Luna Sangrienta

capitulo 24

Las hermanas Anderson, dos chicas solitarias que vivían a las afueras del pueblo. Eran gemelas, pero eran exactamente iguales. Lo único que las diferenciaba era su forma de ver las cosas, mientras Rouse era amable y cariñosa con todos, pues ella creía que lo que así podría hacer olvidar a la gente lo que su madre, una horrible hechicera, que había estudiado la nigromancia, cosa que estaba prohibida en el pueblo, había hecho, a ella le gustaba lucir vestidos de hermosos colores pasteles y su cabello siempre estaba recogido por una diadema de flores. Eveline era todo lo contrario, a ella no le gustaban las flores y mucho menos las cosas de colores, siempre usaba vestidos de colores oscuros y su larga cabellera negra a Merced del viento. A ella no le importaba lo que opinaran los pueblerinos de ella ni de su familia, no se esforzaba por encajar. Evitaba tener el mayor contacto posible. La gente, en ocasiones, creaba rumores sobre ella. Pero nada que mereciera darle importancia.
Las hermanas estaban sumamente enamoradas y mantenían en una relación amorosa con los hermanos Clearsthon, dos jóvenes de una acaudalada familia. Rouse estaba de novia de Rafael y Eveline de Gregorio. Pasaban gran parte del tiempo juntos en la casa de las chicas. Ellas habían quedado huérfanas desde muy jóvenes y ellos las habían ayudado con sus cosas.
Todo era perfecto hasta que un día Gregorio recibió una noticia que le cambiaría la vida por completo.

— ¿Que? — Eveline estaba anonadada con la noticia que acababa de recibir — ¿Cómo que casarte? No

— No tengo opción — Gregorio estaba totalmente destrozado, sabía que no podía evadir su matrimonio, pero no quería dejar a Eveline — Yo no sabía, mis padres tenían todo arreglado y si no lo hago el futuro de mi familia penderá de un hilo.

— ¿Y YO? ¿QUE VA A PASAR CONMIGO? — Ella había explotado en llanto — ¿TODOS ESTOS AÑOS NO SIGNIFICAN NADA?

— Eveline por favor — Dijo Gregorio abrazándola — No tengo otra opción. Soy el mayor y es mi deber — La abrazó y la besó — Te prometo conseguir una solución, no te dejare. — Le prometió.

Ella le había contado a su hermana lo ocurrido. Ellas llevaban una muy linda relación, siempre se contaban todo y podían confiar la una de la otra, toda su vida, a pesar de tener la ayuda de sus parejas, siempre fueron ellas, solo ellas, desde que su madre fue condenada a la hoguera debido a sus prácticas de nigromancia, dejando solas y a su mecer a las hermanas Anderson, quienes apenas tenían doce años de edad. Su hermana furiosa la reprendió.

— No pretenderás ser la segunda opción de nadie — Rouse estaba tan enfadada con Gregorio — No puedes seguir con esto, si él tomó la decisión de casarse con una desconocida, él verá.

— Pero yo lo amo — Eveline estaba destrozada. — No lo quiero perder.

— Hermana no puedo decirte que hacer — Dijo sentándose junto a ella — Solo espero que no sufras más por eso.

La boda de Gregorio era un hecho, por más que lo habían intentado no podían impedirla y usar la magia para perjudicar a alguien no estaba bien visto en el pueblo. era motivo de investigación. Por otro lado, Rafael y Rouse también celebraron una ceremonia clandestina, Rafael le había propuesto a Rouse casarse antes que sus padres arreglaran una boda para él también, luego de celebrarla Rafael le conto a sus padre, fue motivo de disgusto en la familia y discusiones, pero ya estaba hecho y él no se divorciaría de su esposa solo porque su padres se lo pedían, lo que no paso fue que se fueran a vivir juntos ya que Rouse no quería dejar a Eveline sola con todo lo que ocurrida, además, Rafael tenía asuntos que arreglar con sus padres antes de marcharse.

Al cabo de un año ambos recibieron la feliz noticia que estaban esperando un bebé, pero esa noticia se vería opacada por otro problema.

— Lo sabía — Eveline estaba intentando no llorar — Sólo era cuestión de tiempo, no. No me toques — Se apartó más de Gregorio, quien pretendía acercarse — ¿Cuándo ibas a decirme? ¿Cuándo tuvieran un año?