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Después de varios días, el cumpleaños del pequeño Woozi había llegado. Taehyung se encontraba arreglando los últimos detalles para la fiesta de su pequeño. Había trabajado en ello toda la semana junto a su ex esposo, quien, a pesar de todo, jamás faltó a su promesa de ayudarlo con la celebración de Woozi.

El pelinegro había regresado a su apartamento a darse una ducha y a tomar el regalo de Woozi. Planeaba estar lo más cerca posible de su hijo, ya que viajaba al día siguiente temprano y no lo vería por unos días.

A pesar de que Taehyung intentó hablar con él respecto al viaje, Jungkook se mostró completamente decidido a no tener esa conversación; quizá para no recordar la falta de confianza, quizá para no ilusionarse en vano. Taehyung no intentó más, aunque, ciertamente, quería.

Poco a poco fueron llegando los compañeritos de Woozi y los demás invitados, entre los cuales estaban los amigos de Taehyung, quienes vivían momentáneamente con ellos, Yoongi y Jungkook, claro.

Una vez casi todos estuvieron reunidos en el patio trasero de la casa Kim, Jungkook llegó a prisa mientras buscaba a su pequeño y lo abrazaba fuertemente, en parte agradecido por un año más de su vida; en parte deshecho por no haber pasado los otros con él.

—Ten, mi amor -dijo, extendiéndole una gran caja de regalo —Te amo mucho, Woozi, espero que jamás se te olvide.

—Gracias papá -dijo el menor mientras ponía la caja en el suelo —Para mí el mejor regalo es que hayas vuelto conmigo -lágrimas se asomaban por los ojos de ambos pelinegros, mientras un castaño trataba de retener las suyas cerca de ahí.

—No te voy a dejar nunca, bebé. Eres todo lo que tengo y lo que necesito para ser feliz -dejó un beso en su frente después de abrazarlo otra vez.

Ambos padres ayudaron a su hijo a partir el pastel después de cantarle feliz cumpleaños. El menor estaba plenamente feliz de ver a todos sus amigos y familia reunida para celebrarlo. Nada le hacía falta, quizá solo un dinosaurio.

Un rato después todos estaban tranquilos. Los niños jugaban y los adultos estaban en lo suyo, a excepción de un pelinegro que solo veía a su pequeño divertirse, sabiendo bien que no era bienvenido en el grupo de los adultos.

—Creo que a Jungkook le sentó bien conocer a Woozi -dijo Jimin, quien veía al adulto solitario.

—Yo también lo creo. -Namjoon asintió a la vez que decía —Se ve... diferente. ¿Cómo ha ido todo con él, Tae?

—Ha ido bien. Él realmente lo está intentando y creo que lo veo poniendo a mi hijo como su prioridad. Hay días en los que me siento terrible por tratarlo mal. Creo que no merece eso.

—¡¿QUÉ NO MERECE ESO?! ¿Estás loco? -Yugyeom ciertamente perdía la paciencia con cada comentario. Él no podía olvidar lo mucho que sufrió su hermano gracias a ese desgraciado. Debía pagar más, de eso no tenía duda. —¡JUNGKOOK TE ENGAÑÓ! ÉL ESTABA CON OTRA CUANDO TÚ
TE DISTE CUENTA DE QUE ESTABAS EN CINTA. ¡DEJA DE DEFENDERLO!

—¡Yugyeom! Basta, cállate por favor.

—¡No me voy a callar, Tae! Él ni siquiera sabía que Woozi existía hasta hace unas semanas. Nosotros te vimos, criamos a tu hijo. ¡¿Y él quiere volver así como así?! ¿No estabas mejor antes de que regresara? ¡Woozi estaba mejor sin él! ¡Solo los hace sufrir!

Cuando Yugyeom terminó de desahogarse, se dio cuenta del pequeño niño que lloraba mientras lo veía a él y a sus padres.

