XXII

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Senju miró las estrellas que se alzaban sobre su cabeza, saboreo el caramelo de fresa en su boca mientras jugaba con él. El viento meció su cabello rosa pálido y cerró los ojos por un momento al sentir la fresca brisa golpear su cuerpo, estar en la cima de la montaña la ayudaba a relajarse.

—Senju, baja de ahí, tenemos trabajo que hacer y realmente quiero ir a comprar ese nuevo vestido que acaban de sacar—Yuzuha miró hacia donde estaba la peli rosa mientras revisaba con molestia la hora en su teléfono, eran las 12 de la mañana, una hora la cual ya se encontraba durmiendo. Pero debido a las nuevas tareas, la rubia tenía que estar despierta a altas horas de la noche, algo que no mejoraba en su humor.

Yuzuha vio como la peli rosa cayó del árbol con elegancia, una gran flor morada se formó en sus pies en cuanto tocó el suelo y brilló de forma tenue. La rubia rodo los ojos ante la Mokuzai, ella era más genial al controlar el viento.

—Perdona mi lady, pero no hubiera tardado tanto si alguien hubiera llegado a tiempo. Estuve esperando por media hora—Senju sopló con molestia moviendo el cabello que acababa de salir de su coleta. La rubia la miró con los ojos entrecerrados y solo negó con enojo para darse la vuelta y salir de aquel bosque murmurando lo mucho que odiaba la naturaleza, ocasionando que Senju se riera con ganas.

—Cierra la boca, no estoy de humor—Senju rodó los ojos con diversión mientras caminaba con pequeños saltos alcanzando a la más alta y le daba una gran sonrisa

—Tú nunca estas de buen humor—Yuzuha ignoró el comentario y siguió andando hasta encontrar el pequeño auto que estaba estacionado en la carretera—¿Vas a conducir?

—Por supuesto que si, manejo de forma excelente—Senju alzó una ceja

—Hakkai no ha dicho lo mismo—Yuzuha soltó un bufido y se colocó en el lado del conductor mientras esperaba a la más pequeña a subir. En cuanto las dos subieron, la rubia no dudó en encender el automóvil y arrancar a máxima velocidad. Sonrió con ganas al sentir la adrenalina en su cuerpo, ver como rebasaba a los demás carros y los gritos en su oído por parte de Senju la motivaban a acelerar más

—¡Por los dioses, relájate, me vas a matar! —Senju se aferró al asiento mientras cerraba los ojos, negando a ver el panorama. Yuzuha se rio con felicidad y detuvo el auto enfrente de un edificio abandonado a las afuera de Tokio.

—No seas dramática, no puedes morir, agradécelo a tu hermano—Yuzuha habló con sarcasmo, ocasionando que Senju abriera los ojos con molestia y la mirara con enojo. La rubia sonrió ligeramente, no arrepentida de sus palabras

—Cállate—Senju escupió las palabras con veneno mientras salía del automóvil y entraba al edificio abandonado, que anteriormente era un cine, desde el exterior se podía ver las enormes letras del lugar y las taquillas rotas con algunos animales merodeando, la peli rosa se agachó en un pequeño agujero del edificio para entrar al interior. Senju sacudió su cabeza intentando olvidar aquella molestia en su pecho al escuchar a su compañera decirle tales cosas. Odiaba el hecho de que tanto ella como su hermano mayor tuvieran que recibir la maldición de los dioses, ellos eran Junkei puros, adoraban a sus dioses, así que el hecho de que tuvieran tal maldición era por culpa de Sanzu y su estúpida fe en un miserable mortal. Senju sintió sangre en su boca y notó que se había mordido con fuerzas su labio al recordar aquel hecho trágico que la atormentaba.

—No te enojes pequeña Senju, pronto acabará esta miseria—La rubia llegó a su lado y le tocó el hombro con delicadeza. Senju solo resopló con fuerzas y se cruzó de brazos

—Y entonces ¿Qué tenemos que hacer? —Yuzuha caminó hasta entrar a una sala y se sentó en uno de los asientos de hasta enfrente, la peli rosa copió sus acciones y se quedaron viendo la enorme pantalla, que anteriormente era blanca pero ahora era gris y estaba rasgada. Senju hizo una mueca de asco al sentir el polvo manchar su ropa verde. Le sorprendió demasiado ver a Yuzuha sentarse en aquella butaca, siendo la más delicada de las dos.

Henko; MitakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora