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La lluvia seguía y seguía cayendo con brutalidad, las ramas y hojas de los árboles se movían y eran arrastradas por el impacto de la lluvia, sin duda sería bastante peligroso salir

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La lluvia seguía y seguía cayendo con brutalidad, las ramas y hojas de los árboles se movían y eran arrastradas por el impacto de la lluvia, sin duda sería bastante peligroso salir.

- Es raro...no se ha presentado una lluvia así en meses. - Agregó Tanjiro, quien miraba a la ventana con preocupación.

- Tenemos que tener cuidado, ya que puede que esta lluvia traiga muertes de personas inocentes... - Agregó Kio, su padre quien servia la comida en la mesa.

Mientras tanto, los más menores de la casa se encontraban corriendo hacia el cuarto de Hikori.

- ¿Crees que esta bien que la molestemos? - Shigeru le pregunto a Hanok, este asintió con una sonrisa.

- Bueno, esta tardando más de lo normal, ¿y si esta en apuros o yo que se? - Se encogió de hombros, para después acercarse y tocar la puerta repetidas veces. - ¡Hikori! ¿Estas bien? ¡Ya estas tardando mucho dentro! -

Dentro de aquel cuarto, te encontrabas tu, quien volteaste hacia la puerta, estabas tan metida en tus pensamientos acariciando al gatito que se te olvidaba que tenias una cena con la familia Kamado.

- "Mierda, si es cierto" - Miraste al gatito, quien ronroneaba y seguía acurrucado en tus piernas. - Lo siento mucho gatito, pero me tengo que ir, nos vemos pronto. -

Lo agarraste por el estómago y lo acostaste en tu cama, este te veía con tristeza y sus orejas levantadas.

Lo miraste con una sonrisa antes de caminar hacia la puerta, ya te habías puesto la ropa, que era un abrigo verde y un pantalón para invierno de color negro y por último una bufanda roja.

La abriste, encontrandote con los hermanos menores, quienes al verte sonrieron.

- ¡Que bueno que llegas! Ya te estamos esperando solo a ti. - Hanok aviso, mientras ambos te miraban algo impacientes.

- ¿Oh, enserio? - Ambos asintieron. - Bueno, gracias por avisarme. -

Cerraste la puerta, no sin antes mirar al gatito, quien te miraba, diciéndote con esos bellos ojos que no te vayas, pero, sin hacerle caso, terminaste por cerrar la puerta.

Apenas te fuiste, la sombra de aquel gatito en la pared se comenzó a estirar y agrandar, ahora tomando la forma de un humano.

- "¡Ahh, que emoción, que emoción, KYAAAA!" - El gato ahora convertido en un humano se dejó caer en la cama tapando su boca, pues no quería gritar y arruinar su secreto.

Tenía pelo rosa con puntas verdes al igual que ojos color lima, tenía leves pecas y portaba vestimenta de forma que gran parte de su pecho estaba al aire.

El bosque de los demonios | Pilares, Lunas superiores Donde viven las historias. Descúbrelo ahora