Leyenda

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- ¿Te acuerdas de al leyenda del príncipe del sol?- Mina asintió con la cabeza.- Cuando morí mi cuerpo se volvió en ceniza. Todo mi ser se convirtió en ceniza. Y eso llego hasta el sol, mi espíritu llegó hasta el sol. Él se dio cuenta de aquello, y él sabía quien era, en el reino del sol nos conocían a todos, a ti, a mi... Y sabiendo como era, que me manipularon... decidió usar uno de los mayores poderes que tenía, el poder de revivir a la gente.- Minako se quedó muy asombrada, quería conocer a la persona que revivió a su amor.- 

- ¿Y puede usar ese poder como si nada?- Preguntó curiosa la rubia.

- No, no lo puede usar como si nada, a él le supone un esfuerzo muy grande, y pierde una parte muy grande de su energía, la cual en recuperar tarda como cinco años. Pero lo hizo por mi, estuvo dispuesto a hacer ese gran esfuerzo para devolverme mi vida.- Kunzite se estaba emocionando contando esa historia, se veía que tenía los ojos llorosos, a punto de llorar.

- ¿Hace cuanto pasó eso?- Preguntó la rubia.

- Hace medio año. Cuando reviví era una persona muy muy frágil, me podían derrotar con tocarme, me tambaleaba mucho, me costaba mucho valerme por mi mismo. Pero recuerdas que la reina Serenity nos dio a ti y a mi ese poder de curación.- Mina asintió.- Pues gracias a es poder que conserve me recupere muy rápido.- 

La chavala que estaba sentada al lado del hombre que contaba la historia cada vez sentía mas ganas de conocer a ese misterioso príncipe del sol, el cual le ha devuelto una de las razones para vivir.

- ¿Cómo se llama el príncipe?-

- Takumi, se llama Takumi. Es un hombre de más o menos nuestra edad, alto, fuerte, rubio, con ojos verdes y guapísimo.- Explicó Kunzite.

- Hey, que me pongo celosa.- Dijo Mina haciendo un puchero.

- No era nada comparado con tu inmensa belleza.- Respondió el hombre inclinándose hacia donde estaba la rubia.

Mina también dejó la postura y se puso encima de Kunzite y empezó a quitarle la rota camiseta que tenía puesta así dejando al aire su perfecto cuerpo, fruto del duro entrenamiento que recibieron desde que eran muy pequeños. La rubia no tenía camiseta, pero se empezó a quitar los pantalones, llegó hasta las rodillas pero Kunzite terminó con el trabajo arrastrando sus pantalones hasta el suelo así dejando a la rubia en ropa interior. Los dos tenían muchas ganas de sentirse y no podían aguantarse más.

Mina también se quito toda la ropa, se echaban de menos. Se acordaban de como eran sus cuerpos, unos cuerpos sumidos a los cánones de belleza. El cuerpo de Mina era digno de un ángel, sus abdominales un poco marcados.

Y ahí estuvieron, una embestida tras otra, disfrutando del momento como si fueran las únicas personas que existían en todo el universo.

Mientras tanto en Ámsterdam:

Pensamientos de Serena:

Que le habrá pasado a Mina. Son las doce de la noche, la última vez que la vi eran las cuatro de la tarde y ya han pasado más de ocho horas. Me estoy empezando a preocupar, la voy a llamar, a ver que pasa. Hace unas horas que han cerrado todas las tiendas...

Ring ring...

- Mina, te están llamando.- Dijo medio dormido.

- Eh, ¿Quién es?- Preguntó cansadamente Mina.

- Es Serena.- Al escuchar eso la rubia se levantó de un bote.- Ay dios, son las doce en Ámsterdam, y no la he llamado.

- Hola Serena.- Dijo en tono amable para que la rubia que estaba al otro lado del teléfono no se preocupara.

Cambio de vida | SailorMoon |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora