CAPÍTULO 4 "GRACIAS"

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Me sentí mal con Robert. Era extraño que no pudiera encontrar al alguien que cumpla con sus expectativas, tal vez y si quería una novia después de todo.

-Dios. Detesto esto. -Hice una mueca. -Les juro, que me las van a pagar.

Me levante de mi silla y ambas me miraron confundidas. Abrí la puerta y entré a la oficina de Robert, estaba sentado con ambas manos en su cabeza, con sus codos reposando en su escritorio.
Todo lo de su escritorio estaba en el piso, intuí que ese fue el sonido que se escucho hace un momento.

-¿Cómo estuvo la cita?. -Pregunté con algo de miendo.

-Ya te imaginaras. -Paso las manos por su rostro y me miró fijamente. -Me abofeteo, me escupió en la cara y me dijo puerco... Entre otros insultos más.

-Ouh.

Me senté frente a él y tomó un pañuelo para limpiar su rostro.

-Señor. -Bajé la mirada.

-¿Si?.

Tomé aire y no quería decirlo, pero ya era la última opción que él tenía, y si no la aprovechaba no se que esperaría de verdad.

-¿Por qué no me lo propusiste a mí?. -Pregunté mirándolo con algo de miedo a su respuesta.

Robert me miró fijamente con el ceño fruncido. Lo miré a los ojos y me mantuve segura de lo que decía.

-Barb, créeme que fuiste la primera opción, pero no quería faltarte al respeto y mucho menos causarte problemas con tu prometido.

-Ya no estoy comprometida, señor. Chase y yo terminamos nuestro compromiso hace más de ocho meses, después de que él me confesara... Que era Gay. -Dije sonriendo por un segundo... Una sonrisa forzada.

-Oh... Lo lamento mucho...

-No. Yo solo quería que él fuera feliz aunque sea con otro. -Apreté mis labios. -Otro.

-Ya veo... Volviendo al tema. No te lo pedí porque te respeto mucho y incluso, te considero casi mi amiga, me conoces mejor que nadie. -Arqueo las cejas. -Además, no se si tú aceptarías o te ofenderias como las otras chicas que vinieron durante la semana.

-Pero nunca lo sabrás porque nunca me lo preguntaste. -Me encogí de hombros y sonreí.

-¿Y entonces?. -Arqueo sus cejas.

-Yo... Si... Quiero. -Sonreí.

Robert saltó de felicidad y cubrió su cara con sus manos para soltar un grito.

-Me acabas de salvar la vida, literalmente.  -Dijo con una sonrisa enorme en su rostro.

Se acercó a mí y me abrazo fuerte. No alcance a ponerme de pie y solo dejé que me abrazara.
Se arrodillo enfrente de mí y me miró fijamente .

-De una vez te informo que mañana iremos de compras y...

-No, no, no. De ninguna manera dejaré que invierta...

-Para empezar, cambiemos las formalidades y deja de hablarme de usted. Porque si vas a ser "Mi novia" debes verte espectacular. Además. Te llevare con una amiga que es la encargada de uno de los mejores salones de belleza de la ciudad.

-Robert...

-No está en discusión. Acéptalo como un pequeño agradecimiento.

Suspiré y solo me digne a aceptar.

-Okey. Iré a todos los salones de belleza que quieras y a todas las tiendas que desees.

Él sonrió como si fuera el Joker y se abalanzó de nuevo hacía mí y me abrazo.

-¡¿Cómo voy a pagarte esto?!. -Exclamó con mucha emoción

(...)
Al día siguiente Robert y yo caminábamos por el centro comercial y yo veía las tiendas de ropa super cara.
Yo podría comprar un vestido de Prada, Louis Vuitton o inclusión Gucci si quisiera, pero soy un poco más gentil con mi dinero y me causa un poco de molestia comprar un vestido de casi diez millones de dólares (O mucho más) que solo usaré una vez y jamás lo volveré a usar.

-Debimos ir a un centro comercial donde todo fuera más... Accesible. -Me encogí de hombros al ver la expresión de Robert.

-Por favor Barbie, déjame comprarte un vestido que haga que resaltes entre todas y un buen par de zapatos. -Sonrió.

-Tengo muchos zapatos que se verían...

Robert me miró con un poco de descontento en su rostro, y no terminé de hablar.

-Okey, okey.

Entramos a Louis Vuitton y los precios eran de infarto, no quería, pero sabía que debía elegir un vestido.
Robert se sentó y me miraba ver entre todos los vestidos como una anciana a punto de tener un infarto, porque mientras más bonito el vestido, más elevado era el precio, incluso creí que mis lentes estaban mal, pero no.

-Ay cristo bendito.  -Dije viendo el precio de uno.

-No te fijes en el precio, si te gusta, pruebatelo, y si te gusta como se ve, te lo llevas.

-Ah si claro. -Asentí. -Olvidaba que vine con el gran Tony Stark. -Dije en voz baja.

-¿Cómo dices?.

-Que este color me recuerda a Tony Stark. -Sonreí.

-¿El verde?. -Frunció el ceño y soltó una leve risilla.

-Bueno... Yo... Olvídalo.

Robert sonrió y solo negó con la cabeza.

LA CITA DE MI JEFEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora