Is Not Correct _Chanlix_

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—¿Éso dijo? Dios Felix, que vergüenza –Confesó el Omega de frenos.

—Que dices, tú nunca sientes vergüenza –Digo y Jeongin parece ofenderse, pero al final sólo asiente dándome la razón.

—Igual debes ir a verlo, recuerda que le hiciste una promesa en ir a su casa para que no estuviera solo –Hace saber Seungmin, algo distraído en ver las fotos de Hyunjin en sus redes sociales.

Sí, tenía una leve atracción por la alfa.

Pero estaba mal, él era también un alfa y Hyunjin no lo vería de la misma forma porque le gustaba su amigo Felix.

¡El amor era tan complicado!

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No estaba seguro de que hacía aquí, pero el señor Bang me había llamado para que viéramos una película.

Sí, algo extraño.

Pero fue la primera persona en agendar en el nuevo teléfono que me compró.

Jeongin bromeaba con que era mi sugar daddy, tonterías.

—Pide comida a domicilio, no me apetece cocinar –Sugirió Chan y yo asentí algo nervioso.

Estábamos sólo él y yo para ver Netflix, ¿pasaría lo que estaba pensando?

Si bien no era incómodo, sí era raro.

Sólo para asegurarme pregunté. —¿Minho vendrá pronto a casa?

—No tengo idea, sólo salió –Contestó encogiéndose de hombros en tanto se ponía a ver algo en su computadora.

—¿Quieres verla en computadora o televisión? –Preguntó Chan mientras borraba algunos archivos de su computadora.

—Televisión –Contestó casi tartamudeando de lo ansioso que estaba, simplemente no podía concentrarme.

—Tranquilo, no pasará nada de lo que estés pensando –Admitió Chan y por fin pude relajarme. –Tu olor a excitación inundó la habitación –Agregó y me sorprendí.

No lo había notado, tampoco deseaba ponerlo incómodo, entonces abrí una ventana para que circulará el aire.

—Está bien, Lixie. No me molesta, aparte está el aire acondicionado encendido –Tranquilizó y yo sonreí apenado.

Cierro la ventana junto a la cortina cómo él me lo ordenó, me siento en el sofá mientras lo observó por el rabillo del ojo trabajar y borrar archivos en su computadora.

Era dementemente adinerado, tenía todo tipo de lujos por toda la sala y éso qué nunca había visto su habitación.

—Felix –Llamó él algo ocupado en su computadora. ¿Puedes traer mi reloj que está en la habitación?

Asiento y subo las escaleras para ir por él.

Le eche la última mirada antes de entrar a su habitación, se veía algo agotado.

Cuando pasé a su habitación el aire frío del acondicionador me atrapó, sentí un enorme frío, encendí la luz y observé asombrado su habitación.

¡Era enorme!

Tenía un gran clóset que podría incluso compararse con una tienda dentro de una habitación.

Varios trajes, ropa de marca y zapatos se hallaban.

Podía ver qué aún llevaban la marca de qué nisiquiera los había usado.

Nunca pensé que Minho y su padre tuvieran ése tipo de lujos.

Volví a lo que iba y tomé el reloj que estaba en su cama.

Hasta que noté algo peculiar sobre la mesita de noche.

Dentro del libro que estaba a su lado en la mesita, había un condón.

¡Dios, no deseaba ver éso!

La curiosidad me había ganado y no me gustó para nada lo que ví, entonces cerré el libro y bajé las escaleras con su reloj en manos.

Lo ví recargarse sobre la silla mientras suspiraba cansado.

—Lixie, voy a tener mucho trabajo entonces puedes despausar la película y comer la comida rápida que ordenamos –Dijó, a lo que me negué.

—Lo esperaré –Contesté y ambos empezamos a pelearnos porque el otro aceptará lo que el contrario.

Después de unos minutos en nuestra pequeña lucha por hacer entender al otro, vimos cómo Minho entraba por la puerta y nos miraba algo confundido.

Comencé a entrar en pánico cuándo se acercó a nosotros y no pasó de largo cómo aquella vez.

—¿Qué hacés aquí, Lix? –Preguntó algo confundido con el ceño fruncido.

Parecía que empezaba a sospechar de la cercanía que teníamos su padre y yo.

—Quería venir a jugar contigo el juego nuevo que salió –Comenté lo primero que vino por mi cabeza, fallando al instante.

—¿Y porqué no me avisaste por mensaje? –Vuelve a preguntar mientras se acerca a su padre y mira lo que está viendo.

Estábamos en problemas.

Aún que en sí, no estábamos haciendo nada malo.

Hasta ahora no había pasado nada.

—Deja de hacer preguntas absurdas, Minho. Lo asustas, es visita –Regaña Chan y Minho muerde su mejilla.

Niega y sube las escaleras.

Dejó salir todo el aire retenido por los nervios y Chan ríe volviendo a lo que estaba en su computadora.

—Se puso así porque tú lobo quiere llamar la atención de mi alfa –Explicó y yo enrojeci.

¿Mi lobo estaba soltando feromonas para apariarse con su alfa?

Dios, moría de vergüenza.

Rápidamente subí las escaleras para ir con Minho y jugar video juegos.

Sin duda ya no quería volver a mirar a los ojos a Chan.

Estaba demasiado apenado.