CAPÍTULO 35 "CHAVEZ"

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Narra Barbara
Llegué al aeropuerto y fui rápido a preguntar sobre los vuelos. Por suerte no había mucha gente y me metí en una fila, afortunadamente la persona no se molesto ni reclamo nada.

-Hola. -Dije agitada.

-Hola que tal. -Sonrió la trabajadora.

-Necesito saber cual es el próximo vuelo a Miami. Me urge. -Dije con la respiración aún agitada.

-Dejeme revisar. -La chica reviso en su computador y encontró rápido el próximo vuelo. -El próximo vuelo sale a las doce de la noche.

Mire mi reloj y eran las seis y treinta.

-¿No hay uno más pronto? Es que de verdad me urge.

-Lo siento señorita. Pero es el único, porque el próximo es hasta mañana a las cinco de la tarde.

Narra Robert
Daryl, me acompaño a Miami y estábamos ya en el muelle listos para ver a Chavez, el cual estaba hablando con unos hombres de su lancha.

-Señor Chavez. -Dije saludando.

El hombre se acercó y nos saludo a mí y a Daryl. Era un hombre simpático, se veía con una sonrisa muy radiante y con un carácter simpático.

-Agradezco mucho que haya aceptado el caso señor Otunga. Oí mucho sobre su trabajo y el de su padre, que en paz descanse y la verdad no dude en pedir su asesoría. -Dijo sonriendo.

-Gracias. Y yo también agradezco la oportunidad para poder trabajar con un hombre tan poderoso como usted. -Sonreí.

-Bien. Por ahora solo quisiera que nos conozcamos y me hables un poco de mi caso y como resolver los conflictos ¿Te parece?.

-Perfecto. -Respondí alegre.

Todos subimos a la lancha y nos preparamos para irnos.
La verdad me mostré seguro y confiado ante él, pero moría de los nervios, pues su empresa es una de las más prestigiosas de aquí y probablemente del país y quería hacer las cosas bien, es de las primeras veces que me sentía así.

Narra Barbara
Llegué a Miami en la mañana. Ya que por mi suerte hubo un percance y se retraso mi vuelo.
Al salir del aeropuerto pedí un taxi y me llevo al hotel donde se hospedería Robert.

(...)
Al llegar al hotel fui rápido a recepción y había un hombre ahí.

-Hola. Buen día. Mi nombre es Barbara Lewandowski Campbell, soy la asistente del señor Robert Parker Otunga. Y quería saber en que cuarto se está hospedando mi jefe, es que mi vuelo se retraso y apenas pude llegar hoy. -Expliqué con las voz agitada.

-Oh, ya veo. El señor Parker se está hospedando en la habitación del último piso, la habitación número 895H.

-Mil gracias. Me ha salvado la vida. -Sonreí.

-Aunque el señor no está. Salió.

-¿Y no sabe a donde fue?. -Lo miré desesperada.

-Creo que escuché que con el señor Chavez, a un muelle.

-Dios. Necesito por favor que me diga la ubicación, es que soy su secretaria y yo tengo en mi celular unos archivos importantes para el caso y si no llego perderé mi empleo. Se lo suplico, ayúdeme. Sabe lo complicados que son los jefes aveces.

Narra Robert
Miraba el paisaje y me gustaba el lago. Amaba estar en estos lugares y más ahora que necesitaba despejar mi mente.

-¿Cómo está abogado?. -Dijo Chavez sentándose a mi lado.

-Bien. -Asentí.

-Esa mirada dice otra cosa. -Sonrió. -¿Algún conflicto laboral, mal de amores, o de plano no está convencido en tomar mi caso?.

-No. Nada de eso. Estoy encantado de estar aquí. Es más un... Mal de amores. Mi novia y yo tenemos tiempo separados y...

-Oh. Entiendo. -Asintio. -Sabes. Yo estoy felizmente casado con una mujer que es el amor de mis sueño. Doce años casados y no creas, ha sido una guerra y un conflicto. Aveces peleamos, incluso por cosas tan absurdas como no saber que comer o a donde ir el Domingo con nuestras niñas, pero la llave de una relación es sin duda alguna la comunicación, si no tienes comunicación y confianza en tu pareja, estás perdido, yo creo ciegamente en mi chica y sé que ella siempre será transparente y sincera conmigo y yo con ella.

-Si. Lo que pasa es que mi novia... Ex novia. Me encontró en una situación bochornosa con mi ex prometida de ese entonces.

-Wow. Pues yo creo que debieron hablar y aclarar la situación, porque si dejaron el asunto sin aclarar puede que en un futuro renazca el problema y les cause conflicto por dejarlo así a la ligera.

-Lo sé. Pero ella no quiso hablar. Se sintió traicionada de alguna forma, la busqué y sólo me daba la espalda.

-Creo que ella tenía un problema de confianza, en el pasado, la pudieron traicionar y verte a ti en esa posición la hizo sentir mal... Y sintiera que le fallaste y mentiste. Pero hiciste bien en darle su espacio y dejarla vivir su momento. -Sonrió. -Cuando mi mujer y yo peleamos, nos decimos el motivo y lo que nos disgusta, pero después nos alejamos para no herirnos sentimentalmente y cuando las cosas están más tranquilas, hablamos y resolvemos la situación.

LA CITA DE MI JEFEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora