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-Ey, Minho, ¿ese es el auto de tu papá, cierto? -Dijo Hyunjin, señalando con el dedo el auto blanco de último modelo.

Minho asintió y chocó los cinco con ambos antes de dirigirse al auto de su padre.

Éste le sonrió y abrió las puertas con el botón automático.

-¿Te llevaste bien con Felix el día que lo llevé a casa? -Preguntó Minho mientras abría la puerta y aventaba su mochila por cualquier parte trasera del auto.

-Es un buen chico -Fue lo único que dijo Chan y Minho asintió dándole la razón.

Felix era el más calmado y callado de ellos tres, tal vez se debía a que iba en dos grados más grandes que él y Hyunjin, es decir, su último año.

Era con el que se hacían pasar por adultos en fiestas y el que tenía licencia para manejar, eran un gran equipo, como hermanos.

No quería que nada de eso cambiara.

-¿Cómo te va con JiSung? -Rompió el silencio mientras giraba el volante.

-Bien, bien. Llevó días excusándome con que me preste algo, la semana pasada fueron los apuntes y hoy fue el lápiz.

Chan trató de aguantar la risa, pero falló y lo hizo negando con la cabeza.

-Así no vas a llegar a nada, Minho.

Sí... parecían más amigos que padre e hijo.

Algo extraño, ¿no?

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Escuchó la puerta ser tocada, entonces va y abre la puerta, sorprendiéndose al ver a Felix tras esta.

Chan se avergonzó cuando cerró de nuevo la puerta, pero es que solo llevaba unos pantalones negros sin camisa o zapatos.

Una manera de vestir algo inapropiada. Cuando se abotonó su camisa blanca, volvió a abrir la puerta con la esperanza de verlo ahí y no haberse visto muy grosero.

Y allí lo vio, recargado sobre la pared mientras veía algo en su teléfono.

Al abrir la puerta, subió la mirada, observándolo a fondo de arriba a abajo, haciéndolo sentir algo incómodo.

-Minho no está, pero puedes decirme y yo le aviso.

-No es eso, señor Bang, es que olvidé mi cámara sobre su sofá, no sé si seguirá ahí, ¿puedo checar?

-¿Eh? Ah, claro, claro. Pasa -Casi tartamudeó nervioso por la seriedad del menor.

El pelinaranja pasó y empezó a olfatear disimuladamente el aroma a vino y bosque proveniente del alfa dormido y lastimado de este.

Sus dos olores habían vuelto, vaya, que extraño. Felix estaba confundido.

Chan lo vio de reojo comenzar a ponerse rojo, se extrañó por ello, sin embargo, no le dio tanta importancia.

Pronto, Chan sintió la extraña sensación de que el menor estaba nervioso y su lobo estaba aullando por ayuda.

¿Por qué sentía eso?

Estaba algo confundido, desde ese día que hablaron su lobo despertó y estuvo moviéndose cómo loco pidiéndole no separarse de él.

Quizás traía sueño, no había podido dormir bien últimamente.

O tal vez era el cansancio del trabajo que lo estaba abrumando, por suerte hoy había descansado.

Pero es que no podía explicarse totalmente por qué sentía como reaccionaba el lobo de Felix a través de su lobo.

Nunca escuchó de algo cómo eso.

-¡Aquí está!, seguro Minho no la vio, le había dicho que me la guardara -Habló el moreno pelinaranja, sacándolo de su ensoñación.

Chan solo sonrió sin saber qué decirle.

-Oiga, señor Bang, ¿La señora Bang dejó algo cocinando?

Finalmente Chan reaccionó de su trance.

¡Dios mío, el curry de cerdo se estaba sobrecociendo!

Chan corrió a la cocina y apagó la estufa, Felix rió por ello y se dirigió a chequear la comida.

En efecto, estaba quemada.

-Por suerte sé cocinar, ¿le gustaría algo de ayuda?

-Claro, y sobre eso..., solo somos Minho y yo -Comentó mientras lavaba sus manos, quitándole importancia.

Felix hizo un puchero para después no poder evitar abrir los ojos como platos sorprendido al ver que lavaba sus manos aún con el reloj puesto.

¡Y después se quita el reloj y lo lava con bastante jabón!

Millonarios extraños.

-Es contra el agua -Respondió a su duda sin mencionar nada más.

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-¿Entonces estudiarás la universidad pronto? Si necesitas ayuda, puedes decirme, tengo mis contactos y podrían ayudarte -Dijo Chan mientras veía el periódico.

Felix asintió, moviendo sus piececitos nervioso.

Ningún alfa y omega le estaban interesando tanto como éste y temía por eso.

Toda la casa estaba llena del olor de Chan y se estaba sofocando.

Si bien no era un Omega, todo su cuerpo reaccionaba cómo uno cuando estaba cerca del papá de su amigo.

Necesitaba conseguir pareja pronto, quizás era solo su celo que lo hacía confundir las cosas.

No supo cómo, pero no pudo evitar mirar los brazos de este, un adulto y no un adolescente, un hombre educado e inteligente.

Haz algo, está ahí!
Lo necesitamos
Lo necesitas, Felix

¡Cállate, lobo tonto!

-¿Estás bien, Felix? Te ves algo perdido y estás sudando aún con el aire acondicionado encendido.

Estaba por decir algo cuando Minho entró por la puerta.

Rápidamente se levantó del sofá y fue por su mochila.

-Tengo que irme, adiós señor Bang y Minho -Se despidió torpemente con el rostro rojo y nervioso.

Minho volteó a ver a su papá algo confundido.

21-oct-23

Is Not Correct _Chanlix_Donde viven las historias. Descúbrelo ahora