Entras a un trabajo en una librería, pero, apenas en el primer día ves un libro algo extraño, pues no tiene autor, este se titula "el bosque de los demonios" no le tomas mucha importancia hasta que te comienzan a pasar cosas extrañas, y, de un día a...
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29:Mujeres, deidades poderosas
– ¿a que te refieres con eso de que yo me puedo defender de los demonios...? –le preguntaste a Kenzo con lastima, antes de mirarte a ti misma. — ¿No me ves? Parezco más muerta que viva, estoy demasiado delgada, no tengo fuerzas, soy débil....ni en broma le gano a uno en una pelea.... —
— Tu no, pero la espada de los 17 demonios si. — Comentó, tú lo miraste confundida, ¿espada de los 17 demonios? ¿A que se refería con eso?
El mayor noto tu mirada confundida y solo suspiro, antes de buscar una página en el libro.
— Lo que te voy a enseñar es algo que no sabías y que jamás te contaron, por eso yo estoy a punto de hacértelo saber. —agregó con un tono serio, algo que te puso los pelos de punta y unos cuantos escalofríos.
Finalmente encontró la pagina que buscaba, y cuando lo hizo puso el libro frente a ti, tú lo viste, está página se titulaba "la espada de los 17 demonios" y decía lo siguiente.
"En todo el mundo, solo hay una manera de derrotar a los demonios. Híbridos: les apuñalas el corazón. Capitales: Les cortas la cabeza. Pero, lamentablemente, esto solo se hace con una espada en especial, una espada tan poderosa capaz de matar a estos seres de crueldad y poder, esta se apoda, "la espada de los 17 demonios" y no se conoce su paradero, pues hace años un gran mago con grande poder la creó, y se cuenta que los demonios lo asesinaron y trataron de romper la espada, pero fue imposible, esta hecha con un desconocido material muy difícil de romper, no se sabe que hicieron los demonios con ella, hay leyendas que dicen que la ocultaron donde ningún ser humano lo encuentre"
Te quedaste totalmente helada y con los ojos muy abiertos al leer esas palabras, cuando acabaste, Kenzo cerró el libro y te miro con seriedad.
Con que si había una manera de matarlos...eso te aliviaba un poco, pero solo con una espada, una espada en específica, y para empeorarla, una de la cual no se sabe donde está ahora.
— No sé si querías aliviarme o hacerme sentir peor, Kenzo... – susurraste, cruzándote de brazos. — Obviamente no vamos a ir a buscar esa espada, seguro ya está enterrada unos 100 metros bajo tierra o en lo alto del cielo
Notaste que este se quedó callado, bajo la cabeza antes de levantarse de la silla, tú no le quitabas la mirada de encima, estabas confundida.
— De hecho...uno de mis ancestros era ese mago.... — Ante sus palabras, abriste tus ojos con mayor sorpresa. – si...vengo de una familia de magos, aunque, claramente no soy uno, perdimos la magia desde hace mucho, pero nos volvimos cazadores.
