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Libre para amar

Una semana después, Jungkook aparcaba el carro frente al porche de su ex pareja, apretando nerviosamente el sobre que llevaba entre sus manos. Su cabeza dolía igual que toda la semana pasada. Su corazón dolía un poco más.

Había pensado a fondo sobre su vida durante estos días. Repasó cada momento que vivió junto a Taehyung en los últimos años, cada beso que tuvo el placer de darle, cada lágrima que le robó también. Recordó lo mortificado que se sintió la primera vez que Jieun se le insinuó, el como había pensado en su esposo y como de feliz se hallaba con él. Recordó también la primera vez que la besó y los días que lloró mientras se duchaba, no aguantando la culpa.

Su esposo -ex esposo- le había entregado los mejores años de su vida, habían planeado tantas cosas, muchas de ellas, Taehyung las había cumplido solo. Sonrió al recordar a su esposo acostado sobre su pecho, sonriendo adormecido mientras sugerían nombres para su primer hijo.

Recordó haber dicho, Woozi.

Taehyung lo había incluido aunque él no hubiera estado para su esposo. Su corazón se estrujó un poco más.

Bajó del auto, caminando más lento de lo normal, hasta llamar al timbre de la casa.

Dos minutos después, abrieron la puerta.

Yoongi sonrió un poco incómodo.

—Jungkook, pasa. Le diré a Taehyung que baje.

Jungkook se aguantó las lágrimas que amenazaron con salir luego de que su jefe se diera la vuelta. Lo siguió hasta la sala, donde un eufórico Woozi se lanzó a sus brazos.

Jungkook lo apretó contra sí mismo en un abrazo fuerte. Lo había extrañado tanto.

Taehyung bajó cuidadosamente y con una mirada disimulada, Jungkook lo siguió hasta la cocina después de haber soltado a su hijo.

Taehyung se recargó en la encimera, esperando a que Jungkook le dijera lo que sea que tuviera que decir.

Tenía un poco de miedo, si era honesto.

—Lamento venir sin avisar...

—Descuida, sabes que puedes venir cuando quieras.

—Tengo que avisarte, es tu casa y necesitas privacidad después de todo.

—Yoongi se ofreció a traernos a casa luego del trabajo, no estaba aquí por otros motivos...

—Descuida Tae -Jungkook tragó pesado mientras trataba de disimular el nudo que se le había hecho en la garganta —Es tu casa, no tienes que explicar todo lo que hagas, al menos conmigo ya no es necesario.

—Por favor, Jungkook.

—Quiero que seas feliz, quiero poder darte al menos eso luego de todo lo que te dañé. Y sé que no tengo derecho de pedirte esto, pero solo... por favor, Tae... no me alejes de Woozi cuando encuentres a la persona con la que quieras seguir tu vida. Si es Yoongi, si es alguien más, no me quites la oportunidad de poder ejercer mi paternidad con él... apenas estoy conociéndolo, no soportaría no poder verlo más...

—Dios, Jungkook -sorbió su nariz- dime que no estás hablando en serio. ¡¿Cómo puedes pensar que sería capaz de alejarte de tu propio hijo?!

—No me hagas esto más difícil, solo prométeme que me dejarás estar en su vida luego de que tú hagas nuevamente la tuya...

Jungkook dejó el sobre con cuidado sobre la encimera, causando total curiosidad en el menor. Taehyung tomó el sobre, abriéndolo lentamente para luego dedicarse a leer su contenido.

Luego de unos minutos, sus ojos se encontraban completamente empapados mientras lloraba en silencio. Su pecho dolía mucho, pero de alguna forma este dolor era un poco más grande que los demás.

Jungkook había firmado el divorcio.

Jungkook lo había dejado ir, realmente se había rendido con él.

Y Taehyung no sabía por qué eso le dolía más de lo que hubiera imaginado.

—¿Qué? ¿Qué es esto, Jungkook?

—Espero que seas capaz de tomar cualquier decisión sin pensar en que sigue habiendo algo que te está atando a mí. Quiero que no te arrepientas de lo que hagas, que puedas decidir libremente, Tae. Quiero que esto sea lo último que pueda regalarte. El que por fin te hayas librado de mí.

Taehyung sollozo más fuerte después de sus palabras, dejó el sobre encima de la barra y abrazó a su -ahora oficial- ex esposo. Jungkook lo sostuvo y lo apretó más en un abrazo desesperado. Sabiendo que era la última vez que podía darse el lujo de abrazarlo así.

Cuando se separaron, Taehyung fingió no ver las lágrimas que el pelinegro había derramado.

El hombre con el que se había casado; con quien había formado un hogar y a quien había amado más que a nada.

Jungkook se enderezó y caminó hacia él nuevamente, tomándolo suavemente por los hombros y haciéndolo encararle.

—Te amo, Taehyung. Aunque sueñe difícil de creer, nunca he dejado de hacerlo. Y es por ese amor que te tengo, que no volverás a sufrir por causa mía. Quiero que sepas que eres mi familia, eso no va a cambiar incluso si algún día tú formas una con alguien más. Woozi siempre tendrá a alguien que lo ame, estoy orgulloso de lo bien que has criado a nuestro hijo, estoy seguro de que será mejor persona de lo que yo he sido. Espero que pueda llegar a convertirse en alguien tan maravilloso como tú.

El menor no atinaba a responder, estaba más ocupado llorando un poco más fuerte que antes, no sabiendo por qué aquello solo lograba herirle más. El Jungkook que había amado durante tantos años estaba frente a él. Siempre lo había estado, pero no sabía qué hacer. Le dolía pensar en Jungkook como alguien que no fuera suyo, le dolía aún más pensar en otra cara usurpando su lugar.

—Sé que no es el mejor momento, pero el cumpleaños de Woozi es la siguiente semana y seguramente le hará muy feliz tener a su padre con él.

—Gracias por invitarme, Tae. Ten por seguro que aquí estaré y que te ayudaré en todo lo que sea necesario.

—Llévate a Woozi, creo que es tiempo de que le digas quién eres. Necesito estar un momento solo para aclarar mi cabeza. ¿Podrías hacer eso por mí?

—Nunca pienses que estar con mi hijo es algo que no deseo con toda el alma, si por mi fuera, no dejaría a Woozi solo ni un minuto. Si todo sale bien, lo traeré mañana temprano ¿está bien? Tu descansa, te lo mereces.

Taehyung fungió una sonrisa cuando su hijo se despidió de él.

Taehyung lloró todo el tiempo después de que la puerta se cerrara.

Ni siquiera se dió cuenta de que Yoongi se había ido.

No quiero el divorcio | KookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora