CAPÍTULO 27 "VOLVER A LA PROGRAMACION HABITUAL"

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Pasaron los días y mi relación con Robert iba genial, al menos una vez a la semana me daba detalles, salíamos a comer o a cenar, podía entablar una conversación con él con tanta tranquilidad y sin miedo a ser juzgada... Me sentía en el cielo. Pero como dijo Deadpool, la vida es una serie de desastres y catástrofes con breves comerciales de felicidad... Y yo debía volver a mi programación habitual.

Estábamos terminando de ordenar los archivos de un caso que ya había terminado... Con éxito.

-La propuesta para el caso de Chavez es magnífica. -Dije mientras engrapaba unos papeles.

-Lo sé... Pero es en Miami. -Dijo en voz baja.

-¿Y?. -Sonreí incrédula.

-Que son más de veinte horas de aquí a allá.

-Rob... Por mí no te detengas en seguir oportunidades que te van a hacer bien y que sería una gran oportunidad que no siempre se presentan...

-Pero personas como tú no las tendré otra vez en la vida.

Me levante de mi asiento y me acerque, me puse atrás de él, me incliné y lo abracé. Le di un beso en la mejilla y sentí como sus mejillas se levantaban, en señal de una sonrisa. Tomó una de mis manos y la acarició con su dedo pulgar.

-Mi amor. Yo jamás haría que perdieras casos así, yo sé lo importante que sería para ti representar al señor Hugo Chavez, así que si tu miedo es que yo me aleje de ti por la distancia, deja de hacerlo. Yo te quiero y te esperaré lo necesario. Es un milagro que te eligieran a ti para este caso.

Se levantó y me abrazo, para después darme un beso en los labios.

-No quería decirlo, pero ya apartir de la semana que viene puedes decidir cuando tomaras tus vacaciones... Cambiamdo drasticamente de tema. -Río. -Te tocan tres sema. Basado en el tiempo que tienes trabajando aquí. -Sonrió de lado. -No te lo quería decir porque no quería dejar de verte casi un mes, pero es injusto de mi parte hacer esto.

-A decir verdad. Lo había olvidado... Pero... -Dije mientras pensaba. -Creo que esperare unos días.

-Eso me encanta. Así podré pensar mejor sobre el caso de Chavez.

-No lo pienses mucho. -Negué levemente para después sonreír.

Dije para soltarlo y salir de la oficina.
Me senté en mi escritorio, me puse mis lentes y seguí en mi computadora con mi trabajo.

Narra Robert
Toda la tarde me hundí en mis pensamientos, tratando de saber que hacer, Barbie, tenía razón. El caso de Chavez era un caso de oro, me haría ganar más que solo dinero, era un caso demasiado sonado ahora y que me lo hayan propuesto a mí fue una gran sorpresa.

Le envié un mensaje a Barbie invitandola a salir, quería darle una sorpresa.
Desde hace días tenía planeado darle un anillo de promesa, para prometerle lo mucho que la amo y que estaría con ella siempre... O hasta que ella me lo permitiera.
Tomé la caja del anillo y lo aprecié. Esperaba que le gustará o que aceptara que en un futuro seamos algo más que novios.
Barbie respondió con un: "Te espero en mi casa".
Sonreí y deje el anillo a un lado. Tenía que acabar los documentos para no tener pendientes o atrasos.

Narra Barbara
Tomé mis cosas. Riri y Carly ya se habían ido a casa y yo debía irme ya, quería verme bien hoy. Presentía que sería una tarde espectacular... Más bien noche.
Fui al estacionamiento y subí a mi auto, estuve a punto de encender el auto, pero me olvidé de mi celular arriba, así que salí del auto.

Narra Robert
Alguien tocó la puerta y entró, no era Barbara, era Olivia. La cual cerró la puerta y dejó caer su bolso al suelo. Venía con un saco enorme puesto, que le llegaba abajo de las rodillas.
Me levante de mi silla y fui a donde ella, ella se paro alfrente de mi escritorio.

-¿Qué haces aquí?. -Pregunté mientras la tomaba del antebrazo.

-Ay. -Dijo safandose de mi agarré. -Solo vine a ver si ya pensaste lo que te dije, creo que te di el tiempo suficiente.

-Y me mantengo en mi posición. No voy a volver contigo. -La miré fijamente. -Así que vete. Pierdes tu tiempo.

-Perfecto. Me obligas a hacer otras cosas.

Vi como desabrocho su saco y lo dejo caer. Revelando su cuerpo al desnudo, solo con una tanga de color rojo con piedreria puesta. Solté un suspiro en forma de desprecio, desvíe la mirada, no quería seguir viéndola.
Me exalte al sentir como en menos de nada se lanzó a mí.

LA CITA DE MI JEFEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora