12.

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No puedo creer que yo, Huang Renjun, me encuentre besando a Lee Jeno.

Cierro los ojos sintiendo a Jeno mover sus labios suavemente, y me derrito ante tanta dulzura. Intento seguir su ritmo, cosa que se me hace fácil por lo lento que nos movemos.

Una corriente eléctrica me consume, y no quiero separarme. Pero él mismo me trae a la realidad cuando se aleja en cuánto las luces se apagan.

Prende su linterna y se levanta, yo intento recomponerme avergonzado. Mi corazón se rompe ante su desinterés y comienzo a sentirme decepcionado, aunque yo fui el que empezó todo para intentar no meternos en problemas.

—Ya se fue, hay que seguir buscando —habla por lo bajo y yo le doy la espalda para buscar en la biblioteca mientras enciendo la linterna. No puedo mirarlo a la cara.

Pasan segundos en los que buscamos en silencio, hasta que Lee lo rompe con una pregunta:

—¿Por qué me besaste?

Intento no verme nervioso y deseo que mi voz no se rompa en cuanto hable, me toma por sorpresa su pregunta pero es lógico que debo explicarme:

—Estabas a punto de reír. No quería que nos descubra —digo neutro y no escucho más nada de su parte.

No entiendo cómo pude imaginarme que algo bueno podía salir de eso. Estaba tan asustado que no pensé en las consecuencias.

Es Lee Jeno, el chico que siempre bromea sobre mis sentimientos. ¿Cómo pude esperar que él realmente quisiera besarme?

Al final tenía razón, caí en su trampa. ¿Es siquiera posible no sentir algo por Lee Jeno? Nunca pensé que sólamente necesitaba un beso para sentir todo este mar de emociones que recorren mi ser ahora mismo.

—Perdón —bajo la mirada unos segundos—, no debí haberte besado.

Es obvio que alguien como él jamás querría besar a alguien como yo, así que debe haber sido incómoda esa situación para Jeno.

No dice nada y yo tampoco. Vuelvo a buscar entre los libros y me coloco en cuclillas para ver los de abajo.

Saco uno de los últimos libros en cuanto apunto mi linterna hacia él y lo agarro para dejarlo en el escritorio.

El anuario de hace diez años.

—Creo- Creo que esto está bien, ya podemos irnos —digo sin mirarlo, no quiero estar más en este lugar.

—De acuerdo —siento su voz en mi oído, cayendo en la cuenta de lo cerca que está. Puedo sentir su respiración y mi corazón palpita rápidamente.

Me alejo agarrando el anuario, acercándome a la puerta para dar a entender que es momento de irnos.

Así como no fue difícil entrar, tampoco fue difícil salir. Por eso en cuestión de segundos ya estábamos dentro del auto.

Suelto un suspiro mirando el anuario, y no aguanto la ansiedad de abrirlo. Pero no quiero hacerlo ahora, prefiero esperar a llegar a casa para observarlo tranquilo.

— Huang —lo escucho llamarme por mi apellido y hago un sonido con mi garganta dando a entender que estoy prestando atención—, no tienes que disculparte. Miro su perfil debido a que se encuentra mirando el camino, su mandíbula se encuentra marcada y parece haber tragado saliva—. Ya sabes, por lo del beso. No hay razón para disculparse.

—Pe-Pero... Yo lo hice sin tu consentimiento, tú no querías y yo…

—¿Quién dijo que no quería? —pregunta y, por primera vez desde lo ocurrido, sonríe divertido—. No besas tan mal después de todo —Suelta una carcajada.

Abro la boca para decir algo, pero nada sale y me quedo callado. No me esperaba eso, para nada.

El sentimiento de decepción sigue aferrado a mi pecho, pero todo es mi culpa. Debo dejar de leer libros románticos y películas clichés.

Estamos hablando de Lee Jeno, alguien que nunca pudo tener una relación seria y sólo bromea con todo el mundo. Sabía desde un principio que no puedo tener sentimientos hacia él en ningún sentido.

Me arrepiento de haberlo besado, hubiera preferido que nos atraparan antes que sentir este nudo en mi garganta.

Siempre fui una burla para Lee, recuerdo cómo hasta hace poco se divertía bromeando sobre lo que yo siento. Aunque él nunca supo que es todo verdad, bueno, yo recién estoy entendiéndolo.

Lo miro de reojo y quiero llegar a casa de una vez por todas.

𝐂𝐋𝐀𝐒𝐒𝐑𝐎𝐎𝐌 ✮ NorenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora