CAPÍTULO 1 "SEND MY LOVE"

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Pongan play a la canción
Narra Barbara
Sonó mi despertador a las siete de la mañana. Mi Alexa esta configurada para que a la hora de despertar se ponga una canción en aleatorio de mis descargas de Spotify, hoy le toco a la señorita Adele.
Me frote los ojos y apague el despertador.
Me levante de la cama y me fue un poco difícil pues es Lunes, los Lunes son días algo tediosos para mí, pues el fin de semana me levanto hasta tarde.
En fin. Hice mi cama y me dirigí a mi baño, encendí la luz y me vi en el espejo.
La luz me encandiló un poco y me vi borrosa en el espejo, además de mi problema visual.
Abrí la regadera y mientras el agua se calentaba me quite la ropa y me soltaba el cabello de la coleta que tenía hecha, y entré a la ducha.
Me bañé como siempre y antes de salir me di una enjuagada con agua fría para poder despertar.
Me sequé y fui al espejo y me aplique todos mis productos del rostro; tónico, suero, crema y protector solar. Me puse un poco de corrector en mis ojeras y peine mis cejas. No soy tan vanidosa pues para ir a trabajar soy simple, además de que por el uso de lentes no puedo darme el lujo de hacerme un smookey eye o algo de maquillaje exagerado. Me puse un poco de hidratante para labios y mi maquillaje estaba listo.
Sequé mi cabello con la secadora, lo cepille y me peine una media coleta.
Salí a mi cuarto y me puse mi ropa que ya había elegido la noche anterior; una camisa de color crema con unos pantalones negros y mis zapatillas de tacón de color negro.
Termine por ponerme unos aretes y mis lentes. Tomé mi bolso, mi laptop y mis carpetas de papeles.
Fui al elevador y bajé al primer piso, me encontré con Christopher. Él es hijo de los dueños del edificio y está estudiando la universidad en virtual, es un chico algo despistado, pero muy agradable. Se encarga de todo lo que entra y sale del ovi y otras cositas más.

-Hola Chris. -Saludé.

-Buen día Barbie. -Sonrió. -Que tengas un buen inicio de semana.

-Igual tú. Suerte con tus exámenes.

-Gracias. -Sonrió feliz.

Salí al estacionamiento y subí a mi auto, pasé todas mis cosas a mi asiento de al lado. Puse música y me fui.
Llegué a Starbucks, pues antes de llegar a la oficina siempre llegó por mi café y el de mi jefe, Robert.

-Buenos días. -Dije en el drive thru. -Un Dark Roast y un Caramel Macchiato grandes, por favor.

Pagué y me fui con mis cafés.

Narra Riri
-Cinco minutos tarde. -Protesta Carly.

-Claro que no. Ella siempre llega super justa de tiempo. Ocho en punto, ni un minuto más, ni un minuto menos.

-Es imposible que siempre llegué a la misma hora. -Soltó una risa.

-Tiene todo planificado.

-No puedo creer que estemos apostando solo para ver quien tiene razón sobre la hora de llegada de Barbie. -Dijo con algo de enfado.

-Mira. Ya solo falta un minuto. -Dije mirando mi reloj de mano. -La puerta del elevador se abrirá en cinco, cuatro...

-Riri. -Rodó los ojos.

-Tres, dos, uno.

La puerta se abrió y entró Barbie como siempre, con su caminar como modelo en pasarela, con sus dos cafés, su bolso, su laptop y un montón de carpetas para el señor Robert.

Narra Barbara
Llegué a la oficina y Riri y Carly en cuanto me vieron rieron, Riri estaba casi brincando de felicidad.

-¡Te dije!. -Exclamó Riri feliz.

-Hola Riri, hola Carly. -Dije mientras acomodaba mis cosas en mi escritorio. -¿Y ahora por qué pelean?.

-No es pelea. Solo le decía a Carly que siempre llegas puntual, a la hora adecuada. Ella quiso apostar y le gané. -Aplaudió feliz.

-Es una trampa. -Dijo Carly.

-Como haya sido. Apostamos y perdiste.

Carly saco un billete de su cartera y se lo dio.

-Un trato es un trato. -Dijo sin más.

Sonreí al ver la escena.
Me senté y encendí mi computadora, la laptop solo la requería en ocasiones en las que había exceso de trabajo.

-Y como siempre Robert llegará tardísimo. -Dijo Riri mientras subrayaba unos documentos.

-Es Lunes. Los Lunes son días de llegada tarde. -Dije mientras abría los archivos de mi computador.

-A veces parece que la jefa eres tú y no él. -Sonrió Carly. -Créeme. Sin ti este lugar sería un manicomio.

Sonreí y entonces la puerta del ascensor se abrió y entró Robert, haciendo una llamada telefónica.

LA CITA DE MI JEFEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora