El timbre sonó y tomé mi bolsa, me aplique mi perfume y me acomode el cabello.
Llegué a la puerta y la abrí.
Robert me miró y sonrió, me miró de pies a cabeza y sus cejas se arquearon.
El venía vestido con unos pantalones negros, una camisa de botones negra, doblada de las mangas, unos zapatos de cuero y unos lentes de sol.
Se quito los lentes y me miró lentamente, me di una vuelta y sonreí.-Wow. -Dijo sonriendo. -De verdad que eres perfecta Barbara Lewandowski.
-Gracias jefe. Tú también te ves muy bien, el negro te sienta de maravilla. -Sonreí.
-Recuerda que soy tu novio, así que hoy no soy tu jefe.
-¿Y hasta cuándo durará esta mentira, o broma?. -Cruce los brazos.
-Hasta que se haga realidad. -Sonrío de lado.
❤️Pongan play a la canción❤️
Llegamos al centro comercial y fuimos directamente a comer.
Fuimos a un local donde vendían comida vegetariana y vegana, pedí un sándwich con un jugo de jengibre, y él se pidió unos tacos veganos con un jugo verde.
Mientras comíamos solo hablábamos de nosotros, no había nada más solo él y yo, nada de trabajo, nada de estrés, nada de la noche anteriro... Nada.
Le conté sobre lo que más me gustaba, la relación con mis padres (Que ya no estaban), mi infancia, que me llevó a elegir la carrera que estudié, porque me mude de Polonia a Estados Unidos, y muchas más cosas.
Despues de comer paseamos por el centro comercial y salíamos y entrábamos a tiendas de ropa, juguetes y de más.
Robert se veía feliz viendo los juguetes, parecía un niño y más cuando vio muñecos Funko Pop de Marvel. Compró unos cuantos y yo compré un poco de ropa que me gustaba.
Seguíamos paseando por ahí y no podía parar de reír y pasarla bien con él, disfrutaba la compañía y los buenos momentos que pasábamos juntos, de verdad me divertía y me hacía olvidarme de todos los pendientes y de más que me hacían tener la mente ocupada.Me sentía como cuando eres joven y conoces a una persona con la cual conectas tan bien que todos los momentos son risas y alegría. Que te emociona saber que ambos tienen los mismos gustos, que conviven tan bien que las horas se pasan volando.
Me compró un helado de café (No se como sabía que era mi favorito) tal vez porque siempre me veía tomar café o algo por el estilo.
Él se compró uno de chocolate amargo.
Nos sentamos a comer el helado y de la nada se acercó y le dio una mega mordida a mi helado, casi se lo devora.-Oye. -Solté una risa.
Me acerque y quise morder el suyo, pero lo quito, entonces sonrió y lo acercó de nuevo y lo probé. Me vio con una sonrisa y yo reí por pena a la cara que debí poner al darle la mega mordida.
Al terminar el helado seguimos paseando y pasamos por una fuente, él la miró y río.-Ahora jamás podré ver una fuente igual. -Dijo entre risas.
-Ay no. Que pecado. -Negué levemente con la cabeza.
Me tapé la cara y reí, no me di cuenta que me abrazo por detras y puso sus manos en mi cintura.
Volví a sentir esa sensación en el estómago, no sabía como reaccionar, mis cinco sentidos estaban congelados.
Posó su rostro en mi hombro y seguimos caminando, sonreí por lo lindo que me hacía sentir su compañía, y aún más su cuerpo tan cerca del mío. Una sensación loca y hermosa.(...)
Después de ir de compra ya era casi de noche y me llevó a casa. Me acompañó hasta la puerta de mi apartamento y nos quedamos ahí hablando.-Fue un día genial. -Dijo con sus manos en sus bolsillos del pantalón y con la mirada baja.
-Si. Me agradó convivir contigo, sabía que eras más divertido y que no solo eras el prestigiado abogado Otunga. -Sonreí.
-Ya te dije. Soy humano y tengo todo para ser un loco demente.
-Ya lo veo.
Ambos reímos y nos miramos fijamente. La tensión era evidente, no podía dejar de verlo y él a mí tampoco.
Quiso tocar mi rostro, pero se contuvo y apretó los labios.-Bueno... Ya terminó el fin de semana. -Dijo mirando alrededor (Se veía nervioso).
-Lo sé. Mañana volverá todo a la normalidad. -Dije mirando al suelo.
-Si... Aunque... Me gustaría que volvamos a salir y pasar un buen rato. -Dijo acercándose lentamente. -Como amigos... Ya sabes. -Soltó una risilla nerviosa.
-Claro. Sin problemas. -Sonreí.
-Bueno... Te veo mañana en la oficina.
-Hasta mañana jefe.
El asintió y se dio la vuelta. Abrí la puerta y entré a mi departamento. Cerré la puerta y me quedé parada en la puerta y algo dentro de mí quería verlo de nuevo y abrazarlo o volver a sentirlo cerca.
ESTÁS LEYENDO
LA CITA DE MI JEFE
RomanceDespués de terminar una relación de años. Robert necesita de una pareja para poder llevar a su fiesta de compañeros de la preparatoria. Así que pide la ayuda de Barbara, su secretaria y mano derecha que accede a hacerse pasar por su nueva pareja par...