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El problema de vivir en una sociedad donde lo anormal es raro y cautivador hace que el pequeño Duxo mire a su alrededor con cierto asco, esas jaulas no le llamaban la atención ningún monstro o ser extraño lo hacía. Aquino un chico que fue recogido por Duxo miraba el lugar con cierto pesar, pensando en quien sería el siguiente salvado.
Duxo era un niño que nació en una cuchara de oro pero el no era como los otros rompecabezas que son perfectos, el desde que tuvo memoria empezó una búsqueda para salvar a las personas que más le agradaran, claro está que también era y es preferente en esas cosas ya que él tiene cierto problemilla.
"Perfeccionismo y Narcisismo"
Eso es lo que escucho decir a uno del psicólogo que solo se retiro del lugar. Aquino miro una jaula muy hermosa y se acerco gritando al ver a un niño hibrido tirado en el piso, Duxo se acercó con velocidad y cuando miro al menor sonrió como si hubiera un maldito tesoro en todo ese estúpido y pútrido lugar que pronto seria explotado.
"Lo quiero, lo necesito...¡Lo necesito!"
Y así fue como termino comprando aquel hibrido de lobo de ojos color gris pizarra los cuales ahora lo miraban atentamente al ver Duxo quería quitarle el collar que poseía. Era tanta la fuerza que el menor usaba que en un arrebato de ira Duxorethey apareció.
"Yo lo intento"
El hibrido de lobo solo tosía, se sentía aturdido al punto que buscaba una puta señal de saber donde estaba exactamente para su suerte y desgracia, Aquino le dio una explicación muy cariñosa y cuidados. El pobre hibrido ahora lloraba al saber que él fue arrebatado de su familia y que ahora seria como un perro para Duxo o eso fue lo que Aquino le dijo después de darse cuenta de que desde esas dos semanas Duxo se juntaba más con el hibrido de lobo.
"El te usara y luego...solo se va a deshacer de ti, por eso compórtate"
Aquino lo amenazo dejando ver sus dientes filosos y un poco de su magia la cual asusto a Locochón quien lloraba y se iba corriendo hacia Duxo quien le dio consuelo dando el efecto contrario a lo que Aquino quería, que era alejar a Locochón de Duxo.
Duxo empezó a enseñarle muchas cosas a Locochón desde lo básico hasta lo principal que un niño debería saber en caso de vivir solo. Pero algo paso y fue que Locochón se había disfrazado de un extraño payaso que ahora temblaba al ver la cara de horror y molestia de Duxo que lo miraba completamente decepcionado era como si aquello no le gustara o más que todo...le desagradaba.
"lárgate...y púdrete"
Hablo Duxorethey que ahora dejaba ver sus ojos color morado mirarlo con furia y desprecio total, Locochón solo salió corriendo mientras Aquino sonreía en una esquina sabiendo de los traumas de Duxo. Locochón al final se fue al bosque donde estuvo más tranquilo, solo era un niño que ahora lloraba mientras aquella pintura en su rostro se iba despintando a causa de sus lágrimas y la lluvia que ahora lo ayudaba a esconder estas mismas en un intento de darle paz.
Locochón abrió sus ojos, aún seguía con aquel traje de payaso ya había transcurrido una semana, donde empezó a actuar como un animal salvaje casi por instinto de su parte animal que lo forzó a sobrevivir. Entonces empezó a escuchar gritos era una voz chillona que gritaba y gritaba desesperadamente como si lo estuviera buscando.
"¡¿Dónde estás?!, ¡por favor dime donde estas, Locochón!"
Gritaba Duxorethey que era acompañado por Aquino que tenia un ojo morado a causa del golpe que Duxorethey le había dado. Parece que Duxo quedo tan devastado por la huida de Locochón que entro en un estado depresivo grave que el mismo Duxorethey tuvo que salir a ayudar como ahora mismo.
"Si no encuentro a ese lobito, tú serás el siguiente en ser colgado y abandonado"
Aquino asintió rápidamente mientras activaba su zona de maná y empezaba a localizar al Locochón quien ahora estaba en una pequeña cueva mientras trataba de calmarse al pensar que Duxo lo iba a matar. Pero ellos son solo niños...pero Duxorethey no es un niño el ya es un adulto capaz de matar siendo un niño.
Y entonces lo miro, esos ojos color morado lo miraban mientras estaba encima de él y Aquino estaba tirado en el piso sin poder moverse, Duxorethey tenía inmovilizado a los dos chicos, a Locochón lo tenía inmovilizado estando encima de él y al pobre de Aquino lo tenía amenazado con dos armas que lo matarían.
"A mi no me gusta que mis juguetes escapen hasta que yo lo diga, me desagrada bastante cuando mis preciados juguetes no me hacen caso y parece que Aquino no te menciono esa regla~"
Exclamó Duxorethey completamente furioso mientras acariciaba las mejillas rosadas de Locochón quien empezó a llorar al sentir esa extraña sensación que Duxorethey desbordaba al actuar de manera cruel.
Tan solo eran niños que ahora mismo regresaban a casa siendo guiados por Duxo que les daba algunos abrazos y besos en forma de consuelo ya que los había encontrado. Locochón por su parte miro los ojos lila de Duxo que le sonrió alegremente, sabía que este era el niño que lo había salvado y no el otro que lo había amenazado.
"Tú eres mi salvador"
Exclamo el lobo sujetando un poco mas fuerte la mano de Duxo que solo miro a su dirección ladeando la cabeza en señal de no entender a que se refería, pero bueno los niños no pueden entender conceptos tan difíciles como la palabra salvador o traidor, los niños no pueden entender conceptos tan entendibles como enamorarse o odiarse; los niños no pueden entender conceptos básicos de ser alguien obsesionado a un sanguinario obsesionado con el amor puro.
"kekeke, no sé qué será eso...pero sí, yo seré tu único salvador"
Respondió el menor en un intento de comprender a Locochón que ahora mismo solo sonreía como un niño muy feliz mientras su agarre se hacía un poco más fuerte al punto que Aquino solo pudo ver un extraño hilo. Duxo sabia y tenía claro que tendría que soltar a sus juguetes antes de tiempos ya que noto que estos mismo empezaron a sentir cosas prohibidas por él.
"No se vayan a enamorar de mí, me disgustaría que lo hagan"
Hablo Duxo dejando ver que hablaba enserio, aquello lo vio en los adultos y solo terminaba falta para todos, el concepto de amor para Duxo era uno muy distinto al que todos están acostumbrados. Pero como se dice por ahí nadie sabe para quien trabaja y Duxo sin saberlo estaba creando a una máquina para matar la cual dejaba ver un extraño brillo en esos ojos color gris pizarra.
Igualmente dejando ver en un reflejo de un charco a los niños ya grandes y al Lobo cubierto de sangre, Aquino ya lo sabia el futuro que les esperaba seria un torbellino extraño el cual solo Duxo [Duxorethey] y locochón comprenderían a su cien por ciento.
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