Cambio de vida | SailorMoon |

Paz

Serena se quedó embobada mirándolo, a él,  a la persona que quería, y que empezaba a amar. Dio un suspiro de asombro.

Para cuando se dio cuenta todos se estaban retirando y el fuerte hombre que admiraba se iba acercando a ella.

- Ei, ¿estas bien?- Preguntó Takumi

- S-Sí.- Afirmo la todavía anonadada Eternal Sailor Moon.

- Vamos a la sala de control para comentar la batalla.- Dijo el hombre.

- ¿Y luego a casa?- Preguntó casi rogando la rubia, a lo que el muchacho asintió.

Se fue acercando lentamente hasta la cara de la muchacha, así plantándole un tierno beso en sus labios carmín.

Todos los guerreros se juntaron en la sala de control y tomaron su forma mundana, dejaron de ser héroes para volver a ser simples ciudadanos.

- Muy bien echo chicas.- Dijo Minako refiriéndose a todos los y las asistentes de la sala.- Muchas gracias por la asistencia Amy, tu perspectiva ha sido vital para la batalla. Rei, Lita y Darien, habéis luchado con agallas hoy, felicitaciones. - Hizo una breve pausa.- Os quiero felicitar a todos dado que aunque tengamos diferencias y roces habéis sabido dejarlos a un lado por un bien mayor, enhorabuena.-

Todos los de la sala agradecían los reconocimientos dados.

- Por otra parte, daros las gracias a Kunzite y Kaitou, vosotros también habéis sido indispensables en la batalla.- Una pequeña pausa para el final.- Y vosotros dos, Serena y Takumi, habéis echo un trabajo excelente, y Takumi, creo que hablo en nombre de todos cuanto te digo que nos hemos quedado asombrados con tu poder, y Serena, nada mas que decir que gracias por todo, sin ti esto no sería posible, tu poder y la ayuda del cristal de plata son necesarias siempre.- Cogió aire para respirar.- Ha sido una gran batalla, de ahora en adelante dado que no hay mas amenazas considero que lo ideal es que cada una vaya por su parte, eso si, cuando nos necesitemos allí estaremos, porque a pesar de todo, somos compañeras, las guardianas de la futura reina de Tokio de Cristal.- Todas asintieron.

Una vez que se despidieron todos cada uno fue por su lado, Rei, Lita, Darien y Amy se fueron con Luna por un lado, cada uno a su departamento, menos Amy, que ya se había instalado en la casa de Darien. Por otra parte Takumi, Serena y Kunzite se iban hacia la casa de Kuzite a descansar. Y los dos restantes, Minako y Kaitou se quedaron hablando.

- ¿Qué vas a hacer ahora?- Preguntó la rubia.

- No tengo ni idea, pero ahora que se que estas viva, y que te va bien, puedo estar feliz y tranquilo.- 

Minako se sonrojó frente a este comentario.

- Yo también me alegro de que estés bien y de que te hayas librado de esa oscuridad que se hallaba dentro de ti Kaitou.-

- Quizá me dé a la música otra vez.- Sugirió.

- No sería una mala idea, eres muy talentoso conseguirás todo lo que deseas.

- Y tú, ¿Qué será de ti?- 

Minako hizo una breve pausa antes de responder a eso cogiendo tiempo necesario para respirar hondo y pensar en una respuesta mientras que apoyaba su espalda en la pared del callejón y miraba al cielo.

- Yo... Me iré a vivir con Kunzite probablemente, y me pondré a trabajar de lo que sea mientras también me siga formando y estudiando. Sí, intentaré compaginar esas dos facetas, trabajo y estudios.

- No me refería a eso...- Minako entendió y agachó la cabeza. 

Frente a ese cambio ánimo de la rubia el muchacho se puso frente a ella y le acarició la cara elevándola lo justo como para que hicieran contacto visual.

- ¿Qué harás? ¿Seguirás siendo Sailor V o irás en busca de tus poderes?- 

- ¿Cómo te diste cuenta de que me desvié?- Preguntó mirándole a los ojos.

- Venus, no te he perdido la vista en ningún momento, recuerda que sigo enamorado de ti.- Escuchado este comentario un sonrojo se hizo visible en las mejillas de la rubia.- Te intentaste trasformar en Super Sailor Venus, pero no pudiste, te estaba mirando desde la azotea.-

- Sí, y si yo no me puedo trasformar, quiere decir que nuestras maldiciones siguen activas.-

- Claro. Si Elyon fuera destruida las maldiciones se destruirían junto a ella, pero al ser castigada y no eliminada...-

- Sí, y no creo que se acuerde de nosotros.-

- Efectivamente.- Pausa.- Algo tendremos que hacer, ¿no?- Sugirió el muchacho.

- Sí, pero por ahora no necesito mis poderes y tú, podrás olvidarte de mi, ¿no?-

Kaitou asintió.

- Pues sigamos para adelante con nuestras vidas.-

Y así quedaron, en que no harían nada a menos que supusiera un peligro o un problema real. 

Todos siguieron con sus vidas.

No había nada raro,

Todo estaba tranquilo,

Ningún problema,

Hasta qué. . .