El bosque de los demonios | Pilares, Lunas superiores

🗡08🗡

Ante las palabras del demonio sentiste un escalofrío recorrer toda tu columna y tu espada se retorcio levemente...tenias bastante miedo de lo que te podría hacer.

— No me gusta que te quedes callada...aunque....tu cuerpo temblando ya me dice más de lo que quería escuchar.. me tienes miedo, ese olor....es delicioso. — Paso su larga uña por en medio de tus pechos los cuales seguían sangrando levemente.

Después de eso saco su lengua y se acercó a uno de tus pechos, lamio aquella herida que goteaba sangre, al sentir su humeda y fría lengua te estremeciste rogando que te soltara.

Como lo mencione anteriormente, estabas desnuda, todo tu cuerpo estaba sucio y temblaba ante el agarre de aquella serpiente en tus extremidades.

Iguro chasqueo los dedos, algo que provocó que la serpiente abriera más tus piernas, soltaste un leve quejido y jadeo mientras tu respiración se volvía agitada. El demonio sonrió de forma maliciosa antes de agarrar tus mejillas, hacer que agacharas tu cabeza y besarte con brusquedad.

Sus lenguas rapidamente se entrelazaron, tratabas de romper aquel beso pero te fue imposible con lo larga que era su lengua, prácticamente estaba algo gruesa y larga, del tamaño de una serpiente.

Te agarro de las mejillas y te obligó a abrir la boca, sentiste su lengua cada vez ir más profundo en ti, ante esto tu respiración se volvió más agitada a medida que temblabas más.

— Eres bastante frágil, ¿no es así? — Encuesto Obanai separándose de ti, tu diste grandes arcadas tratando de recuperar tu aire, sentías la saliva del demonio en tu boca y cayendo por tu barbilla.

Iguro sonrió maliciosamente antes de chasquear los dedos nuevamente, ahora Kaburamaru, quien seguía sosteniendo tus extremidades, te puso a la altura de la cadera del demonio de rodillas, aun te mantenia inmovilizada de tus piernas impidiendo que te levantes y tus muñecas evitando que te movieras.

Obanai sonrió de nuevo al verte en esa posición, notaste como comenzó a bajar el tipo pantalón que tenia, tu te asustaste más y trataste de liberarte nuevamente con más desesperación.

— (Vamos...mierda, mierda...) — Comenzaste a intentar rasguñar la piel de aquella serpiente para que te liberará, pero esta ni se inmutaba.

De repente, Iguro te apretó las mejillas y te obligó a que abrieras la boca, y con su otra mano comenzó a masturbar su miembro el cual ahora estaba liberado y erecto, tu ante eso sentiste tu cuerpo temblar más y varios escalofríos recorrían todo tu cuerpo mientras veías como la mano del demonio movía de arriba a abajo su pene, el cual cada vez más se volvía más grande debido a su excitacion.

Tu miedo era mucho, incluso te comenzaba a doler el estómago por la desesperación que presentabas, sus dedos aún mantenían abierta tu boca, entonces, fue ahi que después de varios minutos que para ti fueron horas, este se corrió soltando todo su esperma en tu boca, al hacerlo inclino su cabeza hacia atrás, estaba bastante satisfecho, a la vez soltó un leve gruñido.

Al sentir su semen caliente y agrio  escurriendo por tu garganta entrecerraste tus ojos con asco, parte de su esperma se escurrió en hilos pequeños por tu barbilla y cayeron al suelo.

— Ah.....siempre había tenido ganas de correrme en la boca de una hermosa mujer como tu... — Te agarro del cabello con fuerza e hizo que lo miraras, tu expresión tan sumisa y rogando por dejarte ir le excitaba bastante además de ver su esperma cayendo por tu barbilla.— Ahora viene la mejor parte, tu, querida, tendrás a mi discípulo, no puedo esperar para ser el primero en dejarte embarazada. —

Ante sus palabras abriste un poco más los ojos entrando en shock, comenzaste a llorar con algo de fuerzas, no podías decir nada pues tenias un nudo en tu garganta, ni siquiera podías gritar, aun sentias aquel sabor bastante agrio de su semen en tu garganta.

Viste como tus rodillas se despegaban del suelo, aquella serpiente te estaba volviendo a levantar.

— (Oh, no, oh no, no, no...¡¡NOO! ) — Pensaste con estrés y enojo, usaste más fuerza que antes para soltarte pero nuevamente te fue imposible, al ser una serpiente bastante grande tenia mucha fuerza.

Viste como Iguro acaricio un poco su miembro, antes de acercarse a ti, cuando te lo iba a meter, de repente, viste una luz morada y brillante que pasó en tus ojos bastante veloz como un rayo, caiste al suelo de rodillas y soltaste un leve grito.

Rápidamente alzaste la mirada, viste que la piel de serpiente que inmovilizaba tus extremidades estaba cortada provocando tu libertad.

— ¿Eh?! ¿¡Pero que mierda paso?! — El demonio se preguntó, unas venas aparecieron en su frente rápidamente y muy notables.

Este miro a sus alrededores mientras la vestimenta que usaba se volvía a regenerar en el, entonces, fue ahi que un chico de cabellos negros y puntas moradas aterrizó frente a el, en tu perspectiva lo veías de espaldas, un aura morada y a la vez amenazante la rodeaba.

También parecía ser un demonio, pues tenía alas muy grandes en su espalda de color dorado y púrpura.

— Parece que has encontrado algo muy valioso, ¿no es así, Obanai...? — Este pregunto con una voz que al mismo tiempo te causo escalofríos, el nombrado apretó su puño con ira al ver al otro chico frente a el.

— No es de tu incumbencia todo lo que yo me encuentre, Shino. — Dijo bastante molesto también, el demonio con alas también lo estaba, pero mantenía una leve sonrisa. — Yo la encontré primero, así que me pertenece. —

— En eso te equivocas, yo la encontré primero que tu, solo que se me perdió de vista por unos segundos y paf! La perdí de vista, pero es mía. — Informo el chico aun manteniendo su aura tranquila pero molesta a la vez.

— No me importa, yo la encontré, ahora es mía, y tampoco me importa si tengo que pelear por ella! — Iguro se puso en posición de defensa, y Kaburamaru, quien ahora estaba regenerado se puso al lado suyo peligrosamente.

Shino sonrió malicioso y sus cejas se arquearon hacia abajo demostrando que estaba feliz, al mismo tiempo con su gran sonrisa que mostraba sus dientes.

— Peleemos entonces. — Le extendió la mano divertido.

Esto se pondrá feo.