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—¡Kei!

Chifuyu abrió la puerta del dormitorio de Takemichi para ver a su novio parado enfrente de la puerta con una canasta con la comida favorita del ojiazul, e incluso con algunos dulces.

El pelinegro en cuanto lo vio sonrió dulcemente, pero cambio su expresión al ver al pelinegro alterado

—¿Qué pasa, cariño? —Chifuyu se sonrojo violentamente para sacudir su cabeza con fervor y alejar esas actitudes melosas. Baji al verlo tan alterado dejo la canasta en el piso y lo abrazo con fuerza—¿Estas bien?

—Take ¿Dónde está? Tiene horas que se fue, incluso el sol se está poniendo—El ojiazul se aferró a la chaqueta de cuero de su novio.

Aquella persona le había gritado por teléfono que fuera tras su mejor amigo, pero Chifuyu no pudo dar un paso afuera por una sola cosa

Él tenía miedo

Y no era el miedo por ir hasta Yokohama y enfrentarse a los Myunta... bueno si tenía un poco de miedo al verlos, pero ese no era el mayor de los problemas. Chifuyu tenía miedo de romper su amistad con Takemichi y también le tenía miedo de aquella persona

En estos momentos, esa persona debería saber que Chifuyu no fue tras Takemichi, que lo había desobedecido.

Por primera vez en su vida

Aun así, Chifuyu no se arrepentía de no ir, su mejor amigo tenía que encontrar la verdad no solo de su clan, sino también de la masacre de más de 400 años. Takemichi tenía todo el derecho de conocer acerca de eso y aquella persona no podía seguir ocultándolo, aunque dijera que era por su bien.

Y Chifuyu lo ayudaría, le diría todo lo que él sabía. Aun si eso pudiese implicar su muerte a futuro o el odio de su mejor amigo. Sonrió amargamente ante ese pensamiento

—Draken me acaba de avisar que llegaran en una hora, no tengo idea de a donde fueron. Al parecer era algo secreto ¿Seguro que estás bien? —Baji intento alejarse del pelinegro para verlo a los ojos, pero este último seguía aferrado a Baji.

—S-si, ahora estoy bien. Estaba preocupado por Takemichi, pero si ya van a regresar entonces me quedo más tranquilo

Y no mentía

Baji soltó un suspiro mientras lo seguía abrazando con una mano y con la otra se estiraba para recoger la canasta—Vamos adentro a comer, una vez que llegue Takemichi podemos hablar con él y establecer lo que vamos a hacer ¿De acuerdo?

Chifuyu asintió levemente y dejo que Baji lo guiara a la habitación.

Takemichi resoplo por undécima vez en lo que llegaban al edificio mientras miraba mal a cierto peliblanco

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Takemichi resoplo por undécima vez en lo que llegaban al edificio mientras miraba mal a cierto peliblanco. Este último lo miro divertido y le guiño un ojo.

El pelinegro se sonrojo al ver ese estúpido rostro, aquellas enormes ojeras en vez de parecerle asquerosas, en Mikey se le veían increíble. Aunque eso no dejaba de lado que fuera malo para su salud. Estaba seguro de que el de ojos negros no dormía casi nada.

Henko; MitakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora