XXVI: Noches inquietas

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Había pasado un mes y Louis, a pesar de ya estar a punto de cumplir ocho años con la maldición, no podía dormir bien. Incluso con Harry cerca, él no podía conciliar el sueño fácilmente. Las pocas veces que podía, fue cuando su omega descansaba plácidamente cerca de su costilla, incrustado a él como si pretendiera desaparecer de los males del mundo. Con sus manos ocultas en su cintura y el cabello rozando su pecho. Pero eso había ocurrido dos veces desde que ambos se conocieron. Ante las circunstancias que no podía esquivar, Louis ya se había acostumbrado a ver sus fantasmas aparecer. Rodearlo y lanzarle encima como una lluvia ácida, todos los recuerdos pasados.

Cada recuerdo era peor que el anterior. Pero el que siempre lo dejaba sin aliento, era la noche en donde su madre se convirtió en un escultura sosteniéndolo a él en un fuerte abrazo. Haber sentido su cuerpo tornarse frío y duro... hasta hoy le robaba el apetito y los ánimos. Porque fue el día en que comprendió en la clase de ser humano en el que se había convertido. Que con solo un roce tímido, podía traerle la muerte a alguien. Narel había perdido un brazo por su culpa, y varios sirvientes también quedaron presos en el oro por él. Louis tenía a cada uno guardados en una bodega, lleno de esperanza para que, cuando la maldición terminase, ellos volvieran a vivir.

Harry no sabía de eso.

No tuvo oportunidad de contárselo tampoco. En palacio su mente estuvo sumergida en los problemas con Viggo como para detenerse y explicarle a su omega qué cosas estaban escondidas ahí. Lo que él guardaba con tanto recelo. Eran simples sirvientes, pero ellos tenían familias, hijos, que quedaron desamparados por su culpa.

Su culpa.

Lo que pasó esa tarde con Harry en el diván, no se mentiría que lo había aligerado y llenado de una nueva esperanza, pero el temor de perder el control, de olvidarse que esa maldición estaba en él, era ahora quien le robaba el sueño. Denébola supo bien como maldecirlo. Ahora que se había enamorado y encontrado a su pareja, el descontrol que pretendía adueñarse de él apenas podía sujetarla. Harry era demasiado preciado para como yacer un segundo más en la misma habitación y perderlo solo porque sus instintos fueron más fuertes. Solo Aeris sabía cómo su mente era llenada de maneras en las que podía tocarlo, como sus manos recorrían sus bellas mejillas en sueños. Solo Aeris sabía también como eso acababa.

Al imaginar a Harry convertido en oro su corazón dio un vuelco. El estómago se le revolvió.

Le había jurado no irse. No alejarse. Le había jurado intentar dejar sus temores atrás tal como él lo estaba haciendo ahora en los entrenamientos, pero mierda, su omega no podía comparar sus traumas con su maldición. No podía comprar el convertir a todos en oro con... algo que se podía superar día a día sin herir a nadie físicamente. Se sentía egoísta, pero era la verdad. Louis nuca podría huir de sus fantasmas y del terror asfixiante que le provocaba el descuidarse y lastimar a Harry.

Por él, podría irse ahora de esa habitación. Podría esconderse otra vez y esperar el mes para largarse de Momoru y regresar a palacio, pero en el fondo sabía que, huyendo de esa habitación, dejando a Harry solo... Lo lastimaría de una manera mucho peor que Gaelen. Porque Harry no solo quería entrenar y ser libre. Su espíritu era así porque no tuvo más remedio que crear un ego fuerte para que nadie lo lastimara, cuando en el fondo solo era una flor más en medio de un desierto.

Sentado en el diván en donde dormía para darle la cama a Harry, se sentó y miró la luna que solo le faltaba una franja para completar su fase. Le pidió que pasara rápido a una llena y que perdurara así hasta la batalla con Denébola. Pero la luna se rio y no le hizo caso alguno. Louis pasó una mano por su cabello, apoyando su codo en una rodilla. Todos dormían en la casa real. Nada más que el sonido de las aves nocturnas lo acompañaba más el calor de la chimenea, la cual nunca dejó de mantener encendida para darle calor a Harry. Lo miró. Él estaba acurrucado bajo las mantas.

The king's heart (l.s) #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora