suspiro hizo lo que sus padres ordenaron, tranquilizó a la señora Marta y la despidió con un lindo abrazo, dándole su celular cuando se fue. Acostada en su cama después de una larga ducha, Tessa reflexionó en todo lo ocurrido, pero por más que pensaba, no lograba encontrar respuestas. Volvió a suspirar, cerró los ojos y enseguida se durmió.
Se despertó con el sonido de un golpe. Se sentó inmediatamente en la cama y miro a su alrededor, no veía nada. Alargó la mano para encender su lampara de noche, en el momento en que la tenue luz de la lamparita iluminó la habitación, Tessa ahogo un grito. Había un hombre justo al pie de su cama. Tessa supo inmediatamente quien era.

Gabriel había estado escribiendo la carta en respuesta a la de sus padres, les contó todo lo que había ocurrido desde que se fueron, exceptuando los acontecimientos de esa noche.
Max se había encargado de calmar a Thalía, que por alguna razón no quería ver a más nadie que no fuera él.
había logrado calmarla y, de paso, que saliera de su habitación. Monzerrath estaba jugando en una esquina, a la enfermara con sus muñecas.
Cassandra estaba concentrada leyendo un libro, después de dejar a Theresa en su casa, la noche siguió tranquila, pero no duraría así para siempre.
Cassandra se irguió de golpe y su vista se nubló, estaba teniendo una visión.

— ¿qué viste Cass? — preguntó Thalía.

— es Tessa — dijo con voz temblorosa, y preocupada.

Al oír el nombre de Tessa, Max , que había estado en su celular, alzo la vista de inmediato, y Gabriel había dejado de escribir.

— ¿qué ocurre con Tessa? —Preguntó este último.