Al oír eso abrí la boca de golpe y me sentí basura, no podía creer que hice eso, no quería ni saber que pasaría por mis locuras.
-Luego me dijiste que viviéramos aquí... Gracias por cierto. -Sonrió. -Luego te quitaste el vestido y fuiste a tu cuarto, me dijiste que te siguiera, eso hice y me tomaste de la mano... Querías que lo hiciéramos y te dije que no... No porque no haya querido, es solo que no... No era el momento adecuado. -Suspiro. -Luego me quitaste la camisa y te la puse y te ayude a recostarte y en menos de nada te quedaste dormida y pues... Pensé en irme, pero no podía evitar quedarme a dormir, además, estaba con muchas copas de más y no quería que la policía me detuviera. -Sonrió y soltó una risa. -Fue una locura.
Mientras más me contaba más me avergonzaba. No podía creerlo, de verdad que perdí la coordura.
-Dios mió. Que noche, que noche. -Dije para después darle un sorbo a mi café. -De seguro creerás que fue una mala idea llevarme a la fiesta.
-De hecho no. -Sonrió y negó levemente con su cabeza. -Mis ex compañeros quedaron encantados contigo... Aunque decían que como una "Niña" como tú se fijo en un viejo como yo.
-Eres lindo. Siempre creí que serías muy conservador, serio y anticuado fuera del trabajo. Pero veo que eres uno en el trabajo y otro fuera de.
-De hecho. -Arqueo una ceja. -Debo ser un hombre serio con modales y formal en mi trabajo, pero al final del día soy un ser humano y tengo gustos, disgustos, pasatiempos y de más. No puedo ser un hombre tan correcto siempre, es aburrido.
-Creo que conozco muchas cosas de ti. Tu café favorito, color preferido, entre otras cosas. -Sonreí.
-Me gustaría que me dejaras a mí conocer a Barbara, la chica que no es mi mano derecha, si no la chica que cuando sale de trabajar es... Barbara.
Sonreí y lo inesperado sucedió, mi panza retumbó, tenía mucha hambre. TRAGAME TIERRA.
-Parece que tienes hambre. -Soltó una risa.
-Dios esto era lo último que me faltaba. Te juro que no pensé que esto sucediera. -Reí.
-Eres un humano. Y como tal necesitas comer, así que ¿Qué te parece si salimos hoy?. Yo te invitó.
-No, Robert, yo no podría...
-Por favor. -Interrumpió. -De verdad quiero que aceptes salir conmigo... Esta bien si no quieres hoy mismo, pero podría ser cualquier día, no tengo problema alguno. -Dijo sonriendo.
Dios mío ¿Por qué su maldita sonrisa me pone así de nerviosa?. No podía decirle que no, quería salir con él y no guardar apariencias, ahora sería transparente con él y dejarlo conocerme en todo, quería compartirle un pedacito de mí, además quería salir y distraerme.
-Esta bien. Acepto. -Sonreí.
Robert sonrió tan feliz y se levantó de su silla.
-Voy rápido a mi casa a darme un baño y vengo por ti en... Una hora y media ¿Te parece?.
-Claro. Aquí te veo.
-Genial. -Dijo feliz.
Se tomó lo que quedaba de su café de golpe y se acercó a mí a darme un beso en la mejilla, tomo su saco y sus zapatos y se fue como rayo.
Quedé sonrojada por lo que hizo y nerviosa porque debía vestirme ya. No sabía que ponerme y que haría para sorprenderlo y que no se decepcione de mí.Me bebí rápido el café y me tome una pastilla de las que me dio Chris.
Entonces corrí al baño y me di una ducha super rápida, la más rápida que me he dado en mi vida.
Me aplique mis cremas y de más y corrí al closet, tenía un dilema grande ¿Qué sería conveniente usar?.
Saque un par de vestidos que se veían bien, estábamos en épocas de invierno y no sabía que sería bueno, un vestido era azul cielo y con flores, obviamente NO. Otro era de color negro, pero se veía como de noche así que no, y salió mi salvación, una falda negra y una camisa de manga larga de color tinto, se vería perfecta si las convinaria con unos botines... Me decidí por eso y me vestí.
Me maquille algo sencillo y me cepille el cabello, el peinado de anoche se me deshizo fácil por lo lacio de mi cabello, así que no había inconveniente con mi cabello.
Tomé mi bolso y mientras metía unas cosas, mi celular recibió una notificación de Robert: "Ya llegué, voy para tu departamento". Entonces fue como una bomba explotó dentro de mí, que me hizo sentir más nerviosa.
Me miré fijamente al espejo y respire profundamente.-Tranquila. Solo sé tú misma y listo. -Sonreí.
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LA CITA DE MI JEFE
Любовные романыDespués de terminar una relación de años. Robert necesita de una pareja para poder llevar a su fiesta de compañeros de la preparatoria. Así que pide la ayuda de Barbara, su secretaria y mano derecha que accede a hacerse pasar por su nueva pareja par...