Entras a un trabajo en una librería, pero, apenas en el primer día ves un libro algo extraño, pues no tiene autor, este se titula "el bosque de los demonios" no le tomas mucha importancia hasta que te comienzan a pasar cosas extrañas, y, de un día a...
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Sentiste tu corazón acelerarse y tu cuerpo temblar al ver al hambriento lobo frente a ti.
— (Mierda, estoy muerta...) — Te congelaste del miedo, al punto que sentías que no podías moverte.
Repentinamente, las lagrimas salieron de tus ojos mientras observabas al lobo acercarse a ti.
Retrocediste, no pudiste alejarte mucho ya que perdiste el equilibrio y lamentablemente caiste al suelo debido al dolor de tus piernas.
Observaste con miedo y desesperación como tu depredador se acercaba, supiste que ese era tu fin, ya no había nada que pudieras hacer más que esperar tu muerte, luchar era en vano.
— (Ahora si me despido del mundo....) — Tu mandíbula temblaba al igual que tus piernas.
Entonces, antes de que el hambriento lobo diera otro paso, el suelo debajo de ustedes comenzó a vibrar haciendo saltar a las rocas pequeñas, incluso sentiste tu cuerpo moverse ante ese leve temblor del suelo.
— ¿Eh....? — Sentias perfectamente el temblor, solo hizo que te asustaras más.
Mientras más segundos pasaban el temblor se volvía más fuerte al punto que ahora te movia a ti, era como si un gigante estuviera caminando, acercandose a ti....
Miraste atrás tuyo, y viste todo un ganado correr hacia ustedes, había muchos, aproximadamente 70.
Ante esto rápidamente actuaste sin pensar y te levantaste, afortunadamente si pudiste y comenzaste a correr con desesperación, el lobo dejó de centrar su atención en ti y en cambio se concentro en cazar a un animal de ese ganado que se veia que huía de algo.
Tu estabas corriendo frente a ellos con todas tus fuerzas, pero lamentablemente su velocidad era mucha y no tardaron en casi alcanzarte.
Te detuviste en seco al ver frente a ti un acantilado, miraste hacia atrás y viste que el ganado no se detenía.
— ¿¡Acaso se van tirar hacia el o que?! — Preguntaste con estrés y terror.
Ya era demasiado tarde, no había tiempo de rodearlos, solo pudiste observar como el ganado corría hacia ti.
Mientras más se acercaban, notaste que sus ojos eran de color rojizos y con brillitos como si estuvieran hechizados.
De repente, gotas de lluvia comenzaron a caer en tu cabello y cuerpo, miraste hacia arriba y notaste que estaba comenzado a llover tan así de repente.
— ¿Ehh....? — Al mirar al frente, rapidamente fuiste atacada por aquel ganado el cual al parecer se comenzó a resbalar por el camino del acantilado.
Tu ante esto comenzaste a gritar rápidamente, estabas cayendo por el acantilado junto a ellos, empezaste a darte fuertes golpes chocando con la tierra la cual debido a la lluvia también se desmoronaba, tu cuerpo se lleno de tierra con cada golpe que te dabas, a tal punto que quedaste inconsciente al estrellar tu cabeza con una gran piedra.
