XXIV

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La bilis en la garganta del pelinegro volvió a hacer su aparición en cuanto se dejó caer sobre el piso, ignorando completamente a Mikey, quien se había levantado de su lugar con una gran sonrisa después de que el ojiazul aceptara aquella horrible propuesta. De reojo pudo ver a Mikey hablar por teléfono con alguien mientras caminaba lejos de él.

Takemichi intentó tomar grandes bocanadas de aire para evitar un posible ataque de pánico, por los dioses, lo que iba a hacer era más que un sacrilegio.

¿De verdad estaba dispuesto a renunciar algo que formaba parte de él por su raza?

¿Valdría la pen...

Takemichi se golpeó las mejillas con fuerza y dejó caer aquellas lágrimas que estaban siendo retenidas en sus ojos.

—Es la primera vez que haces algo por tu raza Takemichi, no seas un cobarde—Balbuceó con enojo mientras se limpiaba todo rastro de agua en sus mejillas, su cuerpo seguía temblando, pero se obligó a si mismo a parar aquella cobardía.

Se levantó de su lugar y cerró los ojos mientras respiraba profundamente, por los dioses, se suponía que tenia que ser quien jugará con Mikey, no al revés. Necesita repasar un nuevo plan antes de que haga esa cosa.

Pero Takemichi sabia más que nadie, que él no podía trabajar bajo presión y menos viendo al peliblanco acercase a él con una gran sonrisa. Su ceño se frunció y el enojo volvió a resurgir de su cuerpo.

—Mitchy, que bueno que ya estes mejor, Sanzu vendrá en algunos segundos para empezar el ritu...—Un puñetazo en su cara, lo obligó a dejar de hablar y cayó sobre si en el suelo, parpadeó varias veces el peliblanco sin procesar lo que estaba pasando y alzó la mirada escéptico al ver a su gatito totalmente enojado y con su puño temblando. Una carcajada salió de su boca al ver que Takemitchy lo había golpeado, saboreó la sangre en su boca con deleite y le sonrió con sorna desde el suelo—Mitchy, eso ha dolido, ¿Qué te trae tan enojado?

Mikey alzó una ceja al ver aquellos ojos azules brillar, se burló mientras se levantaba y limpió la pequeña sangre de su labio, antes de que pudiera hablar, su mente se nubló y dejó de ver a su alrededor, la fuerza en su cuerpo se debilitó y cayó al suelo como marioneta, Mikey iba a gritar de enojo, pero la voz no salía.

—Mikey, soy consciente de que mi raza destruyó el edificio de Bonten y está causando daños, he accedido a cortar mi vínculo con mi raza y el más importante que es con mi Dios, pero no veo como eso me pueda beneficiar a mí —Mikey respiró fuertemente y evitó maldecir, aun así sonrió de forma engreída, como amaba ver a Takemitchy en ese estado. —Aceptarás tú, mis condiciones, si no, las consecuencias serán para ti con toda la furia de mi raza, sin que yo intervenga en algo.

>>Hare que Sanzu haga un artefacto con el cual me impida comunicarme con mi raza y dios, lo tendré puesto casi todo el tiempo, sin embargo, en ocasiones donde requiera mi poder me lo podré quitar. No voy a romper mi vinculo con nadie, seria idiota si lo hiciera, aunque tampoco quiero que te sientas resentido conmigo ¿No es así Mikey?

Susurró el pelinegro en la oreja del rey de Bonten, mientras este sonreía divertido

—Por supuesto que si, Mitchy. Mientras estes conmigo y me apoyes es suficiente, sabes que los dos podemos hacer grandes cosas. Espero contar contigo para el orden de tu raza, se que podrás mantenerlos callados y tranquilos. Sabes que no me gustan estas peleas innecesarias...aunque al heredero de los Tenki, tendrás que dejármelo, lo voy a matar, aun si no te guste Mitchy. Ese cabrón tiene la culpa de esto

Takemichi iba a hablar, pero el fuego empezó a salir del cuerpo de Mikey con gran intensidad, quemando el pasto en donde estaba sentado y extendiéndose con gran rapidez sobre toda la pradera, el pelinegro parpadeó varias veces con nerviosismo y olvidó por un momento al peliblanco para poder apagar ese incendio, sin embargo, Mikey agarró ventaja de aquello y en cuanto tuvo fuerzas en su cuerpo y recuperó la vista, logrando tirar al pelinegro al suelo. Las llamas lo rodearon para no quemarlo, pero aun así sentía el fuego abrasador acariciar su cuerpo. Su mirada se alzó y vio a Mikey verlo con aquellos ojos negros que tenían algunas manchas blancas, queriendo gobernar sobre el negro.

Henko; MitakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora