Volvamos

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Mina estaba cansada, es poder de curación era muy cansino, por eso no se podía usar constantemente y en cualquier ocasión. Un poder legendario exigía una persona poderosa, y la única que podía soportarla era Venus. Aunque Saturn tambien pudiera usarlo eta diferente. Sailor Saturn tenía ese poder desde que nació, a Minako ese poder le fué otorgado, un poder que si es otorgado tiene que ser a un cuerpo que podría soportarlo. Por qué en caso de que no pudiera asimilar y controlar bien el poder la destruiría.

- Vamos Mina.- Dijo Kunzite cogiendo del brazo a la rubia.

- Si, iros, y no volváis.- Dijo Mercury que aunque la sailor del amor le hubiera salvado la vida que solo dependía de un pequeño hilo.

Minako cogió su bolígrafo de transformación y una brillante luz envolvió a Artemis, Kunzite y a ella misma. Se quedaron justo en el portal del apartamento para planear un poco como le contarían a Serena lo recien ocurrido hace unas horas, o no?

- ¿Que hacemos Mina?¿Se lo contamos?- Preguntó Kunzite.

- Creo que todavía no podemos decirle nada.- Respondió la rubia.- Tenemos que intentar hacer vida normal, o lo que se pueda mientras que investiguemos lo que pasa y todos los porqués de esto.

- ¿Y nosotros?¿Como explicamos que hemos vuelto? Serena no sabe nada de nuestro poder de teletransportación y telepatía, ¿verdad?- Preguntó el gato.

- Le diremos que te han echado y que se las han apañado para devolverte y que como sabías a dónde nos íbamos me buscaste, y me encontraste. Sencillo y fácil de creer.- Dijo.- Y con Kunzite... Pues tendremos que decir que eres otra persona, si desvelamos tu identidad habría muchos problemas, y tendríamos que dar muchas explicaciones.-

- Vale.- Dijo el del pelo gris.- ¿Pero como me llamaré?

- Mmm... Te llamarás, Alex, Alex Vandom. Es un nombre común y además podemos decir que me has enseñado la ciudad y que por eso hemos estado mucho tiempo fuera. Obviamente Serena pensara que hemos estado... bueno, ya sabes, y no tendremos que dar más explicaciones.

- Bien pensado princesa.- Dijo Kunzite besándola.

Abrieron la puerta del apartamento y vieron como Serena estaba ahí, y tan pancha viendo la tele a la una de la madrugada, cuando tenían que despertarse a las siete para entrar a trabajar a las ocho y abrir la tienda a las nueve, y con lo que le costaba a Serena despertarse... pues no era muy bueno que se quedara hasta tarde.

- Hola Serena, ya he, bueno, hemos llegado.- Dijo Minako así llamando la atención de la otra rubia sentada en el sofá y haciéndola mirar creando en ella una curiosidad de saber quien era ese hombre que la acompañaba.

- Hola Mina. ¿Y tu eres?- Preguntó Serena curiosa.

- Me llamo... Alex si, Alex Vandom soy de aquí de Amsterdam y le he enseñado a Mina un poco la ciudad, por eso nos hemos demorado.- Dijo intentando que Serena se tragará esa mentira.

- Ya veo que paso desapercibido...- Dijo protestando el gato blanco para intentar que la rubia de chichones le prestara atención a él y no se fijara en Kunzite.

- ¡Artemis! ¿Qué haces aquí?¿Como has llegado?- Preguntó ansiosa de respuestas.

- Pues... Me querían lejos de ellas por que sabían que le pasaba información a Minako sobre la situación de Tokyo.-

- ¿Y cual es la situación?- Preguntó un poco preocupada, al fin de al cabo era la futura soberana de la tierra, tenía la responsabilidad de velar por la seguridad de sus habitantes, por mucho que le doliera la aún abierta herida que le causaron las traiciones de sus amigas, y su ex-novio.

- Todo está tranquilo, no pasa nada. No hay ningún monstruo, además creo que podrían ocuparse de algunos monstruos.- Mintió Artemis.

- Muy en el fondo me alegro de que así sea.- Dijo Serena.

- Bueno, bueno. Basta de preguntas, tenemos que irnos a dormir, mañana tenemos que irnos a trabajar, ¿recuerdas? El alquiler no se paga solo, y lo sabes.- Dijo Minako intentando parar el interrogatorio que se estaba intensificando.

- Vale, valeee.- Respondió Serena, dándose cuenta de que tenía que descansar.

Los otros tres se miraron y al unísono soltaron todo el aire que les quedaba en los pulmones.

- Vamos.- Le dijo Mina a Kunzite guiándolo hacia su habitación mientras que Artemis se acomodo en un cojín caído des sofá.

Al siguiente día.

- ¡SERENAAAAA! ¡Despierta!- Gritó la rubia haciéndose su típico peinado atándose el lazo rojo que tan bien le quedaba.

- Uah... ¿Que hora e...? ¡AI DIOS, SON LAS OCHO MENOS CUARTO!- Se apuró desayunó se peinó y se fue con Minako hacia el trabajo dejando a Artemis en casa y a Kunzite por la calle buscando trabajo.

Por fin en la tienda...

- Vamoos que tenemos que descargar toodo esto.- Dijo Minako.

- Ojala tuviéramos el poder de multiplicarnos...- Rogó Serena.

- No estaría nada mal, para que cocinaran de nuestra parte, para que hicieran todos los exámenes que hemos hecho.-

- ¿Para que? Si reprobaríamos igual igual jajajajajaja.- Dijo a carcajadas la de chichones.

- Cruda realidad jajaja.-

Después de esta conversación comenzaron a descargar el camión que tenía dentro unos kits de batería, unas guitarras, unos bajos, teclados, ukeleles... pero sobre todo, MUCHAS cuerdas. Es que la mayoría de clientes no iban a comprar instrumentos, si no cuerdas.

- Bueno, ya hemos terminado esto, ahora a abrir la tienda.- Dijo animada Serena.- Hoy yo también atenderé, me hace un poco de ilusión intentar vender instrumentos o lo que sean.-

- Okey, quizá entre las dos vendamos más.-

Al otro lado del mundo

- ¿Que tal te sientes amor?- Le preguntó Darien a Amy preocupado por la situación en la que se encontraba su amada.

- Bueno, estoy mejor. Como cojones consiguió Minako esos poderes, ahora yo quiero tenerlos también. ¿Por qué ella si y yo no? Yo soy mas carismática, más elegante, mejor y sobre todo más inteligente.- Dijo con orgullo la peli azul.

- No lo sé Amy, pero ahora céntrate en mejorarte. Ya veremos que haremos a más adelante.- Respondió el único hombre presente en esa habitación. Este le depositó un beso en la frente y abandonó la habitación para irse a hacer unas gestiones.


En estos instantes Amy deseaba con todo su ser tener los mismos poderes de Mina, cosa que iba a lograr si o si. Pero ella en esos instantes no era ninguna preocupación para nadie, la prioridad de los que estaban en Ámsterdam era encontrar al príncipe del sol.


En la tienda de música...

- Hola.- Dijo un chico de aproximadamente 19 años, la misma edad que tenían Minako y Serena, guapo, con un tatuaje de un triangulo...

- Buenas, ¿En que puedo ayudarlo?- Preguntó Minako pensativa.

- Estoy interesado en comprar una guitarra.- Dijo

- Perfecto.- Respondió Mina.- Serena ayúdalo, tu sabes mucho de guitarras.-

Serena se giró y con una sonrisa empezó a preguntarle en que clase de guitarras estaba interesado. Mientras Mina estaba dándole vueltas, esas características, las conocía. Pero, ¿de que?


Cambio de vida | SailorMoon |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora