Entras a un trabajo en una librería, pero, apenas en el primer día ves un libro algo extraño, pues no tiene autor, este se titula "el bosque de los demonios" no le tomas mucha importancia hasta que te comienzan a pasar cosas extrañas, y, de un día a...
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— Mírenlo, se ve tan débil e inútil cuando esta temblando. — Michikatsu miró con odio a Dan, quien se encontraba acorralado por el trío demoniaco.
— A mi me da ternura~ él como actúa, nos tiene miedo, puedo olerlo~ — Douma soltó una leve risa.
Dan iba a abrir su boca para protestar, pero, en eso este recibió una cachetada bastante fuerte de Hakuji, la cual provocó que cayera al suelo con la mano del mayor marcada en su mejilla.
— Hay que concentrarnos, no estamos aquí para divertirnos con el. — Hakuji volteo a ver a sus dos compañeros. — Recuerden nuestro propósito, estamos aquí para conseguir información de la mujer y buscarla. —
— Tienes razón, ¿pero sabes, querido amigo? No creo que alguien sepa la ubicación de esa lindura, lo mejor sería matarlos, devorarlos a todos para tener más fuerza y así facilitarnos la búsqueda. — Douma comentó, ladeando la cabeza y cruzándose de brazos.
— ¿Y qué pasa si alguien sabe acerca de ella? — El pelinegro les preguntó a sus dos compañeros, mientras Dan solo veía todo con más que miedo y terror. — Lo mejor sería arriesgarnos, y, como dice Hakuji, cuando acabemos con esto hay que ir a buscarla, probablemente ya la tengan en sus manos otro de nuestros enemigos. —
Ante esas palabras, Dan no pudo evitar comenzar a sollozar levemente, y bajo la cabeza al suelo, sintiendo su corazón romperse en pedazos. Pues, sentía la culpa, culpa de que por su causa ahora tú estabas en peligro, en manos de demonios, si tan solo no te hubiera pedido que ayudaras a su padre...
— ¿Y este que tiene? ¿Porque llora? — El ojiarcoiris miró al menor en el suelo con confusión.
— A de ser alguien débil y sensible, lo esperaba. — Hakuji se encogió de hombros.
Se agachó a la altura de Dan donde lo tomó del cuello y lo apretó, haciendo que este se queje de dolor.
— No vayas a decir nada, carajo, si lo haces, vas a rogar por piedad el resto de tus insignificantes días. — Comentó con odio, el nombrado solo pudo comenzar a llorar más y apretar sus puños en el proceso. — ¿Porque mierda estás llorando? Me estas poniendo los pelos de punta. —
— Lo arruine.... — Sollozo aún con más dolor, mientras los demonios solo lo veían como si fuera un loco. — Si no le hubiera pedido ayudar a mi padre.... Ella estaría a salvo. —
Entonces, los tres mayores se sorprendieron al escuchar el pronombre de "ella" Michikatsu se agachó hacia el, lo tomo del brazo donde lo levantó y lo empotró contra la pared.
— "¿Ella?" ¿¡La conoces?! ¡Dinos que sabes! — Dan tenía los ojos temblorosos y llorosos, no sabía que hacer, solo quería morir. — ¡Responde! —
— Solo espero que esté bien... — Sonrió de forma cálida, antes de que el mayor le diera otra cachetada en su otra mejilla y lo tomara del pelo.
