18.

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Una parte de mí quiere separarse del beso, porque él hizo lo mismo cuando yo lo besé. Pero otra parte de mí acepta por completo que besar a Lee Jeno es estar en el paraíso, y no quiero bajar a la realidad. 

Nos separamos por falta de aire, pero cuando noto que Lee está por volver a besarme, coloco mis manos en su pecho para frenarlo. 

—No... No entiendo —confieso un poco atontado—. ¿Por qué cuando yo te besé tú me apartaste y lo hiciste ver como si fuera algo incómodo? Creí que fue algo estúpido de mi parte haberte besado, ¿ahora dices que yo te gusto desde hace dos años y me besas? No entiendo a dónde quieres llegar, Lee.

Aleja su mano de la pared, pero yo no me muevo. Lo miro quedarse estático frente a mí, y confundido noto como sus mejillas se encienden de un rosa intenso.

Baja la mirada como niño pequeño y yo muerdo mi labio sin comprender la situación.

—Es que no quería que nuestro primer beso juntos haya sido debajo de un escritorio, y sólo lo hiciste porque querías callarme... —mira sus pies sin ser capaz de levantar la cabeza y une sus manos por detrás en su espalda—. Yo me enojé porque no fue algo especial.

Miro a mi alrededor.

—¿Y crees que un baño sí es especial? —pregunto y él suelta una risa nerviosa cuando levanta su cabeza, arrugando su nariz como un pequeño perrito—. ¿Quién eres y qué has hecho con mi compañero de clase?

—Hola, un gusto conocerte. Soy Lee Jeno, un chico que está aceptando abiertamente sus sentimientos por Huang Renjun —sonríe—. Tu compañero de clase está durmiendo ahora mismo porque él sí entró a la clase de historia.

No puedo evitar soltar una carcajada y golpeo su pecho sin lastimarlo.

—Lee Jeno, estás completamente loco —comentó divertido ante sus palabras—. Tenemos que salir de aquí.

—Vaya. Acabo de confesarme y tú sólo vas a ignorarlo. Si vas a seguir rompiéndome el corazón de esa manera avísame con tiempo para ir preparándome.

Salimos del cubículo y nos quedamos quietos al ver a tres chicos que se encontraban conversando tranquilamente y, en cuanto nos vieron, se detuvieron sorprendidos.

—Esto es vergonzoso —habla Jeno y suelta una risa―. De acuerdo, estoy confesándome en un baño, pero ustedes no entienden qué tiene de especial. No me juzguen, y si le cuentan a alguien que este chico acaba de rechazarme, los mataré.

Veo la carismática y cínica sonrisa de Lee, ruedo los ojos porque realmente no parece como si recién los hubiera amenazado.

Cuando salgo del baño soy seguido por mi compañero de clase, me dirijo hacia mi casillero en busca del anuario.

—¿Puedes al menos darme una pista de lo que estás pensando? —se acerca para susurrarme—, acabamos de besarnos y no me has dicho nada sobre tus sentimientos.

Abro mi casillero en cuanto llego y coloco las cosas que necesito para la siguiente clase.

—Bueno, es difícil entender mis sentimientos. Una parte de mí está completamente loca por ti, piensa en el beso y en lo adorable que eres. Pero otra no te soporta, porque piensa en todos los chicos con los que has salido y cómo sólo los has querido para algo corto, y en el hecho de que acabas de amenazar a tres chicos para que no digan que te rechacé —Cierro el casillero—. Eso fue muy ridículo, Lee.

Se queda estático, analizando mis palabras.

—De acuerdo, pero debes de escuchar seriamente a esa parte que está loca por mí. Creo que hay que prestarle más atención.

Bufo y niego con la cabeza, es lo único en lo que puede pensar. No me sorprende.

Antes de seguir mi camino hacia la próxima clase, me detengo recordando lo que sucedió en la cafetería.

—Por cierto, encontré los nombres de los chicos que eran del equipo de hockey en aquel año. Hay un nombre que se me hace conocido —comento ladeando mi cabeza—. ¿Te suena Johnny Suh?

Lee asiente lentamente y comenta como si no fuese nada:

—Es mi tío.

𝐂𝐋𝐀𝐒𝐒𝐑𝐎𝐎𝐌 ✮ NorenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora