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CAPITULO DEDICADO A: la_mas_once Por cumpleaños retrasado

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CAPITULO DEDICADO A: la_mas_once Por cumpleaños retrasado

Habían pasado los minutos, se podía seguir escuchando la lluvia fuera de aquella cabaña.
No había dejado de llover en todo el día, la familia Kamado estaba preocupada, pues con ese clima no podrían salir a recoger frutas o agua para hacer uso de ellas.

- La lluvia está demasiado fuerte, y eso que yo quería salir a jugar al lago... - Agregó Hanok con tristeza, mientras apoyaba su rostro en el marco de la ventana y veía la lluvia caer.

- Eso no se podrá hoy, Hanok...pero, si se compone, iremos, ¿esta bien? - Tanjiro se acercó a él y le acaricio la cabeza.

El nombrado le sonrió y asintió, el pelirrojo miro al lado suyo, encontrandote con Nezuk, quien todavía estaba algo desanimado y tenia a su hermano Rokuta en brazos mientras este dormía.

- Nezuk, te he visto muy decaído en este día, por favor, si tienes ganas de desahogarte, sabes que estaré para ti. - Comento mientras se acercaba a el pelinegro con puntas naranjas.

- Si, ya lo ...muchas gracias Tanjiro. - Le Agradeció con una sonrisa claramente forzada.

Estaba preocupado por lo que había pasado últimamente obviamente, aquella preocupación no se iba, ni siquiera sabía si pasaría la noche a salvo.

Mientras tanto contigo, te encontrabas en el baño de aquella cabaña, estabas recostada en la tina, la cual estaba llena de agua tibia que te llegaba hasta los pechos.

Tu mirada estaba perdida en el techo, veías este como si fuera una adicción, como si estuvieras desconectada del mundo.

La agua caliente tocando tu piel fría y casi congelada era una sensación realmente exquisita y satisfactoria en tu punto de vista; bajaste tu mirada hacia tus rodillas, las cuales estaban rojas debido a los raspones que te habías hecho, digamos que más bien todo tu cuerpo yacía lleno de raspones y todo dolia, aunque era un dolor soportable.

Cerraste tus ojos y dejaste escapar un leve gemido, realmente todo esto te relajaba bastante, este momento era el mejor comparado a los demás.

Entonces, de repente, abriste tus ojos al escuchar como algo se abría, alzaste tu mirada hacia arriba y en la pared, había una ventana, en esta se asomaba la cabeza de un gato, este tenia colores rosa y verde.

"Awww, un gatito!"

Pensaste, con tus manos tapando tu boca, lo viste por unos segundos antes de que este maullara.

- Shhh shhh, ven aquí gatito. - Le hiciste señas con tu mano y con la otra te tapabas lo que sobraba de tus pechos.

El gato pareció entender, salto hacia al suelo y cayó de pies, donde una vez ahí maullo de nuevo mientras se acercaba a tu mano, sin aguantar la ternura, sonreíste y lo acariciaste por detrás de las orejas.

- Que lindo gatito eres! Aunque no podré quedarme contigo... - Hiciste un puchero, este te miro y pareció que te entendió ya que bajo sus orejas simulando tristeza.

Pero, lo que te sorprendió, eran sus colores verde y rosa, más bien todo de él era rosa y las puntas de las orejas y patitas eran verdes.

Lo dejaste de acariciar y Volviste a lo tuyo que era tallarte el cuerpo, miraste al animal y este te daba la espalda, te dio ternura verlo así ya que parecía que respetaba tu privacidad.

"¡Es demasiado tierno, no puedo con tanto!"

Pensaste sin dejar de lavar tu cuerpo, la verdad era que enserió lo disfrutabas, ni siquiera querías parar, no querías salir de la tina.

- ¡Hikori! ¡¿Esta todo bien?! ¡Se escuchan maullidos ahí dentro! - Se quejo, y tu, sin que te dieras cuenta, el gato gruñó levemente mirando a la puerta.

- ¡E-Eh, si estoy bien! - Le dijiste, pronto escuchaste como este, después de unos segundos de estar callado, nuevamente hablo.

- ¿Segura? - Te pregunto, el gato se puso en postura de defensa mientras miraba con odio la puerta.

- ¡Si! Ya casi salgo aun así. - Te hundiste más en el agua y abrazaste tus rodillas.

Pronto, escuchaste que Tanjiro se estaba yendo de ahí, suspiraste de alivio y viste al gatito.

Te quedaste unos segundos callada, para después, empezar a salir de la tina, aunque no quisieras, ya tenias que salir, ya llevabas como 40 minutos en el baño, y, sin duda, fueron los mejores 40 minutos de tu vida.

Agarraste una toalla y la envolviste en todo tu cuerpo, saliste del baño, te fijaste si no había nadie y después caminaste hacia el cuarto, el gato venía detrás de ti, se veía muy ansioso.

"Ah... apenas salí del baño y quiero volver a entrar"

Pensaste mientras mirabas nuevamente hacia el techo.

- ¿Ya terminaste? - Escuchaste que Tanjiro te volvió a preguntar.

- ¡Si, ya acabe! - Gritaste lo suficientemente fuerte para que te escucharas.

- Esta bien, ahí te deje ropa...es de hombre, pero aún así espero que te guste, y, cuando acabes, ven a cenar, ¿esta bien? - Te pregunto Tanjiro.

- ¡Esta bien, muchas gracias! - Le agradeciste.

De nuevo, pudiste escuchar como este se iba.

El gato brinco hacia tus piernas, donde una vez ahí se recostó en estas y pareció que tenia sueño.

- Ay...lo siento mucho gatito, pero no puedes quedarte dormida, me tengo que cambiar, pero en la noche te quedaras conmigo, ¿si? - Le preguntaste acariciando en el medio de sus orejas de arriba a abajo.

Este te miro e hizo un puchero, pero después asintió, no lo negabas, si te dio algo de miedo pues parecía que te habia entendido perfectamente.

- Vaya....eres un gato interesante, parece como si me entendieras...- Le dijiste, ladeaste la cabeza confundida al ver que esta vez, te ignoro.

Bueno, no pasara nada, ¿o si...?

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El bosque de los demonios | Pilares, Lunas superiores Donde viven las historias. Descúbrelo ahora