Jungkook tenía los ojos inundados de lágrimas, no pudiendo decir nada porque pensaba exactamente eso sobre sí mismo.

—¿Papá engañó a mi papi Tae? —el menor lloraba cada vez más y los adultos no podían hacer más. —¿Tú no sabías que yo era tu hijo? -El pelinegro sollozó  al escuchar a su bebé preguntarle tal cosa. Lo poco que quedaba de su corazón desapareciendo a cada momento.

—Mi amor, yo te amo mucho, por favor no dudes de ello. Perdóname, perdóname Woozi...

—No quiero verte, papá... Por favor vete a tu casa.

Taehyung jadeó al escuchar a su pequeño hablarle así a Jungkook. El pelinegro no dudó ni un segundo cuando comenzó a caminar hacia la puerta.

Taehyung corrió detrás de él pero este no se detuvo. El castaño no sabía qué hacer, sabía que era en parte culpa suya que su ex esposo se sintiera de esa forma. No había hecho más que insinuar que no era un buen padre para Woozi y Jungkook realmente se lo había creído.

Cuando el pelinegro desapareció en su auto, el castaño se quedó unos minutos viendo el camino por el que aquel se había ido.

Cuando se volvió hacia la puerta, vio a su pequeño llorando en el porche de la casa.

—Mi amor... ven.

El pequeñito corrió a refugiarse en los brazos de su papi, no sabiendo qué era lo que le dolía exactamente en su pechito.

Taehyung lloró junto a su bebé en las escaleras de su casa, se juró que todo tenía que cambiar. Jungkook no merecía sufrir así. Él mismo debía cambiar para ello, pero esto acababa ahí. Woozi no tenía que cargar con los errores de ambos y Jungkook merecía una oportunidad de verdad, al igual que él.

• • •

Una hora después, Woozi cayó dormido en su hombro. Taehyung se levantó para encaminarse a la habitación del más pequeño. En la sala, estaba su hermano, sentado en el sofá con la mirada perdida. Jimin y Namjoon hablaban en voz baja en la cocina. Subió las escaleras y arropó a su bebé en cuanto lo acostó en su cama. El pequeño aún tenía espasmos de su llanto anterior y los ojos hinchados harían que su cabeza doliera mañana.

Él también se sentía cansado. No quería nada más que dormir junto a su bebé pero tenía que resolver muchas cosas antes de poder descansar.

Tomó un suéter y bajó las escaleras. Yugyeom, quien bebía un té en la cocina, se puso de pie y fue a su encuentro. Deteniéndose abruptamente cuando el escozor en su mejilla fue imposible de ignorar.

Taehyung no perdió tiempo en abofetearlo en cuanto lo tuvo a su alcance.

—Tae...

—Cállate y escúchame bien. Eres mi hermano y te amo y te agradezco por habernos cuidado a mi hijo y a mí. Pero esa mierda que estás haciendo no te corresponde. Nadie te pidió que le dijeras a Jungkook cosas de las cuales él ya se culpa bastante. Lo que él y yo vivimos ya pasó, yo lo perdoné y él me perdonó el haberle ocultado a nuestro hijo. Tú no sabes cuán arrepentido está por eso, no sabes lo mucho que se ha esforzado y no te imaginas tampoco lo feliz que Woozi ha sido desde que están pasando tiempo juntos. ¡¡NO TENÍAS NINGÚN DERECHO DE MANCHAR LA IMAGEN DE JUNGKOOK ENFRENTE DE WOOZI!! ¡¡NO TENÍAS EL PUTO DERECHO DE ARRUINAR EL CUMPLEAÑOS DE MI BEBÉ!!

—Tae... lo siento mucho. De verdad que me arrepentí en cuanto lo dije. Yo sé que no estuvo bien lo que hice... pero no te molestes conmigo.

—Arruinaste la felicidad de mi bebé. Él no tenía por qué saber eso. No aún. Y eso no voy a perdonártelo nunca.

No quiero el divorcio | KookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora